VIDEO/CARTA 6. JOÃO ANGELINI. LO MARGINAL ES MAYORÍA

Muy buenos los “tapados de graffitis”.

Es muy buena idea considerar esa segunda intervención en la pared, que borra la primera, como un acto con potencial artístico. Y es buena idea pensar en ella de ese modo, porque desacraliza el graffiti al evidenciar que la opción de taparlo puede ser tan poética como el propio graffiti, y que no por ello es menos autoritario.

No creo que me relacione muy bien con la práctica del graffiti, porque además de que los encuentro todos muy homogeneizados y parecidos, también creo que es una cosa autoritaria desde el momento en que obligan a un montón de personas que transitan por ese lugar a convivir con la opinión del grafitero. Me parece una manifestación egocéntrica, una necesidad de afirmarse delante de los demás.

Es solo que no entiendo esta práctica como una acción colectiva y poco intencionada. Aunque la intención de señalar el graffiti como una manifestación artística no sea personal, o popular, la intención en el que tapó el graffiti tiene un halo de autoría cuando al fotografiar el tapado, lo presenta como arte. La misma intención está en quien confecciona un urinario, lo deslocaliza, renombrar y presenta de otra manera, lo que lo convierte en arte. Como tu dices: “es el hombre de arte ante la obra de la calle” -quien reconoce y señala esto que la calle ofrece- como una nueva obra de arte. Y la gente que luego relaciona esa intervención con el trabajo de artistas como Mark Rothko o Antoni Tàpies.

!Lo gestual, el arte puede ser una elección! La propia definición de lo que el arte también puede ser.

La cuestión es: ¿quién puede definir lo que es el arte? ¿quién valida la manifestación artística, como señala Dubuffet, como “el arte verdadero”? ¿quién tiene poder para hacer esa elección?Ah; la institución. Una vez más estamos hablando en torno a ella. Sea quien sea.

Es extrañamente obvio que un diálogo acerca del arte marginal (outsider art) caiga de forma vertiginosa dentro del espacio institucional. Partiendo de un término que sitúa ese espacio “fuera”, situando así lo incluido (in) y lo excluido (out) en un proceso de validación oficial e institucional, no podríamos llegar a otro punto. O quizás si… Partimos del límite que diseña esa cosa amorfa que incluye y excluye, no estábamos ni dentro ni fuera, pero sí encima de la línea que lo separa. Pero no se por qué, una vez más el diálogo se decantó por lo excluido (out) para mirar esa cosa con distancia. Nos hemos colocado dentro de ella. Y lo extraño, lo excluido es una vez más aquello que esa cosa excluyó, ya que nuestro punto de vista es formal: tenemos la cosa como algo referencial.

Esto puede habernos ocurrido por la poderosa fuerza gravitatoria institucional.

¡Puede ser también por el filtro que orienta todo! Al final estamos aquí conversando a través de un ordenador, por gmail, buscando vídeos en Google y lanzando mil enlaces de YouTube. Sin contar con que esta iniciativa surgió de una institución. No la iniciamos de forma espontánea, movidos por la voluntad de intercambiar ideas y opiniones sobre el arte marginal con una persona de otro continente. Pero este contacto, que surge oficializado y mediado institucionalmente se puede desdoblar en otra historia no mediada. Esa es la parte extraña de todo esto.

Incluso aunque esté mediada por un sistema cargado de segundas intenciones, todavía no consigo percibir que existe un proceso de humanización. El primer vídeo que enviaste es sobre eso. Aunque tenga una orientación comercial y de posible control por parte de Google, no diluye totalmente la dimensión humana de aquella manifestación. No solo eso. La gente tiene acceso a esa manifestación marginal porque existe esta herramienta.

Comprendo tu observación de intentar explorar otros espacios virtuales diferentes del monopolio de YouTube. Pero no sé cómo haremos algo así. No solo por sentirme víctima de la ignorancia (y la comodidad) dejo de buscar otros archivos virtuales con vídeo, sino también por asumir que la mayor parte de la manifestación marginal y artística intentará difundirse a través del medio oficial con más difusión. Entiendo que se trata de la búsqueda de espacio, de voz, de tener reconocimiento, de ser “oficial”. ¿Es un vídeo de YouTube con 10.000 visitas todavía marginal?

Si consideramos YouTube como un espacio de validación (lo que es in y lo que es out), y sabiendo de las posibilidades de publicación, ¿podemos entonces considerar que ahora la forma de la cosa está también determinada por personas y no solamente por sistemas abstractos de poder?.

No sé, pero estoy de acuerdo contigo; es un espacio peligroso. ¿Pero qué espacio no lo es? ¿Qué sistema de validación o distribución no lo ha sido? Nuestra historia está construida sobre esto, mediante elecciones propias de registro que pasan a ser oficiales. La historia es un hecho. Es una elección política y deliberada mostrar un lado, solo una cara de los hechos. Si una parte de lo que creemos que fue nuestra historia fue una elección de padres pedófilos que tenían el poder de seleccionar el registro del futuro, creo que entonces hemos mejorado. Pero el instrumento de validación tiene también la participación de personas como Amanda Baggs, del primer video.

Se me ocurre que quizás nuestra construcción fue en realidad guiada por los que controlan los sistemas de validación, registro y distribución de conocimiento. Valores políticos, estéticos, artísticos, morales, sexuales y todo lo demás. Y también cuántos puntos de vista se perdieron en este proceso de construcción.

Con las herramientas actuales, la historia es otra. La visión, el registro del marginal no está realizado por el poder, sino por el propio marginal. Y no se tú, pero me gusta mucho el revuelo que esto ha causado. Aquí en Brasil se descubrió que los marginales son la mayoría. Que en verdad los raros son los normales. Y la clase dominante que antes dictaba las reglas de construcción moral y estética están haciendo mimimi; llorando, pataleando. Porque ya no pueden filtrar las manifestaciones populares. Las mujeres del video que te envío ahora se oficializan como son y también construyen sus propios valores.

¿Hortera, ramplona, vulgar? ¿Para quién? ¿Quién dice que esto no puede ser arte también? Al final “el arte verdadero no sabe su nombre”. Es como dice Waltercio Caldas: ” la única persona interesada en hacer algo que se parezca con una obra de arte es un falsificador”.

Disculpa la verborrea, es que esto está muy interesante y las ganas y temas de los que hablar aumenta mucho. Es eso…

Gracias Félix