MIRA Festival Barcelona: electrónica y audiovisuales de avanzada en potencia.

MIRA Festival Barcelona: electrónica y audiovisuales de avanzada en potencia.

Viernes en Barcelona iridiscente, llegó la noche del MIRA Festival cargada de una serie de prometedores actos en vivo y shows audiovisuales, que entre el primero y siete de noviembre, aparecieron en la capital catalana.

A lo largo de la primer semana de noviembre, performances gratuitas, charlas, talleres y finalmente dos días de shows audiovisuales, combos de actos en vivo con artistas visuales e instalaciones inmersivas, ocuparon el complejo industrial Fabra i Coats, una hilandería industrial del siglo diezynueve, reciclada en Fabric de Creació contemporánea, iniciativa urbana apoyada por la igual de vanguardista planificación del Ajuntament.

Abarcando la electrónica experimental, arte sonoro, drone e IDM hasta el más sintetizado electro, hip-hop, techhouse y la mezcla analógica en vivo, los artistas sonoros tomaron el escenario en modo combo con sus contrapartes visuales, un desfile de diversos vjs y artistas visuales que ofrecieron la mejor combinación posible para un coctel audiovisual.

Lo que empezaría a abrir ojos y oídos con el minimalismo dosificado del nacional Lenticular Clouds, seguidos del británico Rival Consoles, infundieron un electro IDM contenido que ofrecería un noche experimentalmente prometedora. En cambio   Prefuse 73, quien no se hizo esperar y demostrar con su marca especial, una propuesta ecléctica entre hip-hip, house y electro (seña del sonido sin etiquetas de la electrónica más reciente y amigable con el dancefloor) fue acompañado por un colorido vj set que animó al público.

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Andy Stott y Joëlle

No fue hasta que Joëlle, la artista visual seleccionada por el festival, subiera al escenario para prender mecha al molotov de espesos bajos y chirriante noise, que un revigorizado Andy Stott, lanzó cual sacos llenos de polvo, justo a los oídos de los asistentes, marcando una gran diferencia que subrayó de qué se trataba el MIRA, un festival con electrónica y audiovisuales de avanzada en potencia.

Esta combinación preparó el terreno para la Blanck Mass, que ofreció humedecer los tímpanos: tocando un noise situado en el lado luminoso de la fuerza, con mezclas de electropop y un primigenio detroit techno, Benjamin John Power (de Fuck Buttons), reapareció después de su segundo trabajo, con un ambient que podría situarse en algo como en un set de peli sobre ninjas en el Tíbet, que extrañamente igual mantiene el sonido de sus anteriores producciones (The Great Confuso, Sacred Bones Records 2015).

Luego los multi instrumentalistas y maestros del toquín analógico en vivo, Vessels devoraron el escenario en sus nuevas pieles, que sin negar sus raíces postrock han infusionado con una electrónica llena de síntes y mezclas electro (Dilate, Bias 2015).

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Entropía SATM Montreal Instalación AV Performance

Afuera de la fábrica, un iglú gigante acogío a las instalaciones inmersivas en 360º y los performances audiovisuales, el Adidas Dome invitó a los asistentes a entrar en el Multiverso, una pieza hecha con destreza técnica en proyección 3d donde cámaras cenitales convirtieron el domo haciendo claras referencias visuales a la película Tron, luego que Oscar Sol y Ralph con Quadrivium, actualizaran el menú visual mediante bosques generativos y cielos estrellados a tiempo real.

Para terminar la primera jornada con un buen sabor de boca, una de las instalaciones que mercen mención aparte y que hizo de salita privada para achuchar al posible acompañante, fue Timée, The music of the spheres (Guillaume Marmin y Philippe Gordiani), inspirada en los diálogos de Timaeus (Platón), donde rayos lumínicos viajaban en círuculos concéntricos proyectándose en los rostros de los visitantes, un trabajo de luz cuidado, conceptual y estéticamente bello.

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Guillaume Marmin y Philippe Gordiani, Timée, The music of the spheres. Instalación

Ya en el segundo día A Winged Victory for the Sullen posicionó el marcador del horizonte sonoro en el encuentro entre un neoclásico con pianos y el ambient, preparándo a los voyeurs para el minimalismo visual de Entropía, una esfera geométrica de leds videomappeada, creación de la avantgarde Societé des Arts et Technologie de Montreal, que aunque estéticamente potente, hechó en falta una mayor progesión e integración visual en la performance.

Robert Koch mientras tanto en la Fabra, para ser seguido de los legendarios Dopplereffekt que abordaron el escenario portando un par de máscaras neutras, ofrecieron un set atípico para su trabajo pero bien situado en el contexto del festival.

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Ben Frost + MFO Aurora

Nuevamente, la multitud a los pies del escenario para esperar a uno de los proyectos que se menciona cada vez más en los festivales especializados, Ben Frost con los máquinas de MFO en la directiva visual, carmados de proyectores y máquinas de humo que detonaron directamente en las pupilas del público. Frost una vez más hizo lo suyo con el viaje de drone y noise core –eclipsado un día antes por la bomba de Stott-, que pareció esta vez ser diferente al pedazo de show que presenta en festivales de mayor escala.

Nosaj Thing, otro gran nombre, que después de sonadas colaboraciones con artistas del tipo de Kazu Makino de Blonde Redhead, Flying Lotus o Toro y Moi, desplegó por primera vez en tierra ibéricas, un set francamente hecho para otra fiesta, que aún después del shock sensorial producido por Frost, prepararía a los aún presentes para la excursión a un conocido club de Barcelona donde la leyenda de The Hacker fue el maestro encargado de cerrar el festival con la gente bailando hasta el amanecer, comprobando que incluso los festivales pequeños pueden ofrecer un brillante y placentero programa en la especialidad con el agregado esfuerzo de poner a los creadores visuales al mismo nivel de los actos en vivo, algo que los futuros festivales de artes y música deberían de tener mucho más en cuenta.

@luisgarmor