Dificultad I

Querida Elena, querida Ana:

Por fin me he puesto y acabo de leerme los mensajes que se han cruzado hasta ahora. Perdón por el silencio. Intento pensar en la alegría…y me encuentro en un callejón sin salida: ¿”pensar”? ¿”pensar la alegría”??!! ¿no es esto un oxímoron brutal?… Pues quizás por eso, sigo intentándolo. Por una parte, me flipa la capacidad que tiene el concepto “alegría” para escaparse del pensamiento. Un concepto que se escapa del pensamiento, que no puede ser pensado sin convertirse en otra cosa distinta al concepto original. Dicho a lo simple, si intentamos pensarla, la alegría se esfuma. La alegría resiste la definición, elude los límites del lenguaje y se escapa de cualquier representación. O está o no está pero no hay forma de atraparla y programarla. Por otro lado, se me ocurre que la alegría es algo que acompaña a la acción, está pegada a la acción y solo ocurre a través suyo. Decimos “hacer algo con alegría”: la alegría, igual que otras pasiones, atraviesa y transforma el sentido del hacer. La alegría podría ser a la vez el origen y la resonancia de la acción. Así que eso, por una parte lo escurridizo, por otra lo que acompaña.

Elena, todas las cosas que propones hacer, suenan muy bien. Creo que llevarlas a cabo depende obviamente de que lo implicados acepten la invitación pero, sobre todo, de que tú le veas sentido y lo encuentres conveniente. Como te digo, todo me parece que suena a “plan molón” y pienso que ahora lo que tocaría sería decidir qué es ese armazón-esqueletito-estructura que pone todas las partes-proyectos a funcionar a una.

Este final de invierno me está costando. Me siento bastante espesito y creo que necesito parar un ratillo a ver si me aclaro y este amontonamiento en el que vivo se aligera un poco. Necesito salir de Madrid y airearme y retomar con otro mood lo que queda de curso. Me marcho mañana al pueblo de una amiga en Ávila y luego a Soria. Me llevo los cacharritos para seguir leyendo y escribiendo así que no estaré perdido del todo en los rituales sangrientos. No sé muy bien cómo pero sospecho que, si nos lo proponemos, podemos conseguir que la distancia sea algo que plantee cuestiones interesantes para el proyecto. Además, creo que de alguna manera la distancia tiene que ver con esta fase de gestación en la que estamos: lo que todavía no está, cuando la cosa no ha llegado.

Que este principio de primavera os llene de gozos múltiples.

Besos a puntapala

JAIME