Haikus de vodevil

Haikus* de vodevil**

*Los haikus son poemas muy cortos, tienen solo tres versos

 y normalmente hablan de temas relacionados con la naturaleza

 o la vida cotidiana que pasa en un lugar y un momento muy concreto.

**Comedia frívola, ligera y picante, 

de argumento basado en la intriga y el equívoco, 

que puede incluir números musicales y de variedades.

Mònica Muntaner y Rosa Muñoz se presentan como dos bailarinas de largo recorrido, y efectivamente es lo primero que se percibe en su último trabajo Coplas i haikus de mares i amors, una propuesta en la que se respira una autenticidad absoluta de dos artistas que saben lo que quieren y desde dónde quieren experimentar la escena; algo que creo solo el tiempo y la experiencia te puede otorgar. Y me pregunto: ¿cómo pueden conseguir algo así? Trabajar desde ellas, sin contaminarse de todo ese imaginario colectivo que nos persigue todo el tiempo y del cual parece imposible escapar. Muntaner y Muñoz lo han logrado; trabajando por varios años desde sus más auténticos intereses y gustos, desde su amistad y desde esa vivencia que comparten en la actualidad: la de cuidar a sus madres mayores, la de vivir un duelo sin que la muerte haya llegado aún; consiguiendo así una práctica de lo imposible de la cual nace este vodevil contemporáneo que se presentará los días 2, 3 y 4 de mayo en la sala PB del Mercat de les Flors.

Es Sant Jordi, me ha tocado presenciar un ensayo en la Nau Ivanow una semana antes de sus próximas funciones. Me parece un gran plan para celebrar ese día, en la intimidad  del trabajo de estas dos bailarinas y escritoras también; porque si bien el cuerpo es su herramienta de trabajo, la palabra, la plasticidad de la palabra, está presente todo el tiempo, viajando entre el catalán y el castellano, entre el canto y la conversación, entre textos de otres y de ellas, entre ese espacio en el que estamos y todos esos otros que abren y abren sin parar.

L’ àvia cadira

Trenca sabates d’espart

Ja no recorda

 

Blau marí els ulls

La mare que respira

Obre la porta

 

Oblit de paper

Empremta perduda

La mare xiscla

La sala de trabajo es pequeña, Mònica y Rosa justifican el espacio, aunque realmente no me representa ningún problema, la pieza la sostienen ellas y el goce y la complicidad que te transmiten mientras trabajan: mientras presentan un número detrás de otro. Es esta una pieza llena de cortes que va y va y va; pero que te lleva, muy bien acompañada, con ella.

Palitos de madera que exploran la sonoridad del espacio, de los objetos. La permanencia de la acción y la acción pasajera y sutil. El cuerpo que suena, la jota, el folklore; el baile de palos. El ritmo, la fuerza, el humor, el chiste y la canción: ¡y qué bonito cantan! ¡Y cómo hacen vibrar las palabras! Y vestidas con un mono de trabajo bailan o hacen abdominales.

Y los muertos aquí lo pasamos muy bien

Entre flores de colores

Y los viernes y tal, si en la fosa no hay plan

Nos vestimos y salimos

Se viene un intermedio, ese espacio que no es ni pasado ni futuro, algo así explica Muntaner. Se han vestido de negro, un look más rockero que les sienta muy bien. La cosa se transforma, la manera de estar es otra, el dúo se compone diferente, con otra presencia… es más dúo: más Faemino y Cansado, más Los Torreznos, más Accidents Polipoètics; más Mónica y Rosa. Todo es aún más artesano: momentos hechos de vivencias recolectadas y zurcidas cuidadosamente entre gestos corporales.

La mare molla

Menja pa de civada

Recull miquetes

 

De pluja groga

Plata, paper i fulla

Morirà de nit

Mi madre murió hace poco más de un año y antes de ir a verlas temía un poco por las fibras que pudieran tocarme, no fue problema alguno, todo lo que ahí sucede es blando y acaricia. Soy mexicana y entre esto y el sutil bache generacional que compartimos me pierdo de algunos de los referentes; en realidad Mònica me lo hace notar, yo no le había dado ninguna importancia, de todo se han apropiado de tal manera, tan bien amasado, que no te sientes fuera nunca; al contrario, despierta curiosidades. Compartimos el mismo espacio/tiempo: El Destape y Ágata Lis me tocan igual.

El ensayo termina y hago el ejercicio de visualizar lo que he visto en el Mercat de les Flors, qué ganas. Les pido pistas sobre la iluminación para facilitar la tarea, me cuentan, como si siguieran dentro de la pieza: Son luces austeras, a tono con lo que nos gusta, a tono con el resto de la pieza. Los cambios al principio son muy sutiles, la luz cambia y tú no te das cuenta de que eso sucede. Es una luz abierta, gracias a la cual se nos ve todo el rato, estamos ahí, está con nosotras de una manera clara, no disfraza nada, no es nada teatral.

La segunda parte cambia, igual que el cambio del trabajo, nos inspiramos en ese cañón de la vedette, ese foco que está muy presente en el espectáculo del show hacia afuera o televisivo. Ese cañón nunca se trata de una manera literal porque nosotras no lo somos. Está inspirado en un cañón que da brillo a la persona, pero tiene otra función, está desplazado, se trata con colores atrevidos. En esta segunda parte hay un giro, algo se rompe en relación a la primera parte. Todo esto que te contamos de manera muy sencilla, sin grandes cambios, sin efectos.

És víric, és cítric, és cínic, és crític, és nítid; no és ètic, no és tètric, no és crític… només és poètic. 

Anabella Pareja Robinson

*Entradas 2×1 para la obra con el código TEATRON

Imagen de Mila Ercoli

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