El fin de un ocaso

blanca reverberació blanc, de manu estrada

Reseña de la ultima gira por el Baix Empordà del artista sonoro Manu Estrada, por Joan Rodríguez.

Luego de un período de apertura sensorial y de profunda búsqueda expresiva, que lo llevó por las más diversas experiencias artísticas en diferentes ciudades de Europa, época a la vez retrospectiva y de efímera participación en la ecléctica vida cultural de su tierra, Manu decide establecerse en Sant Martí Vell atraído por las cualidades artísticas de la región y principalmente por las capacidades receptivas de algunos de sus habitantes. Es destacable que sus sonidos son muy bien acogidos y resuenan en diferentes puntos de esa comarca como nunca antes en su carrera.

A partir de los lazos humanos tendidos y la estrecha amistad con artistas de la región, Manu consigue una serie de encargos de obras que lo mantendrán en un diálogo muy estrecho con el mundo de las artes visuales y hasta con la arquitectura. Al mismo tiempo nunca resigna su particular sensibilidad sonora a las simples impresiones acústicas que lo rodean y conforman el peculiar universo sónico donde constelan sus obras.


blanca reverberació blanc 2, de manu estrada

La primera obra de la serie se titula blanca reverberaciò blanc y consiste en un gran espacio vacío de objetos y a la vez colmado de luz y sonidos. El color blanco que reviste el ámbito es la manifestación tangible del espacio indeterminado, del no lugar que Manu propone en esta obra de grandes dimensiones y ausencias aún mayores. En cuanto al material sonoro de esta obra, es el vacío en este caso también el encargado de completar y colmar cada rincón del espacio creado. Las infinitas resonancias y ecos producidos hacen del más insignificante murmullo una cosmogonía sonora de singular belleza. Esta reflexión por demás inacabada sugiere en si misma tanto la complementación de las diferentes partes en un todo, como la apreciacion de cada una de ellas en su especificidad más singular y efímera.

La segunda obra pequeña cagada naranjita y tercera villa-loft de llum pueden agruparse bajo un mismo ciclo debido a su proximidad espaciotemporal y su relación complementaria. En el caso de pequeña cagada naranjita el espacio abovedado es dividido en dos secciones de resonancias similares mas no idénticas. La primera sección esta recortada por una serie de volúmenes irregulares que descomponen el espacio y quiebran toda posible lectura unívoca de la obra, dejando en plena libertad toda clase de juegos de luces, sombras que nunca ocurren. Al comentar sobre esta obra el autor dice: …si no fuera por la ineptitud y falta de criterio tanto profesional como estético y estilístico del carpintero, uno casi podria cagar en el bosque, ¿no?… La segunda sección de la pieza es plenamente tenebrosa, no hay en ella posibilidad alguna de encontrar vida natural sin hacer uso de algún artilugio psíquico o eléctrico. Esta omnipresencia de la oscuridad, de la ausencia de vida, se ve contrapuesta con un nurtido repertorio de resonancias y modos naturales perceptibles desde casi cualquier sector del ambiente. Estos sugerentes sonidos evocan desde la profundidad de una caverna hasta la frescura y libertad de una mañana en el campo.

villa-loft de llum es tal vez la obra en la que el artista dedicó la mayor cantidad de energias y tiempo. Enclavada al pie del bosque se erige esta obra de gran vitalidad y frescura. Compuesta de un único espacio diáfano colmado de paz la obra pendula entre el ser, el estar y el devenir, sin que este movimiento indefinido obstruya en algún aspecto las cualidades estéticas y expresivas que la caracterizan. A pesar de las diferencias originadas en relación al grado de ruptura con la idea primigenia y una vez superadas las mismas es posible descubrir a lo largo de toda la pieza cierta pureza material junto con una ecléctica configuración espacial de elementos accesorios que se involucran con la obra no de manera directa pero con una impeceptible cantidad de sugestiones y condicionamientos individuales. Las cualidades acústicas no presuponen organización alguna a priori, aunque en un plano secundario e ifinitamente introspectivo nada escapa a la aguda sensibilidad sonora del autor. Una vez abiertas todas las ventanas, son los mismos sonidos exteriores los que se funden en una sinfonía de claroscuros acústicos de densidades variables y múltiples espacios de resonancias.

La serie se cierra con el ciclo mas nadal, que ahogalse compuesta de 3 obras de diferentes magnitudes. Estas son blancómate en el pasillo, verd campament-cocina de verano y blau da costa o ultramar ma non pitufo.

blancómate en el pasillo es un breve ensayo, casi incompleto que reúne en un reducido espacio toda clase de texturas y matices de luz. Es posible encontrar en esta singular obra cierto tipo de síntesis de experiencias y hasta una conclusión primigenia de los diferentes caminos recorridos hasta el momento.

En verd campament-cocina de verano Manu se acerca al grotesco y a la ironía más radical hacia las incoherencias de la vida castrense y sus contradicciones representadas en un ámbito por demás familiar. Es una refinada pero no menos aguda denuncia sobre los abusos ejercidos a partir de ciertos estratos de poder tanto físico como psicológico. El autor expone aqui su lado más comprometido y hasta cierto punto político, sin abandonar en ningún momento la belleza y la calidad estilística que ha logrado conquistar en este período de su vida. Los objetos que constituyen la escena caótica de verd campament…. proponen a la vez un doble recorrido desde la quietud y la contemplación más entrópica hasta el frenesí de una cocina de campaña en pleno zafarrancho de combate.

La obra que cierra el ciclo mas nadal, que ahogalse y la serie completa de encargos del Baix Empordà es blau da costa o ultramar ma non pitufo, que sorprende una vez más por su frescura y serenidad en directo contraste con las anteriores obras del ciclo. En ella el cielo y el mar se fusionan en una danza cósmica de color, luz y eternidad. La esperanza de un futuro venturoso, una vida de paz y armonía se deja llevar de la mano por este espacio que Manu propone como grito clavado en la miseria de este mundo deshumanizado. Evidente territorio de fraternidad y fecunda convivencia entre las más disímiles expresiones blau da costa… deja abierta la propuesta universal de la cooperación interespecies y la ambigua reflexión sobre la verdadera escencia de la humanidad en un mundo encaminado al abismo de la autodestrucción.

Esta entrada fue publicada en Obras clave en el desarrollo de la acción en Catalunya. Guarda el enlace permanente.