Vienen con todo. Sobre “Oda a la pasiva tóxica” (apertura de proceso), del colectivo Pornotráfico, vista en BOX LEVANTE – Centro escénico del Estrecho, Festival SUR (Algeciras), el 12 de octubre 2025

Durante la última temporada que pasé en Ciudad de México, a principios de 2023, en el medio teatral se hablaba de una obra que se había estrenado hacía poco: Jodidxs, de Anacarsis Ramos y el colectivo Pornotráfico. Yo no alcancé a verla y las versiones eran confusas, nadie acertaba a explicar claramente cómo era o de qué trataba, pero aquellos con quienes hablé expresaban, con recursos lingüísticos o extralingüísticos (a veces solo gestos), su asombro y asentimiento. Aquella obra había impactado y tiempo después se seguía hablando de ella. Eso ya es mucho, y más en una ciudad que supera los 20 millones de habitantes. Resulta que el teatro todavía puede impactar. Primera buena noticia. La segunda es que esa obra venía de la mano de un colectivo de artistas muy jóvenes: Anacarsis Ramos, Santiago Villalpando y Karla Sánchez, núcleo duro del colectivo, rondan apenas los treinta años. Y con esa, su segunda obra, irrumpieron con fuerza y se posicionaron en la escena mexicana.

Y por seguir con buenas noticias, diremos que acaban de disfrutar de una residencia de creación durante dos semanas en Box Levante – Centro escénico del Estrecho (Alcultura), y que el domingo pasado ofrecieron una apertura pública, en el marco del festival SUR, de su proceso de trabajo. ¿Cómo llegaron hasta Algeciras? El año pasado Box Levante solicitó una de las ayudas del Programa Iberescena para “Creación en residencia”, y le fue concedida. Hicieron entonces una convocatoria pública para acoger a dos artistas o colectivos durante 2025. Para sorpresa de los organizadores, a esa convocatoria se presentaron casi 300 proyectos, entre ellos el de Pornotráfico, que fue seleccionado junto con otro del artista argentino Ignacio Tamagno.

Entre medias (en los meses que pasaron desde que se presentaron a la convocatoria hasta que vinieron a Algeciras) Pornotráfico estrenó en México su tercera obra: Mi madre y el dinero. La vieron los programadores del Kunstenfestivaldesarts de Bruselas, un festival de referencia de la escena contemporánea a nivel mundial. La primera presentación del colectivo fuera de México fue en ese festival, lo que les ha abierto las puertas de los teatros y festivales más importantes de Europa, por donde van a girar durante dos meses a inicios del año que viene, aparte de otras citas.

Aquí en Algeciras han estado trabajando sobre su próximo proyecto: Oda a la pasiva tóxica, todavía en fase muy inicial. Aún así, lo que presentaron como apertura pública de su proceso de trabajo fue un collage muy bien ensamblado de materiales muy sólidos y prometedores, que desvelan un muy buen hacer teatral y un planteamiento claro y riguroso. Si hubieran dicho que se trataba de una obra acabada, habría sido perfectamente verosímil. El proyecto parte de la historia de un amor no correspondido entre Anacarsis y el actor Ernesto M. Agraz, ambos en escena. Anacarsis le propone a Ernesto cumplir en la ficción (¿una película?) lo que no se cumplió en la realidad. Esta trama, en principio muy simple, les da pie para hablar de muchas cosas: la idealización de las relaciones románticas, la exigencia de ‘belleza’ y fortaleza en los cuerpos, los imaginarios pornográficos, los estereotipos de la masculinidad hegemónica, la búsqueda de masculinidades más fluidas, el tabú del placer anal y la estigmatización del que es penetrado (asociándolo a algo inferior o ‘femenino’, con lo que ahí se cuela, de paso, de misoginia). Hablan y hacen sin tapujos, pero tampoco con alardes. De fondo, un discurso muy anclado en las teorías queer y el poscolonialismo. Proponen reflexiones profundas de una manera amable, sin ostentación ni pedantería y sin caer en el cinismo. Manejan además un humor fino, mucha ironía y autoironía. A pesar de su juventud, hay mucha madurez en sus planteamientos y el desarrollo, y un fuerte grado de exposición personal. Están también algunas marcas de su generación: referencias a Instagram, TikTok… No sabemos qué de todo esto (ni cómo) quedará en la obra final, pero desde luego, promete. Lo que presentaron tenía mucho de meta-obra (explicación sobre la propia obra), una manera muy inteligente de hacer cómplice al público del proceso de creación y un distanciamiento que amplía las posibilidades discursivas, un ingrediente que ya estaba presente en Mi madre y el dinero.

Y en medio de todo eso, dedicaron una parte a la ciudad de Algeciras. A partir de lo que fueron oyendo durante su estancia y de fotos que tomaron, hicieron un paralelismo entre la ‘fealdad’ de una ciudad y la ‘fealdad’ de un cuerpo, con una delicada reflexión de fondo sobre la belleza, el éxito y el fracaso. A todo eso les dio tiempo.

Anacarsis Ramos, líder de Pornotráfico, de madre campechana y padre canario, se crió en Campeche, en el sureste mexicano. A los 18 años se fue a vivir a Ciudad de México. Es autodidacta en cuanto a su quehacer teatral. En conversación privada, con una mezcla entre orgullo y sorna, se confiesa teatralmente “hijita de Angélica Liddell” (último premio Nacional de Teatro). Pero igual que habla de Liddell como referente, habla de Rodrigo García, de Romeo Castellucci, de Marthaler, de Castorf, de Rabih Mroué, de She She Pop; y de Bernardo Gamboa, Alberto Villarreal y Lagartijas tiradas al sol entre los mexicanos (estos últimos, presentes también en SUR en el mes de noviembre). Es impresionante, a su edad, la cantidad de referencias literarias, cinematográficas, artísticas y escénicas que maneja. Tiene un conocimiento del panorama teatral contemporáneo español, europeo y latinoamericano que ya quisieran muchos de los egresados de las escuelas de arte dramático de nuestro país. Hace un excelente tándem con Santiago Villalpando (de ascendencia mexicano-catalana, nacido y criado en México), con quien comparte la dirección de esta obra.

En fin, creo que, para las veintitantas personas que ahí estuvimos, fue un regalo asistir a esta apertura pública de este proceso de trabajo, en la que nos mostraron sus costuras y toda una promesa de obra y de trayectoria. Ya sería un regalo si se tratara de artistas más veteranos o consolidados. Pero tratándose de gente tan joven es además entusiasmante. Vienen con todo. Bienvenidos sean.

Solo me queda animar al público de Algeciras a asomarse a esta ventana a la creación escénica contemporánea que es el festival SUR. Quedan muchas sorpresas por venir, y algo así no ocurre en Algeciras todos los días. Déjense mover por la curiosidad y tal vez, cuando menos se lo esperen, habrán sido contagiados por el virus de las artes vivas. Una manera más de disfrutar de la vida e intentar comprendernos.

Fernando Renjifo

 

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