Aristóteles dijo:

“Las personas que tienen sus extremidades excesivamente largas y las que son enanas tienen la memoria más pobre que sus opuestas, porque acarrean un gran peso en su órgano perceptivo, y sus impulsos o movimientos no pueden desde el comienzo conservar su dirección, sino que encuentran impedimentos para ello y no pueden moverse fácilmente en línea recta en su proceso recordativo.

[…]

De aquí que, en alguna gente, debido a la ineptitud o a la edad, la memoria no tenga efecto ni aun bajo un estímulo muy fuerte, como si el estímulo o el sello se hubiera aplicado a un agua que fluye; mientras que en otros, debido a un desgaste parecido al de las paredes viejas en los edificios, o bien debido a la dureza de la superficie receptora, la impresión no penetra. Por esta razón los muy jóvenes y los viejos tienen pobre memoria; esos están en estado de fluencia, los jóvenes a causa de su crecimiento, los viejos a causa de su decadencia. Por una razón semejante, ni los que son muy rápidos, ni los que son muy lentos parecen tener buena memoria; los primeros son más húmedos de lo que deberían ser y los otros son más duros de lo conveniente; en los primeros, no puede perdurar la impresión en el alma y en los otros no deja huella”.

De la memoria y el recuerdo

1 Comments

  1. Me ha gustado las imágenes para explicar la memoria, con una apostilla: hay personas, en pleno desarrollo de su vida, que cubren con una capa impermeable ciertos recuerdos para preservarlos, y a la vez, rechazan sin dar una oportunidad a otros que matizan o se enfrentan a los que conservan.

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