El diámetro del anillo

Escribimos al inicio del proceso, antes del inicio del proceso, cuando aún estábamos en la nebulosa mental de la nada. Y volvemos a escribir a tres semanas de estrenar. Dos escritos así son como la línea que podríamos trazar como medidor del diámetro de un anillo: va de punta a punta, de sólido a sólido cruzando una nada que, sin embargo, está rodeada de más solidez, la del propio anillo. La punta a punta, la materia sólida es todo lo que hemos mostrado del proceso (fotos en facebook, instagram, algún vídeo a cámara rápida y una presentación -muy agradecida, por cierto – en La Poderosa, BCN), es decir, imagen pura, marketing, un «hola, estamos haciendo cosas» que no se entiende por sí solo. Y lo del centro, agujero negro. Para nosotros no, para el publico en potencia, si.

En nuestro primer (y único) post en teatron hablábamos del empoderamiento con el que decidimos empezar gracias a charlar con cuatro artista, cuatro charlas que nos animaron y nos alimentaron las ganas de abordar la sala de ensayo. Estamos hablando de inicios de curso, de septiembre/octubre. Y estrenamos el doce de mayo. Que ha pasado, pues, durante estos meses, más allá de hacernos unos selfies en espejos de aulas de danza, algunos vídeos haciendo lo incomprensible (véase esta perla –> https://www.facebook.com/pelipolaca/videos/217859301972329/ ) y algún que otro post sobre la precariedad del sector escénico independiente en este país? Pues más de lo que imaginamos. Y digo imaginamos porque hoy, a día 24 de abril de 2017, exactamente a 18 días de estrenar, nos da la sensación de que lo que vamos a presentar es una simplicidad, una fantástica primera obra llena de ingenuidades, wannabes no conseguidos y poco jugo. Y no paramos de decir «esque creo que será poca cosa», «a ver si esto lo pillan», «¿no crees que esto es demasiado evidente?», «esto ya lo ha hecho nosequien», terminando muchas veces con el «bueno mira, que sea lo que Dios quiera». Y somos ateos.

La cuestión es que nuestro espectáculo, en un principio, quería y se proponía explicar y reflejar la situación de la mayoría de los artistas escénicos independientes de nuestro país, una situación que lo que les supone es saber crear y hacer espectáculos y a la que se les suma un máster autodidacta en saber gestionar su vida laboral, saber cuánto dinero tiene que pagar a hacienda, si le sale a cuenta ser autónomo o mejor me lo hago a través de una cooperativa, si me busco un espacio en el que ensayar, porfavor, que no me hagan pagar nada, si tengo compis que salen conmigo en escena, o necesito alguien que me haga un diseño de luces, a ver como se lo pago, cuanto, cuando y, si me acepta unas birras pues casi que mejor porque así me dará para pagarme el alquiler el mes que viene, pero que vergüenza como le voy a decir a alguien que trabaje sin cobrar… Y aquí estamos. Siete meses después y habiendo cobrado 400€ por haber hecho, como parte del proyecto para optar a la residencia de creación de un centro cívico, un buen proyecto de mediación con entidades del barrio. Y lo mas gracioso de todo es que nuestra pieza ha terminado por hablar poco de esta situación. Se evidencia a cada rato con los recursos que utilizamos, con los medios de la protagonista por y para montar su obra, pero no ha devenido el tema central. Aunque predomina todo el montaje. El tema central ha sido, al final, lo mismo que nos dijeron las Crises, Mariona i Eulàlia al principio: haz un espectáculo porque crees que tienes algo que decir, porque confías en lo que vas a contar y porque crees que es interesante. ¿Será que la precariedad está tan enquistada en nuestras mentes de futuros artistas escénicos independientes que tenemos asumidisimo que no nos vamos a ganar la vida con ello por lo que decidimos hacerlo sin dinero, con nuestras propias manos y sin recursos economicos? ¿Será que tenemos absolutamente integrado que nunca, o casi muy probablemente no vamos a conseguir vivir ÍNTEGRAMENTE de nuestro espectaculos?

A medida que ha avanzado el proceso, nos hemos reído más. Nos hemos alejado de las profundidades e intensidades propias del artista martirizado por unas perfecciones ideales que nos parecen inalcanzables y hemos terminado por pasárnoslo bien. Que no quiere decir que no hayamos trabajado, pensado, ordenador, re-pensado, re-estructurado, revisado todo lo que hemos hechos, que no quiere decir que nos hayamos olvidado del público, de lo que queremos contar y queremos que se entienda, pero lo hemos gozado. Hemos terminado por sacrificar ese artista romántico que teníamos como fín de nuestras vidas adolescentes. Nunca habríamos pensado que a estas alturas estaríamos escribiendo esto, y menos con esta tranquilidad. Nos quita el sueño, claro que nos lo quita, pero nos lo quita la emoción, la felicidad de casi haber completado un proceso, las ganas de entender exactamente qué estamos haciendo y, sobretodo, las ganas de saber que va a ser de todo esto. Por malo malísimo o bueno buenísimo que sea.

Esta es, pues, la periferia de todo el anillo. Un círculo que rodea un caos estructurado, oscuro aún pero a puntito de salir a la luz. Al fin y al cabo, la precariedad de la que queríamos hablar y queríamos criticar ha pasado a ser la mayor virtud de nuestro proceso: no tenemos ningún compromiso económico con nadie, nadie nos ha pedido hacer esta pieza y no tener dinero ha hecho que nos inventemos una forma de hacer que nos es absolutamente propia, la de todos estos tiempos de hacer el orangután en el comedor de casa con las lamparas del salón, los ordenadores que nos acompañan y, sobre todo, un imaginario compartido cultivado a lo largo de más de 15 años.

Estamos contentos, cagadas y expectantes no sabemos si lo que hemos hecho está bien o mal, no sabemos ni siquiera si hay «bien o «mal» ya no «vemos», pero hay un motor dentro nuestro que nos empuja a sacar el hijo, un hijo que aunque sea feo, será siempre el primero.

Esta entrada fue publicada en Uncategorized y etiquetada , , , . Guarda el enlace permanente.

3 Respuestas a El diámetro del anillo

  1. Rosa dijo:

    Gracias por esta primera obra, por este adelanto que sumo al primer’visinado’ en «La Poderosa». Bienvenido sea este primer hijo que ya apunta muy buenas maneras .

  2. Asor dijo:

    Gracias por esta primera obra, por este adelanto que sumo al primer’visionado’ en «La Poderosa». Bienvenido sea este primer hijo que ya apunta muy buenas maneras .

Los comentarios están cerrados.