SUGA es un estado alterado y confuso.

Un momento de hiperlucidez.

Una dramatización cósmica.

Un videoclip.

SUGA es un fantasma.

Un tono.

Un pacto.

 

Con lo bonito que se ve el windows 10 y lo pesado que es ponerse a programar…

SuGA intenta enredarse entre los hilillos invisibles.

Entre los calambres.

Las chispitas.

Hacer visible lo invisible.

Esas dimensiones que lo complican todo.

 

SUGA es un tratado escénico de metafísica animista.

Un viaje no imaginario al centro de la imaginación.

A la capital misma.

Un viaje organizado.

Un crucero.

Humanos torpes tratando obcecadamente de lidiar con un misterio.

 

PARA PODER PENSAR ALGO

LO PRIMERO QUE HAY QUE HACER

ES PENSAR TODO EL ESPECTRO

EN QUE PODRÍA SER PENSADO.

 

PARA PODER  CONTROLAR

HACE FALTA ASEGURARSE

DE QUE SE  IMAGINA IGUAL.

 

El objetivo de SUGA es desmantelar la realidad

a base de mostrar

lo que todos sabemos que existe

pero hacemos como que no.

Volatilizar lo que sabemos que no existe,

aunque hagamos como que si.

No es por joder ni nada.

Es por jugar a algo.

Por proponer algo.

Un limbo intenso.

¿Por qué no?