cor/cordes, cor/cordes, cordem/cordes, cordis/cordium, cordii/cordibus, corde/cordibus
En Roma ya recordaban. Allí decían recordari, que en latín significaba ‘traer a la memoria’.
- El prefijo “re-“, otra vez.
- “Cor”, corazón. Corazón entendido como residencia del cor-aje, continente del sentimiento, lugar de la inteligencia.
Entonces, cuando una romana recordaba, volvía a ese lugar donde antes se resguardaba el valor, desandaba sus pasos hasta llegar a los sentimientos y pasaba de nuevo sus pensamientos por la inteligencia. Re-corazonaba.
- Recordar como la adolescente que corre de espaldas el cross de su colegio apartando a ostias los camiones con su espalda.
- Recordar como el panadero que mezcla y amasa a golpes sobre la mesa.
- Recordar como la fotógrafa que moja el papel hasta que sale la imagen.
- Recordar como la pianista presiona las teclas negras bajando a semitonos.
- Recordar como el perro que excava con sus uñas.
- Recordar como la joyera recoge el diamante con unas pinzas finísimas y lo coloca sobre la sortija.
Cuando la romana decía: -¡Recuerda!-, decía recuerda y decía:
Nuevo diccionario etimológico Latín- Español de Santiago Segura Mungía
“Recordari: […] representarse algo pasado con la imaginación o el pensamiento”.
Esto mismo, lo re-descubrieron unos científicos hace muy poco tiempo cuando vieron que los movimientos del cerebro recordador y los movimientos del cerebro imaginador eran los mismos, pero la romana ya lo sabía.
–Quiero que recuerdes conmigo y no me importa que lo que recuerdes sea viejo o nuevo.
Recordar es despertar porque cor da cordatus que significa cuerdo, con juicio y recordar y despertar significan recuperar el juicio y así, la romana llega y te zarandea gritando:-¡Recuerda, cojones!