R-A-U-X-A

R-A-U-X-A de Aina Alegre se presenta en el Mercat de les Flors el 26 y 27 de febrero.

Imagen de Jan Fedinger

El trabajo de Aina reside, en parte, en la escucha al cuerpo y sus potencias, así como en el  acercamiento a la composición a partir del ritmo, la polirritmia, y la difracción. 

Veo en R-A-U-X-A una simultaneidad de cosas que retumban y se frotan a partir de un gesto. La pieza facilita un espacio entre ritmos y tiempos, a diferente escala, en el que el público, como testimonios y receptores de sonidos y movimientos, son transportadas por las dinámicas de los espacios, los cuerpos y sus imaginarios.  

Como si las cosas se pudieran ver a partir de diferentes capas de espacio tiempo, hay múltiples realidades que se van generando en este lugar arcaico-futurista.  En estos cruces se entretejen procedimientos escénicos, formas de colaboración y remisiones en un paraguas de ficción y escenarios por construir. 

En R-A-U-X-A el gesto es desplazado de su contexto social e histórico para proponer una interrogación al movimiento por sí mismo como disparador de imaginarios. En este caso, el gesto de picar: el picar al suelo, la piedra, la materia; el picar de los tambores y del choque entre bastones. Un movimiento que nos remite a algo remoto y en mutación. 

El picar se dispone en el cuerpo de Aina y, a partir de ahí, el gesto se transforma y viaja. En este caso, el cuerpo, no se concibe como un centro o un receptor, sino como un mediador dentro de una constelación de vectores. Vectores que abren y se reformulan, que buscan otros lugares de aterrizaje, que buscan gravedad, sitios de llegada para seguir mutando y transformando. El acto de picar es el punto de entrada a un agujero de gusano que nos traslada a posibles mundos paralelos. 

Como si de una película de ciencia ficción se tratase, esta propuesta propone un escenario que desconocemos y que, a medida que va avanzando, se va situando en un lugar borroso lleno de ecos. La luz, el sonido y la escenografía son también actantes cargadas de resonancias, que se van secuenciando en su propio tempo. A través de lo que va ocurriendo, algunas relaciones encuentran su lugar y se co-construyen hasta desprenderse. Y es que, en este trabajo y en otros trabajos de Aina, se proponen lugares de relación que también permiten una autonomía, un hacer propio, abriendo así formas inter-subjetivas que surgen en el convivir y no necesariamente en el vínculo directo entre elementos. Las cosas ocurren entre variables y en confluencias a volúmenes desiguales. 

Aquí, el movimiento y sus afectos acontecen a distintas velocidades; permiten un ir y volver, sincrónico, entre la referencia y su propio devenir. ¿Qué abre un gesto? ¿Cuándo aparece? ¿Hacia dónde va? 

R-A-U-X-A nos propone un lugar cargado de reverberación en un mundo por hacer. Un mundo por hacer secuenciado por la imagen que se proyecta en escena, por la especulación imaginativa y sensorial que nos va causando y por ese experimentar lugares de proyección juntas. 

Para mí, esta propuesta reside tanto en lo que ocurre como en lo que genera. Abriendo la brecha invisible del gesto y desplegando tiempos que no van a ser palpables necesariamente. Como rastros tardíos que vuelven en forma de movimiento tectónico o como maquinaria que sigue su machacar, aunque todo esté vacío. Un lugar de invocación, respaldado por el espacio y la maquinaria escénica, que interfiere con nuestras maneras de estar, ser y devenir cuerpos afectados.

Quim Bigas Bassart

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