«No pesa el corazón de los veloces»

“No pesa…”

“AMOR SALVAJE, COMO INSTINTO NATURAL, SIN CONNOTACIONES ROMÁNTICAS DE ENTREGA Y SACRIFICIO. AMOR COMO COMPONENTE BIOLÓGICO DE LOS ORGANISMOS QUE NECESITAN Y BUSCAN FUSIONARSE PARA SOBREVIVIR. EL DESEO DE UNA RESPIRACIÓN ÚNICA EN COMÚN, UNA FORMA DE ENCONTRARNOS A TRAVÉS DE LA PIEL, COMO SI ESTUVIÉRAMOS CIEGOS, Y QUE CONSIGUE DESBOCARNOS, ENAJENARNOS Y PUEDE LLEVARNOS AL ÉXTASIS”.

Siete personas con el mismo pulso, una respiración única. Un nuevo encuentro después de muchos encuentros.

Buscando los lugares no comunes de la idea de amor, un análisis científico y analítico de los procesos de enamorarse y continuar junto a alguien una vez que la química ha dejado de cumplir su función. Una especie de poética científica que genera imágenes y transmite emociones a través de cuerpos en movimiento y sus relaciones.

El trabajo de Erre que erre está basado en la intuición y en la elaboración y desarrollo de los componentes que configuran su trabajo (imágenes, movimiento, quietud, silencio, tiempo, cuerpo…) para despertar sensaciones y emociones en el espectador, proporcionando la ilusión de que asistimos a una sesión improvisada que parece que lleve escrita desde hace mucho tiempo. Utilización de una escritura coreográfica automática que parte de las cualidades y calidades de los intérpretes que configuran cada uno de sus espectáculos.

Utilización de música en directo, la participación y la energía de una banda de post rock (David Crespo, Roger Crespo y Miguel Aguilar) y su interacción con la danza.

Los distintos ritmos marcan un viaje único, ofrecen diferentes visiones, alteran la percepción, sincronización por azar, arritmia pretendida, choque o encuentro de dos universos, el de la música y el movimiento conviviendo en un lugar particular.

Acerca de Erre que erre

Erre que erre es un colectivo de creadores e intérpretes que desarrollan su trabajo en torno a las nuevas concepciones de la danza y el movimiento. En Erre que erre la danza es algo físico y energético que se nutre de las cualidades de movimiento de los intérpretes. El cuerpo es herramienta de escritura y el movimiento el motor principal. La utilización de imágenes, de formas de relacionarse, de maneras de introducirse en los espacios concretos donde sucede la acción, dentro del marco conceptual elegido en cada propuesta, llevan a la búsqueda de los puntos en común de diferentes sensibilidades hablando del mismo tema: universos cerrados, que el espectador contempla a través del ojo de una cerradura como algo que casi no debería ver.
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