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Archipiélago. Jerónimo Hagerman

Jerónimo Hagerman presenta el 13 de mayo su obra Archipiélago (Sistema modular dinámico hexagonal de islas vegetales), una intervención en la Calle Matadero que presenta al visitante una nueva posiblidad de interactuar con el espacio a través de las plantas y la geometría para crear distintas dinámicas sociales. Así, mediante la utilización de 20 hexágonos móviles de 3 distintos tamaños, colonizados por plantas trepadoras que los irán invadiendo a su antojo, y gracias a la movilidad de estos hexágonos, que se podrán disponer en formaciones muy distintas, Hagerman crea una pieza en la que lo más importante es “lo que sucede cuando la usa la gente” para descansar, socializar o dejar pasar el tiempo.

Inauguración: Viernes, 13 de mayo, 19 horas.  Matadero, Madrid

El arte debe poner al hombre en relación directa con las cosas y no con las ficciones de las cosas”.
Manifiesto Invencionista, Buenos Aires, 1946
Rescatar la simplicidad de la geometría, legitimar la vegetación como recurso artístico y generar espacios donde se establezcan nuevas dinámicas sociales son las claves principales del trabajo de Jerónimo Hagerman. Su producción se encuentra a medio camino entre el paisajismo tropical del brasileño Burle Max y las intervenciones geométricas del venezolano Cruz Díez. Nos encontramos ante un jardín móvil, con más de 200 plantas, donde el uso de la vegetación señala  la utilización, por parte de los poderes fácticos, de mecanismos de control bio-político; huyendo de considerar la ecología como nuevo dogma del siglo XXI.
La intención de Hagerman se dirige a la visibilización de la constante mutabilidad —como situación evolutiva en el espacio y en el tiempo— y el potencial ilimitado para la transformación que ofrece lo vegetal como recurso artístico. Plantas y módulos hexagonales son artífices de nuevos espacios de socialización que invitan al espectador a sumergirse en una nueva experiencia donde arquitectura, espacio público y comunidad se entrelazan. La interactuación del espectador irá definiendo la configuración del sistema, rescatando uno de los postulados del idealismo kantiano: no podemos saber cómo puede ser el mundo independientemente de nuestra experiencia en él; el sujeto cuando conoce la realidad no la deja intacta, la constituye.
Hagerman nos precipita hacia el universo cuántico, como punto de partida, para intentar descodificar las leyes que rigen a todo organismo vivo. El uso del hexágono tiene la intención de establecer un paralelismo entre el comportamiento del visitante y el de un “bosón de higgs” –partícula elemental hipotética, también llamada partícula divina, no observada experimentalmente hasta ahora- para tejer similitudes entre el mundo no perceptible y nuestra realidad más inmediata.
Luisa Fuentes Guaza

Jerónimo Hagerman es el segundo artista en haber pasado por el apartado de residencias de El Ranchito, y el primero en producir obra para Matadero Madrid.