Una cosa es ir al Sónar y otra ser un avanzao

Lunes 19 de Junio, es post Sónar y refresca en la ciudad. Deduzco que la gran mayoría de los visitantes Sónar ya se habrán ido. Los periódicos hablan de record de visitas, 123.000  zombies entre los que me incluyo a mí. Ciento veintitresmil. Impresionante.  Entonces recuerdo ese calor del fin de semana Sónar y calculo que por cada pedo que se tire cada uno de los 123.000 visitantes las temperaturas  tienen que elevarse sí o sí. Eso sin contar  la aportación a la contaminación ambiental a causa  las toxinas sudadas por la drogaína.  123.000 cuerpos, en el 2014 fueron 100.00 y recaudaron 52 millones de euros, hacer vuestros cálculos.  Esta información no es nada nueva, pero esta cifra me golpea la cabeza, nunca había reparado en que la `música avanzada o no´ interesase tanto. He visto a gente dudar ansiosamente ante la idea de pagar 5 eur por un concierto  cómo si fueran a firmar una hipoteca. El dinero que de repente tiene todo el mundo para ir al Sónar es un misterio. Yo  también me he subido al carro, arrastrada por la marea. Lo tenía al lado de casa y no quería que me lo contaran aunque opté por la opción de una sola entrada el viernes de día y pasar así de la yinkana  nocturna. Hace años fuí a ver a Aphex Twin y  claro que lo flipé pero recuerdo Sónar de noche con una mezcla de asco y devoción.  Este año había cosas que tenía  ganas de ver pero rápidamente me vinieron los recuerdos del cemento  la gente ansiosa,  parejas deambulando e individuos extremadamente alegres. Plástico por todos lados, coches de choque incluso y djs machacones.  Por supuesto que  esa noche había joyas entre la programación pero mucha mediocridad también. Por eso  decidí no volver, pensando que el día sería otra cosa. Pero resulta que de día  los vampiros también salen. Así que os voy a contar mi humilde experiencia del Sónar de día.

14h de la tarde, sobre 30 grados. Entramos. Lo primero es pasar el control de seguridad donde te quitan el agua y los botes de spray como en los aeropuertos. En los primeros 5 minutos, vemos como a más de veinte currelas, cada uno con su misión específica, uno para darte entrada, otro para indicarte el pasillo, otro para abrirte la puerta del auditorio, otro para rellenarte la pulsera de dinero etc. Despliegue de medios, el Sónar que no digan que no genera curro, igual que el turismo. Después de entrar toca pasear por la feria. Vemos gente con gafas de realidad virtual, dando golpes al aire.  Al otro lado atisbamos una inmensa nave, la parte de Sónar +D y dentro el Market Lab. Es cómo  un Ikea, muy design friendly con sus puestos de maderita niquelados. Está  lleno de estimulantes aparatos electrónicos y presentaciones de proyectos e instalaciones de últimas tecnologías que me despiertan poca curiosidad. En parte porque la información es sobredósica. Salimos al cesped  artificial al aire libre donde está el escenario principal. Es el más grande y el que no tienen ningún concierto de los que elegí en mi ruta del día. A parte hay  un puesto  de Tezennis, otro  de Channel y el del propio  merchandising Sónar por si uno queire gastarse más eurios. Decidimos huir y subir al auditorio en plan señores de las escénicas,  con butacas cómodas, aire acondicionado y luces ténues pre actuación. El auditorio está en la planta de arriba un poco camuflado. Creo que el 70%  de la gente que vino a sonar de día no lo ha pisado. Empieza el concierto de Aitor Ecehbarría. Tocarán la banda sonora creada para la peli documental Markak que va sobre el bombardeo de Gernika.  Aquí podéis ver el proyecto:

Una pena que la banda sonora no va acompañada de imágenes si no sólo del cartel de promoción del docu y de un diseño de luces no muy acorde con lo que me imaginaría ver en un festival que te recuerda que estás en lo más avanzado del momento. Tocan y se está muy agustito en la butaca pero no es el tipo de melodías con las que más resueno, rozando para mi gusto lo hortera y reconocible de B.S.O. Decidimos abandonar sala y entregarnos a una de las razones principales por las que hemos venido al Sónar, ¡los traperos de Badalona!. Entramos a la cueva negra, los graves reventando, vemos a Pimp Flaco & Kinder Malo con un séquito de amigotes revotando. Muchos ya sabési que ellos son los traperos de moda del momento, algunos de sus videos tiene más de 15 millones de visitas. Flaco ya lo dice, `soy el rapero del momento, me ofrecen ofertas y tantos por ciento y son tantos que no me concentro´:

Después de esto pensaríamos que iba a estar petado.  Pero los estamos viendo a solo unos metros de distancia. Quizás es que son solo las 15H, quizás sus followers no se pueden permitir pagar sonar de día, quizás es la generación digital y no presencial. No sé pero se está de puta madre y el concierto suena de muerte.  Entre el escaso público (me atrevería a decir 200 personas)  en la retaguardia hay un par de  maduros entusiasmados  y varios guiris que intentan pillar la movida. En primera línea están los  chavales entregados con algún pogo amable y mucho móvil pero me percato de que hay pocas pibuquis. Me pregunto si es por las letras  que no son las más sutiles y elocuentes al oido femenino. Frasecillas como me tiro a tu puta´, `Tú novia no es nueva, es de segunda mano´ o `todas las que yo me follo las hago famosas´. Pues eso, ¿cómo te quedas? facilmente etiquetables de machistas. Pero el sónar ha pillado que vienen pegando fuerte, ellos mismos dicen en sus canciones que `nada rima mejor que el puto del dinero´ y sónar claro, no es tonto lo entiende `porque una cosa es llegar tarde y otra ser un retrasao´. Bueno, ellos son más chulos que nadie y hay que decir que tienen frases célebres e incluso son un poco metaraperos `yo no tengo que madrugar pa que me den el fajo, a veces me repito más que el puto ajo´. Facilmente criticables por ser machistas, amorales, materailistas, arrogantes etc etc. Pero la verdad es que tienen su ingenio, mucha potencia y entrega en directo. Curiosamnete hay una energía muy divertida en escena, hay como seis o siete tios que están con ellos, unos saltan, otros tocan, otros gritan y animan entre canción y canción. Todo acompañado de visuales con gatitos negros de ojos tronantes que le dan al asunto un rollo propio. No es todo a mi modo de ver tan selfish ni arrogante, más bien afirmativo.En el video no se proyecta ninguna mujer bailando, ni salen coristas sexies a rozarse contra ellos, esto es de agradecer porque aunque sus letras sean muy sexista, su estética no lo es tanto. En fin se veía bastante dulce, ya lo dicen ellos: `El malo no es tan malo ni el bueno tan bueno´.Cerraron el concierto cantando la canción más bonita que han escrito según dijo Pimp Flaco. Todo el mundo con el móvil alzado de lado a lado, es la nueva generación, el mechero ya pasó a la historia.

Más tarde iremos a ver Bag Gyal. Dicen que es otra de las representante del trap, pero Bad se acerca más al dancehall o incluso reggeton que al trap. Ella misma lo dice en las entrevistas.  De hecho  Gyal es el termino jamaicano para decir girl. No tano que ver con el trap que supuestamente viene de norte america. De todos modos se supone que ella no es otra más de este movimiento, si no la reina. La más famosa del momento. Pero Bad no me pone tanto, la música  y las bases no me inspiran y su voz es casi imperceptible, no se le escucha. O el sonido del micro está mal o es que no tiene mucha voz en directo. Su presencia y estética , con el culo literalmente al aire y sus dos bailarinas de coro sexy simétrico me recuerdan a las miles de imágenes de mujeres de los videoclips que veo diariamente y no veo yo mucho ingenio, la verdad.  Personalmente como mujer me fiede más que ella misma refuerce esa imagen de mujer sexualizada. Si ahora a eso lo llaman empoderamiento,  me he perdido algo. Por lo menos de lo que creo que no se ha empoderado en este concierto es de su voz. Bad me podría gustar más en sus inicios cuando se metía en la bañera con los tejanos puestos y tenía ese punto más ambigüo y de producción casera. Ahora parece estar ceñida a las reglas del éxito, tiene una distribuidora. Sé que muchos la quereis, es solo mi opinión pero mirar sus nuevos vídeos. Resumiendo su performatividad y estética no me interesan demasiado, hay muchas otras cosas en el Sónar y entra el ansia de perderse algo mejor, así que abandonamos barco Gyal a la mitad. El barco por cierto estaba llenísimo,  la gente se sabía las letars, ellos si que eran fans entregados.

La mujer que si me pone es Kablam, un descubrimiento Sónar muy grato. Una  joven sueca camuflada de negro que pincha de verdad sin hacer  la típca pantomima dj. Serían las 17h.  Me tengo que poner  tapones en los oídos, es traya de la buena. Unas mezclas cañeras muy originales con idas y venidas inesperadas. Cómo definirlo, no sé, suena Byonce luego gritos metaleros, creo reconocer ritmos gabber y luego graves rotos. Me hace saltar y darlo todo en cero coma.  Además hay  poca gente  y se está de puta madre, la mayoría de la gente está viendo el concierto fuera. Por lo que estudié en casa antes de venir tiene pinta de ser popero synth electro ñoño: son los Roosevelt, juzgarlos vosotros mismos, pero el público Sónar de antaño supongo que los habría querido matar:

Pues eso sabiendo que en el Sónar se programa  mucha cosa ñoña me he venido con los deberes echos de casa y una selección del día y menos mal que me miré a Kablam.  Si te dejas llevar por la corriente y vas a los escenarios más grandes eres pez muerto. Aquí podéis ver a la sueca, ella misma en el super, bailando. Comparar la onda.  Muy loqui la sueca, LOL! :

Y aquí una sesión de su soundcloud para que os hagáis una idea, el equipo de sonido estaba a reventar , así que dudo tengáis la misma experiencia en casa :  https://soundcloud.com/resident-advisor/ra564-kablam.

Vulevo hacia atrás en el tiempo, porque realmente el concierto que os voy a contar es un paréntesis del festival, un bálsamo, un túnel atemporal.  Después de Kinder y Pimp volvemos al auditorio. Empiezan las LCC acompañadas del visualista Pedro Maia. LCC son el duo Uge Peña akka Okkre (que ha compuesto la música para Epica de Aimar Pérez Galí) y Ana Quiroga. Empieza el viaje, visuales procesados a partir de rollos de películas super 8 que dan una calidad muy psicodélica al asunto. El sonido es como una lava de volcán que se calienta poco a poco justo antes de erupcionar. En conjunto un concierto para abrirse a la ensoñación y entrar en otro plano diferente al que marca el subidón frenético del resto del festival. Una pena que a los costados del escenario hay dos paneles de metro y medio  que rezan: Sonar, technology, creativity & business. No tienen la sutileza de apagarlos durante el concierto. La marca Sónar te recuerda dónde estás y como dios es omnipresente y trino: tecnología, creatividad y negocio. Aún así el concierto consigue abstraerte del mismo festival. Me imagino que esta era la línea  de programación del sonar de día de antaño . Supongo que poco a poco esas propuestas son las menos y se se han ido quedando en la periferia. Lo digo porque  el auditorio está creo que a su 60 % de capacidad y de las 60.000, personas que se suponen vienen al Sonar de día, allí habrán 300 aproximadamente. Es el concierto de las 16h no se puede entrar con birra y claro es un poco pronto para drogarse . Pero este concierto ha sido droga de la buena.

19h,  empiezan los ríos de masas que taponan las entradas a los escenarios pero el sonido y la luz  golpean fuerte hacia afuera. Se supone que es  Evian Christ.  La situación es bastante agresiva para los sentidos. En ese momento temo que me de un ataque epiléptico. Quizás si lo llego a encontrar en otro estado de ánimo o alteración química corporal hubiera aguantado pero tuve que escapar, así que no lo puedo juzgar. Para que os hagáis una idea:

19.30h veo una niña con cascos para las orejas  entre la multitud, su diminuta figura desencaja mucho. Recuerdo que la gente antaño hablaba del Sonar Kids con ensoñación en la ojos. Ni que decir cuando te hablaban de la maravillosa época en la que se hacía en la playa, caundo empezó todo. Esos tiempo Sónar. Está claro que Sónar ha ido avanzando y  no tanto en su línea de programación y creación de contextos como en sus inversiones, vendiendose  a la par que su ciudad.  Pero Sónar a diferencia de Barcelona se puede exportar. Sónar tiene franquicia y su marca está around the world. Sónar Helsinki, Reykjavik, Stockholm, Copenhagen, Buenos Aires, New York, London, Cape Town, Frankfurt, Seoul, Lisboa, Lyon, Hamburg, Toronto, Montreal, Chicago, Boston, Denver, Oakland, Los Ángeles, Tokyo and Osaka. Seguro que algunos sueñan con la posibilidad de hacer lo mismo y transplantar  la barceloneta a Noruega  y ver llover billletes. Mientras tanto no hay más remedio que salir al cesped, está petado, muchos guiris y camellos camuflados ofeciendo droga en inglés. De banda sonora Stööki Sound, hip hoperos-traperos londinenses, con mucho flow. Habrá que bailar un poco mientras pienso en el dinero y en la moda.

20h hay ganas de volver al auditorio, subimos pero hay una cola largísima para entrar.  El Sónar  acaba a las  23h. Se nota que los que tiene  el abono de noche y día han llegado para ir entonando. Imposible aguantar la cola para entrar al auditorio. Sónar, podriáis ser menos avariciososo y vender menos entradas de día.

De ahí pasamos al Sónar Dome donde está Suzanne Cianni, al parecer una de las pioneras de los sintetizadores.  Tengo muchas ganas de verla pero el ambiente no acompaña. La gente habla mucho, se abanican freneticamente, entran y salen y  el sistema de sonido no es del todo envolvente. Me hubeira gustado prestarle más atención a esta mujer de 71 años pero al ¿Sónar a que se viene?. Pues a la fiesta, nada de escuchar algo que se va contruyendo lentamente y requiere silencio. Pues eso la situación y el tumulto de gente me hacen abandonar el concierto y buscar alternativa.

 

Volvemos al escenario  XS, no hay mucha gente y se está bien. Vemos en escena a Kiddy Smile (dj, productor y cantante) con su séquito de bailarines. ¡Maravilla! Representing la escena voguin de París. Sónar también sabe que eso está de moda. Pero algo pasa con el quipo de sonido, solo suenan los monitores de escena y es como si no estuvieramos en la misma fiesta, el sonido no llega fuera.  Esto nos hace estar separados, su fiesta arriba y nosotros abajo. Technoloy  sonar, me hace mucha gracia. Aún así  bailan muy bien, hay  buen rollo en el aire y se puede estar agusto. Una pena que el sonido no vaya  y que ellos se ciñan solo al escenario. Quizás son las reglas o el contexto del Sónar porque en este video parecen mezclarse con todo el mundo. Será la cultura club y no la cultura de macro festival lo que hace la diferencia. Ningún técnico del sonar parece intentar arreglar aquello, misterioso. Total la gente ya va colocada, ¿que más da? seguro que el año que vienen lo petan igual y superan la venta de entradas.

Después de esto es salir al césped, y querer masacrar a la mitad de la gente que está en él. La masa ya está caliente, cada vez hay más vasos de plástico en el suelo y el cesped verde ya parece un cenicero. Me dejo llevar por la marea, ya todo empieza a importar poco. El sol ha bajado y se puede estar fuera y estar a medias, medio por la música medio por la gente.  Suena Damian Lazarus.  Está en el escenario más garnde y en la mejor hora, las 21h, el punto álgido del día.  Logicamente es el plato fuerte y el que menos me interesa de todos los que he visto. Bastante hortera  y algo anodino en mi opinión pero juzgar por vosotros mismos:

La otra opción es ir a ver Robert Hood que está en el otro escenario. ¡Perdón! Robert Hood con su hija, juntos tienen el proyecto Floorplan. Robert es ya como una leyenda, un clásico del techno Detroit. Pero su nuevo set con su hija por lo que he escuchado en casa no me llama tanto como para atravesar esa gran marea de gente en la que estoy metida. Empiezo a estar cansada y ahora ya premia más estar con los colegas y acabar las última birras. Entonces un mometo de lucidez y viendo que nada de esto nos estaba entusiasmando demasiado decidimos salir del Sónar antes de que acabe y lo hagamos todos a lavez. Fuera ya hay largas colas que transportaran al ganado avanzado en autobus hacia el Sónar de noche. La gran maquinaria sigue. Salgo ya con resaca, todo ha sido muy intenso. Me alegro mucho de haber venido, pero dejarlo atrás es un alivio. En los siguientes días hablo con la gente, muchos no querrán volver para otros ha sido una de las mejores experiencias del año. Sónar crea polémica. Yo,¿volvería? pues no me voy a pillar los dedos porque si viene alguien que me interese mucho quizás me trague el pack, pero volver volver, me gustaría volver al Sónar de los 90. Morir del éxito es lo que tiene.

 

 

 

 


About amarantavelarde

Amaranta Velarde se gradua en Rotterdam Dansacademie , CODARTS, en el 2004. Desde entonces trabaja intensamente como intérprete,colaboradora y asistente del coreógrafo Bruno Listopad (www.disjointedarts.com) en diferentes producciones escénicas, investigaciones e instalaciones en museos y galerías con base en Holanda. La obra escénica se presentan en festivales como Cadance, Spring Festival y Something Raw. Trabaja también como freelancer con otros coreógrafos como Giulia Mureddu, Anna Kontzesky, Jochem Stechman y Liat Waysbort y participa en diferentes eventos de improvisación con base en Holanda. En el 2011 se muda a Barcelona comenzando a trabajar en el proyecto Lo natural , con el apoyo de La Poderosa, L´estruch de Sabadell, L´animal a l´esquena y el Antic Teatre de Barcelona. Así mismo sigue viajando a Holanda donde colabora con Camila Milena Fehér en la pieza No band , encargada por la galería TENT de Rotterdam y se une al proyecto del director Joachim Robrecht Figaro Desire Machine producido por el Rotterdam Schouwburg en abril y mayo del 2012.
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2 Responses to Una cosa es ir al Sónar y otra ser un avanzao

  1. Pingback: Mucho por hacer / Nada que hacer, artículo de Soren Evinson sobre Amateur en Mambo | fuga

  2. Master says:

    Vaya viaje de artículo. Documentado hasta el infinito. Puede que proyectos como el Sónar de los 90 ya no se vuelvan a repetir en Barcelona en muchos años. Quizá en otros lugares o quizá estén pasando cosas más pequeñas que algún día se harán grandes y hablaremos de ellas como del Sonar de los 90. O quizá la diferencia es que ahora las cosas pequeñas ya nunca se hacen grandes porque no las dejan crecer. La mayoría de la gente con la que he comentado el tema Sónar lo ve ya como al enemigo y no como aquella cosa tan guapa y estimulante de antaño. Lo curioso es que me lo ha dicho gente que tiene solo 30 años y que hablan de otras ediciones en unos términos que parece como si fueran ya unos viejos. O ellos sí que son unos avanzados o la degradación avanza muy rápidamente.

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