Que nos quiten lo bailao: un juego de gramática

Queridas Ana y Elena:

Mientras venía en el avión, se me ha ocurrido esta cosita que ahora os mando. Ya he puesto y tendido dos lavadoras. Mañana, en bus hasta Covinhas.

Besos de aquí pallá

Jaime

QUE NOS QUITEN LO BAILAO.Un juego de gramática

QUE. Este “que” anuncia un subjuntivo. A diferencia del indicativo, el subjuntivo es un modo que necesita siempre alguien a quien decirle las cosas. Lo que se va a decir, incluye a alguien que va a escuchar. O lo que puede ser lo mismo, el que escucha es ya parte de lo que queremos decir.

NOS. Aquí está el corazón de todo el asunto.   Este es nuestro lugar: primera persona del plural se refiere a muchos y distintos que se reconocen como parte de lo mismo. A partir de aquí sabemos que se trata de una cuestión que se va afrontar como algo común y compartido.

QUITEN. Aquí están los malos. En esta tercera persona del plural está la amenaza. Y al llegar a este punto, descubrimos que la acción que lleva a cabo ese otro es quitarnos, es apropiarse de algo que nos pertenece. Con el subjuntivo, no solo hicimos visible al otro sino que además le plantamos cara. “Sabemos quién eres, sabemos lo que quieres hacer, te hemos descubierto”.

LO. Este “lo” es una estrategia, un anuncio para que la gramática se quede tranquila mientras nosotras jugamos. Como en toda frase de bien, después de este “lo” está el final, el lugar al que se quiere llegar.  

BAILAO. Este participio hecho objeto es toda una declaración de intenciones. Resulta que esa parte más estática, ese punto de llegada que convierte toda la frase en un tránsito ¡es en realidad un verbo, una acción camuflada de tal manera que parece un adjetivo! Un adjetivo se pega a la carne, no puede entenderse como algo distinto del cuerpo. Así, lo que tenemos es una acción que se pega a las carnes. “Bailado” significa lo que ya ha sucedido y, por tanto, ya nos pertenece, ya modela nuestra fisonomía. “Lo bailado” es ese patrimonio que nos hace ricos, que nos adorna, ese objeto escurridizo como una acción que solo se puede compartir y nunca se puede robar. Este final, es una manera chulita de decir, “si tenéis cojones, venid a por nosotros, que os esperamos bailando”.

Jaime Conde Salazar

 

imagen: http://blogs.publico.es/strambotic/2014/03/franco-ha-werto/

 

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