los anacolutos
Anacoluto: incongruente. Proviene del griego, lo que está fuera del camino, de lo pactado.
Los Anacolutos nacen de los bajos vientres y cejas rotas, enjendrados en las salas de espera de estaciones de tren salieron disparados como un escupitajo.
Un murciano, ex-profesor de gimnasia y actual coordiandor de atmósferas con luces y sonidos, puso el puño; una valenciana que se deshacía en la lluvia de Gante con sus estudios de periodismo, puso su cuello y una suiza itinerante de artes, amante de la Península Ibérica, lo encuadró todo con sus tatuajes. Los tres se conocieron haciendo arte dramático (o arte para superar el drama) y desde el triángulo Madrid- Barcelona- Valencia han creado los Anacolutos; una excusa para purgar sus depravaciones humanas en un espacio llamado comunmente “escenario”.
Conscientes de sus inconsecuencias dejaron sus niños de la piscina, sus titulares en negrita y sus despachos de abogados, se pusieron a practicar otros lenguajes y se lanzaron a la incongruencia del día a día utilizando Anacolutos como Almax en sus yugulares. La suiza acabó con otro valenciano en Barcelona creando “El Conde de Torrefiel”, título noviliario propio para la actividad muy noble que desarrollan y los otros dos han ido y venido por diferentes caminos, modificando sujetos y predicados. Los Anacolutos podríamos decir que son principalmente Isaac Torres y Gloria March, pero en realidad son muchos más.