Notas que patinan #75 | El ojo de la mente

El ojo de la mente (Splinter of the mind’s eye) es una novela escrita en 1978 por Alan Dean Foster, después del estreno de Star Wars, que narra una aventura posterior protagonizada por algunos de los personajes de la película. A mi abuelo materno se la debieron regalar en alguna sucursal del Banco Popular, en Barcelona, el día de Sant Jordi de 1978, a juzgar por la pegatina que aparece en la portada del libro. En esa época los bancos solían regalar libros por Sant Jordi. Ahora, si te descuidas, te cobran por respirar el aire de su oficina. La cara amable del fascismo. Me encontré ese libro en la casa de mis abuelos hace dos semanas, mientras pasaba unos días en la aldea gallega de donde proviene mi familia. Me llamó la atención porque mira que he revisado veces la heterogénea fila de libros que hay en el armario del comedor (he encontrado cosas muy raras ahí) pero nunca me había fijado en ese libro tan curioso (por lo menos en ese contexto).

Portada del libro El ojo de la mente

En la novela, Luke Skywalker acompaña a la princesa Leia Organa a una importante reunión diplomática en el cuarto planeta de la estrella Circarpo Mayor. Después del enorme y valioso servicio prestado a la Alianza Rebelde en el primer episodio de la saga (que ahora es el cuarto: Star Wars: Episode IV – A New Hope), a Luke le proponen recompensarle con un cargo de  general o así. Pero él les dice que lo que preferiría es seguir siendo piloto. Por lo visto, eso algunos no acaban de entenderlo pero algún mandamás reflexiona y llega a la conclusión de que no es mala idea porque, como general o similar, Luke Skywalker podría ser un objetivo mucho más fácil para el Imperio, en cambio como piloto Luke puede seguir prestando grandes servicios a la Alianza Rebelde sin llamar tanto la atención. Es por eso que Luke, totalmente enamorado de la princesa Leia, lo que dicen que es la causa de que este libro haya caído en un planificado ostracismo (porque en episodios posteriores, pero no en el momento en el que se escribe el libro, a George Lucas se le ocurrió que Luke y Leia eran hermanos, lo que convierte los escarceos de esta novela en un escandaloso incesto), escolta a la princesa en esta misión especial en la que deben encontrarse con los representantes de un pueblo que está dudando si sumarse a la rebelión contra el Imperio o quedarse como está. La misión es muy importante porque otro pueblo de otro sistema ha declarado que si los circandianos se rebelan ellos también se rebelarán. Así funcionan las revoluciones, amigos.

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El caso es que, cuando ya están llegando, Leia tiene un problema en el motor de su nave y decide bajar al primer planeta que le pilla cerca en un aterrizaje de emergencia. Y Luke, aunque percibe malas vibraciones, no tiene más remedio que seguirla. No voy a destripar toda la novela, por si alguien se la quiere leer. El caso es que, aunque no me pareció nada del otro mundo, en esa novela, leída mientras contemplaba extasiado lo que la primavera puede hacer con una exuberante naturaleza galaica, he ido encontrando algunas joyitas. Señales, indicios, pequeñas visiones, chorradas… Y quiero compartir con vosotros una de ellas.

Portada del libro El ojo de la mente en edición original

Os pongo en contexto. Es el día 19 de mayo de 2016. Barcelona en Comú, la Alianza Rebelde que hace un año conquistó la alcaldía de Barcelona, ha decidido pactar la entrada en el gobierno de la ciudad del partido de los socialistas catalanes (así se hacen llamar, suponemos que, lo de socialistas, más que nada, por una tradición que proviene de la época de cuando se publicó El ojo de la mente, cuando aún coleaba la dictadura del Imperio, que duró oficialmente la friolera de 40 años, aunque algunos rebeldes sostienen que aún no ha acabado). Se ve que, después de un año gobernando el Ayuntamiento de Barcelona, en minoría, 11 concejales de 41, BComú decide que no puede seguir gobernando en condiciones si no suman a otros partidos al gobierno. El único que acepta el reto es el PSC (los socialistas). Deciden gobernar con ese partido, a pesar de que siguen en minoría porque el PSC sólo aporta 4 concejales más. Tienen sus razones (el primer teniente de alcalde Gerardo Pisarello las explica en esta entrevista). El PSC acepta apoyar una serie de medidas que BComú necesita sacar adelante. A cambio, Jaume Collboni, el líder del PSC imputado en un delito de corrupción (escalofrío), será segundo teniente de alcalde y se encargará de Promoción Económica, Empresa, Cultura e Innovación (conceptos que, uno al lado del otro, provocan algunos escalofríos más entre las filas rebeldes). Lo primero que hace Collboni es proponer a un hombre de su confianza, Xavier Marcé, como comisionado de Cultura. Xavier Marcé es exdirector general del Institut Català d’Empreses Culturals y vicepresidente del Grupo Focus (otro escalofrío). Para los miembros de la Alianza Rebelde eso viene a ser un representante del Imperio, del lado oscuro de la Fuerza. El griterío entre las fuerzas rebeldes es tal que a los dos días Jaume Collboni decide retirar esa propuesta. Supongamos que no conviene estirar la cuerda tanto cuando las bases de BComú aún tienen que refrendar el pacto en una votación cibernética. Quizás la propuesta del PSC no reflejaba de la mejor manera lo que había sido la política de BComú en materia cultural hasta ahora, dice Pisarello. Si cuando amplías el gobierno lo amplías con gente que tienes que atar en corto, ¿no es un sinsentido?, le pregunta el periodista Yeray S. Iborra en la entrevista citada, en eldiario.es. Pisarello se ríe y contesta que Bueno, gestionar un Ayuntamiento siempre es una maratón y te exige muchísima dedicación y sin duda, como en cualquier gobierno de coalición, habrá discrepancias pero se generarán dinámicas de confianza. Y si los acuerdos no se producen, todo es reversible en la vida.

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La votación para refrendar el acuerdo se produce. No votan muchos rebeldes (2.599) pero, según nos dicen, ganan los favorables al acuerdo de gobierno, por un 62,52 % contra un 32,82 %.  De los 853 que votaron en contra suponemos que muchos son gente relacionada con lo que llaman la Cultura, uno de los grupos más activos, dicen, en el nacimiento y auge de BComú, quienes, en cambio, sienten cómo ahora, son sacrificados en aras de un objetivo superior. A pesar de que algunas voces críticas recuerdan que todos los cambios profundos, en este y otros países, se han apoyado en cambios culturales de cierto calado, la realidad se plantea en estos términos: ¿a quién le interesa lo que llaman la Cultura? En Star Wars hay quien cree que lo que algunos llaman la Fuerza no es más que una superstición. Al final, esa Fuerza es la que acaba gobernando el Universo, pero solo unos pocos parecen darse cuenta. Y suelen ser tratados de locos.

Mientras tanto, en El ojo de la mente leo:

-Ésa es una de las cuestiones que está tan mal dentro del Imperio, Luke – comentó Leia entusiasmada-. Su arte se ha vuelto tan decadente como el gobierno. Ambos sufren la falta de vitalidad creadora. No fue la política sino esa vitalidad creadora lo que me condujo, al principio, a la Alianza. Es probable que políticamente fuera tan ingenua como tú.

-No lo comprendo -aseguró Luke secamente.

-Luke, mientras vivía en el palacio de mi padre me aburría terriblemente. El análisis de las razones por las que nada me divertía me llevó a descubrir que el Imperio había anulado todo pensamiento original. Los gobiernos totalitarios establecidos desde hace mucho tiempo temen todo tipo de expresión libre. Una escultura puede ser un manifiesto, una opinión por escrito puede convertirse en un grito de rebelión. De la estética corrompida a la política corrupta había un paso muy pequeño que la mayoría de las personas que me rodeaban ya habían descubierto.

Luke asintió: realmente le hubiera gustado comprender. Quería hacerlo porque, evidentemente, lo que la princesa acababa de decir era muy importante para ella.

Viñeta de un cómic basado en El ojo de la mente en el que Leia se enfrenta a Darth Vader

Evidentemente, lo que la princesa acababa de decir era muy importante para ella, Luke Skywalker, tanto que fue eso lo que la condujo a jugarse la vida en la Alianza Rebelde. Pero Luke no conseguía comprenderlo. Es cierto que el joven Skywalker aún no había completado su formación como jedi.  Quizá en el próximo episodio, cuando se encuentre con el gran maestro Yoda, Luke comprenda por fin. Eso si no es demasiado tarde, claro, porque, cuando Luke se encuentre con Yoda, la vida de Leia, Han Solo y Chewbacca estará en peligro y Luke se verá obligado a escoger entre completar su formación y convertirse en un verdadero jedi capaz de controlar la Fuerza o ir a lo loco a salvar a sus amigos de las garras de Darth Vader (uno que vaya si controla el lado oscuro de la Fuerza y la tiene todita puesta al servicio del Imperio) antes de que sea demasiado tarde. Vamos, lo de siempre. La lucha continúa. Que la Fuerza os acompañe.

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