VIDEO/CARTA 1. FÉLIX PÉREZ-HITA. METÁFORAS QUE NO ENTENDEMOS


Prezado João,

Estuve viendo algunas cosas suyas que me parecieron muy interesantes. Me alegra que este proyecto me haya puesto a “danzar” con usted en esta curiosa aventura video- epistolar. Siento no hablar ni escribir bien el portugués, pero nuestras lenguas son primas hermanas y estoy seguro de que nos entenderemos bien.

El video que le envío, In My Language, de Amanda Baggs, es el primero que se me ocurrió cuando vi la propuesta de queridoyoutube. Se lo envío por esa fidelidad supersticiosa a las primeras impresiones, que parece que nos hace más sinceros.

El comentario del vídeo dice:
The first part is in my “native language,” and then the second part provides a translation, or at least an explanation. This is not a look-at-the-autie gawking freakshow as much as it is a statement about what gets considered thought, intelligence, personhood, language, and communication, and what does not.

(La primera parte está en mi ‘lenguaje materno’, y después la segunda parte ofrece una traducción o al menos una explicación. Esto no es tanto un freakshow del tipo ‘mira, la autista’, como una declaración sobre lo que habitualmente se considera pensamiento, inteligencia, humanidad, lenguaje y comunicación, y lo que no).

El caso de Amanda Baggs me parece un buen ejemplo del uso útil que podría darse a las nuevas herramientas tecnológicas, usos quizá no sospechados al principio. Al parecer los vídeos los graba, edita y los sube ella misma a la red.

Porque de poco sirve el progreso técnico si no permite que las gentes más débiles vivan mejor. Aprender a escuchar las voces marginadas y permitir que se expresen. A pesar de la tecnología, todavía andamos muy atrasados en estas cosas, como en tantas otras; como en una especie de prehistoria moral. Dice Tomas Szasz que quizá muchos de los llamados locos o alienados simplemente sean gentes que hablan con metáforas que no entendemos o que, cuando las entendemos, su significado no nos gusta.

El vídeo también plantea cuestiones básicas del arte contemporáneo (del videoarte también) desde una perspectiva tangencial y muy fértil. Habla de comunicación e interpretación en términos paralelos al de teorías hoy todavía vigentes. Hay más vídeos suyos en su canal de YouTube,  pero creo que este que envío es el que mejor se explica solo. Mejor que yo no diga mucho más y espere a escuchar lo que el vídeo te dice a ti.

Sin duda aprenderemos compartiendo nuestras impresiones, nuestras distintas miradas sobre las mismas cosas, a la deriva en el gran océano de la red. Confiemos en que esto sirva también luego a otros a descubrir aspectos del mundo que antes no conocían y a hacerse nuevas preguntas que nos sirvan quizá a todos. Esperando ilusionado su vídeo-respuesta y deseándole lo mejor.

Afectuosamente,

VIDEO/CARTA 2. JOÃO ANGELINI. HUMANIZAR LO ENLATADO


Olá Félix,
También yo estoy muy contento por la invitación a participar en este proyecto y poder establecer contigo un vídeo-diálogo. Tampoco me siento cómodo escribiendo en español, aunque no es un problema entender lo que escribes. La proximidad de nuestras lenguas ayuda mucho. Espero que por tu parte, sea parecido.

No te preocupes por lo del tono más serio de tu primera vídeo-carta, son cuestiones importantes y me hizo mucho bien tener contacto con eso y pensar un poco en ello. De cualquier manera, es medio difícil para los brasileños mantener la cosa muy seria. No es que no tratemos las cuestiones más indigestas que nos rodean, por el contrario, nos enfrentamos a ellas, sí. Pero preferimos digerirlas con un poco más de dulzura e ironía. No es por liviandad, sino porque así como Calvino, sabemos que tratar las cosas con levedad a veces resulta mucho más eficaz.

Son muy interesantes las posibilidades que las herramientas electrónicas y digitales nos permiten. Tal vez la más interesante en este momento y que has señalado tanto en tus palabras como en el vídeo que me envías, es la apertura a la voz de ciertos nichos marginales, fuera de los medios oficiales de producción y circulación.
Si entendí bien, ella misma graba, edita y sube los vídeos a la red. Muy fuerte. Es síntoma de una mudanza radical entre los medios que producen, publican y consumen productos artísticos o de entretenimiento. Se le dio voz a quien antes solo oía. Dentro de esto, creo importante resaltar cuál es el origen y la cualidad de esos nuevos productores. No se trata ya de una producción vinculada a la industria de la comunicación y e entretenimiento, que siempre estuvo -y todavía está- intrínsecamente ligada a sus financiadores, teniendo una fuerte orientación en los formatos y contenidos de su producción para manipulaciones comerciales y políticas.

Estos nuevos productores son autónomos, de hecho, son independientes. La red y el formato abierto que todavía la caracteriza, permite que existan otros emisores, además de los vehículos oficiales que producen y publican informaciones, entretenimiento y arte. Esto crea un nuevo sentido en el flujo informativo. Lo marginal pasa a ser productor/emisor y quien antes actuaba solo como emisor pasa a recibir alguna cosa de los que hasta entonces eran receptores pasivos. Eso se da en las instancias más particulares, tornando público aquello que era personal e íntimo, pero también en una escala más étnica/cultural, es decir, exponiendo situaciones locales en un contexto global. Creo que esa es la dimensión que más me interesa.

Asistí a algunas cosas tuyas y me parecieron muy buenas. Me gusta bastante esa huella política, de trabajar con cuestiones en un contexto político e ideológico, proponer nuevas realidades. El vídeo que envío evoca en mí esas cuestiones de un modo irónico y fulero, y hasta ingenuo. Es una típica situación brasileña.
El video es sólo un registro de una broma que es recurrente en algunas ciudades brasileñas. Es local y también producto de una situación global de colonización cultural que ocurre hace mucho tiempo. El registro no tiene ninguna pretensión artística, ni marginal, ni contestataria. Es eso tal vez lo que potencia su carácter marginal, artístico y político. Muchas de las estrategias del arte contemporáneo están presentes en la performance, en la apropiación de iconos y marcas del arte Pop cuando es (des) funcionalizado… !qué lindo!
Lo que me gusta es la devolución política que propone. Son personajes, marcas e iconos que el Imperio utilizó con la gente durante décadas para adoctrinar ideológicamente. Se creía, se comentaba, que esa adoctrinación era 100% efectiva. Que el pueblo era pasivo, que era completamente sumiso y tenía su comportamiento orientado hacia un tipo de manipulación mediática.

Sin embargo, ver al Capitán América, a Mickey Mouse o a Popeye convertidos en bailarines de pagode en las calles del interior de Brasil, ilustra algunas ideas de Michael de Certeau; si, nosotros recibimos sus productos, pero no los consumimos como ustedes querían. !Mira lo que la gente hace con sus héroes! Una performance naif contemporánea en la más espontánea de las acciones. Es un intento de pasteurizar una cultura y de uniformarnos como ellos que ha fracasado. Enfádense. Somos nosotros los que hemos humanizado lo enlatado. El macho alfa, el héroe heteronormativo, ahora se quiebra sin las amarras morales del ejército y de la guerra fría. Es muy bueno pensar que este tipo de cosas, que siempre hicimos pero se quedaban contenidas solamente aquí, están ahora circulando fuera de los reductos locales y volviendo a nosotros. Y ese retorno lo posibilita la plataforma red, donde todos podemos ser emisores. Ahora ellos, los de allí, pueden saber lo que la gente de aquí hace. El monólogo se transformó en diálogo. Y seguro que hay mucha gente que quiere hablar. Imagino el Imperio viendo este tipo de devoluciones a su invasión mediática. Y desde aquí pienso en el futuro de la situación económica; una de dos, o ellos abandonaron el barco y vieron que el paraíso tropical baila mientras ve el naufragio, o por el contrario vinieron a un lugar más seguro en busca de empleo como bailarines.

Es mejor parar aquí para que puedas sacar del vídeo las conclusiones y percepciones oportunas. Quedo a la espera del desdoblamiento que este diálogo tendrá. Y espero su video-respuesta con mi compromiso de una respuesta más dinámica. Vamos compartiendo nuestros puntos de vista…

VIDEO/CARTA 3. FÉLIX PÉREZ-HITA. CAMINOS DE DESEO


Magníficos vídeos!!! João. Obrigado. ¡Qué graciosos son, inevitablemente! En parte por lo que tú dices en tu carta. Lo que envías me recuerda a algunos dibujos y gags de Raymond Pettibon y de otro dibujante español: Miguel Brieva.

Sí, tienes razón, se trataría de no hacer uso de las cosas que nos venden de la manera que los vendedores quieren que las usemos. Lo mismo ha sucedido, en algún sentido, con las nuevas tecnologías de las que hablamos: aunque muchos inventos nazcan para fines militares o de control social (o de simple consumo), esos instrumentos acaban siendo utilizados contra el poder que los vendía. La gente anónima ha demostrado una inventiva maravillosa con muchas de estas herramientas. Efectivamente: “Fomos nós que humanizamos o enlatado”. (Aunque quizá, en muchos casos, se está perdiendo mucho inevitablemente por el camino, cosas que quizá haya que volver a recuperarlas).

Hay un versito de Isabel Escudero que dice.

Que no, juguete,
que a ese juego
no juego yo.

Algo parecido proponía Jean Dubuffet al tocar un violín como si fuera un tambor o un tambor como si fuera un piano. Esto de la gente anónima haciendo algo distinto de lo que está mandado desde arriba, me recuerda un fenómeno en el que me fijé hace algunos años: lo que llaman caminitos de deseo (DESIRE PATHS).
CAMINO DE DESEO: Término usado en arquitectura de paisaje para describir un sendero, dentro de zona urbanizada, que no está diseñado, sino que más bien ha sido trazado gradual y casualmente por la erosión del paso de la gente que busca el camino más corto entre dos puntos.

Es un caso de urbanismo colectivo, no sólo anónimo, sino inconsciente. También es un fenómeno internacional, o global, como decimos ahora. Estoy seguro de que ustedes tienen muchos por ahí. Georgie R. Administrador del grupo de flickr (donde yo “descubrí” esos senderitos que todos hemos visto desde pequeños) hace una observación importante: “La clave del caminito de deseo no es sólo que sea un sendero que haya hecho una persona o un grupo, sino que esté hecho contra la voluntad de alguna autoridad que querría que fuéramos por otro camino menos conveniente.”

Me parece buen ejemplo para otros fenómenos análogos (los estudios de mercado, la arquitectura autoritaria de las grandes superficies, las pesquisas en Internet, que también van dejando un rastro, etc.). Y no me extiendo más. A ver que le sugiere a ustedes esto que a mí me interesa desde hace tiempo.

Buen día y salud le desea,

Félix

PS:
Parece ser que en una de las últimas ampliaciones del campus del MIT, construyeron los edificios y el césped entre ellos, pero esperaron unos meses a que el paso natural de la gente trazara los caminos y, solo entonces, acabaron de poner el asfalto en sobre ellos.

VIDEO/CARTA 4. JOÃO ANGELINI. HABLEN MAL PERO HABLEN DE MI

Me gustan mucho las fotos y el vídeo de las líneas de deseo -es como se llaman aquí-. Lo más divertido de ver estas imágenes es qué rápido puedo reconocerlas. !Son extremadamente familiares! Concretamente en Brasilia, esas líneas son innumerables y la forma de la ciudad favorece que sean reforzadas visualmente, igual que la condición rígida del patrimonio moderno y de la capital política, potencia la discusión que levantan los caminitos de deseo. Son la manifestación humana dentro del desarrollo urbanístico institucional del Estado. Igual que ocurre dentro de este espacio virtual.

Entiendo lo que sitúas como una posible subversión, casi una ocupación de la herramienta de origen militar para el control que el urbanismo supone. Somos creativos y podemos aprovecharnos de este recurso, revertiendo su función original. Pero Félix, creo que tenemos que tener mucho cuidado para no acabar alimentando un ‘monstruo’ potencial.

Por ejemplo, yo como artista todavía tengo mucho recelo de estar “hospedado” en este espacio (YouTube), que pertenece a una empresa que comercializa lo que está archivado en la plataforma. Entiendo todo lo relativo a la red como espacio de acceso, democratización de la información, blablabla, pero no sé si quiero tener mi materia prima comercializada por marcas como Google o YouTube. No es que no quiera que mi arte circule y sea visto. Lo que no quiero es que mi obra esté mediada por marcas que no me ayudaron en nada a producir mis vídeos. Igual que no ayudaron a nadie aunque luego comercialicen su materia prima y hagan dinero con la seductora posibilidad de distribuir y promoverla. Y además nunca reparten entre la gente el lucro obtenido. Es explotación. En este asunto soy casi un sindicalista panfletario.

No sé muy bien hasta qué punto la forma y el contenido político de estos trabajos no nos comprometen precisamente por estar hospedados en espacios institucionales oficiales de Internet. Por más que seamos creativos y subversivos, no podemos subestimar la fuerza que tienen estas empresas, fuerza que creo estamos reforzando con este proyecto. Lo peor es que olvidamos que existen infinitos medios, soportes o formatos alternativos para que circulen de forma independiente el arte y la información. Estamos reforzando el monopolio. Olvidamos que existen otros medios diferentes en Internet.

“Que hablen mal, pero que hablen de mí”. Creamos público para ellos, damos nuestra materia para que ellos la exploten. No se si eso está tan bien. En fin… Es como un arte marginal oficializado. Colocar un trabajo marginal, naif, contestatario en una galería de arte, por ejemplo, ¿refuerza o diluye su característica peculiar?

Cuando los caminitos del deseo son pavimentados, oficializados por el Estado, dejan de ser deseos y pasan a ser caminos efectivos. OK. ¿Pero pierden la esencia de humanizar el urbanismo estatal? ¿O es esa esencia potenciada al máximo?. Aquí tienes fotos de la Explanada de Brasilia, donde las pavimentaciones transversales, un día fueron caminitos del deseo, pero el Estado resolvió aprovechar las elecciones de las personas para hacer la pavimentación.

Un vídeo contestatario en una plataforma como YouTube, ¿humaniza la plataforma o es un producto pasteurizado, un número más entre tanto vídeo? Creo que es un poco de ambas cosas; cal y arena. Un Mickey bailando pagode en Brasil es tanto un ejemplo de resistencia cultural brasileña ante la dominación como una constatación del poder americano sobre nuestra cultura. Eso me hace pensar mucho en la estrategia que los medios oficiales (del arte, políticos y económicos) usan, diluyendo el lado contestatario de las cosas mediante su apropiación y oficialización.

O cómo algunos artistas naif, esquizofrénicos, locos o simplemente freaks (o a veces todo junto) tienen su lado más encantador, elocuente, honesto o artístico enterrado en espacios, discursos y contextos formales y ácidos. Aquí verás un caso en el que uno de estos personajes, que tiene una serie de intervenciones urbanas, ve como éstas son utilizadas ¡como material de propaganda electoral! Precisamente porque el gobierno local quería deshacer un trabajo maravilloso de graffiti hecho por él en los viaductos de Río de Janeiro. Además de este tema, sus trabajos se convirtieron en productos, ¡en camisetas! Hoy son adhesivos de coche para la clase media que hace demagogia con el lema del graffiti Gentilezas no Brasil. El trabajo de él se difundió, pasando del viaducto local en forma de graffiti a una pegatina en serie distribuida a nivel nacional.

Pero hablando en serio: ¿estos casos potencian o diluyen el contenido del trabajo artístico? ¿Y quién recibe dinero por los derechos de autor?
Todo esto por ahora. Espero tu respuesta.
Abrazos,

VIDEO/CARTA 5. FÉLIX PÉREZ-HITA. ARTE NO INTENCIONAL

Tienes razón, João,

Es muy peligroso el monopolio cada vez más grande de Google/YouTube, o Amazon, o de otras grandes compañías. Es como la dirección contraria a lo que decíamos de tu primer vídeo: la gente humaniza lo enlatado, pero los distintos poderes también enlatan lo humano. Se trata del clásico problema de la integración o absorción de la protesta por parte del Poder (público o privado). Es más: la metáfora de los caminitos de deseo es algo que ya utilizan también muchas compañías de marketing, referido a que hay que seguir el camino de deseo de los consumidores para atacar con la estrategia de venta por ahí.

Hay un vídeo en el mismo YouTube que enumera todas las empresas que ha ido comprando Google desde su creación. El vídeo acaba con la leyenda: “Google, haciendo grandes esfuerzos para no ser malo”. O este otro sobre Serco (empresa de la que nunca oímos hablar en las noticias oficiales).

La magnitud brutal de esas empresas privadas hace que su decisiones sean, en realidad, de interés público, ya que nos afectan a todos. Y es verdad que todos alimentamos en alguna medida a esos monstruos, sin sospecharlo muchas veces. Pero, al mismo tiempo, confiamos en que Dios (el Poder, el Dinero, etc.) no es nunca Todopoderoso, que siempre tiene grietas y defectos por donde intentar hacer algo bueno para la gente.

Es muy interesante el fenómeno de Gentileza que me envió. No tuve mucho tiempo de leer sus mensajes, pero le prometo que en cuanto tenga algo más de tiempo me dedicaré a hacerlo. No me extrañaría que ya existiera un tipo de letra para los computadores (una font) copiada de la pulcra caligrafía de Gentileza, y quizá con Copyright. “Uma arte marginal oficializada”, como usted dice.
En la historia han pasado muchas veces cosas parecidas: artistas que en su momento fueron poco conocidos y maltratados por la sociedad y el Estado (que quizá ni siquiera sabía nada de ellos), y que una vez muertos han sido utilizado por los estados nacionales o las empresas comerciales de la manera más estúpida y traicionera posible, con finalidades básicamente propagandísticas, turísticas y dinerarias. Hay incluso una relación directa, creo, entre la magnitud de su desgracia en vida y la de su prestigio (y el precio pagado por sus obras) después de su muerte. Van Gogh o Kafka serían los ejemplos más conocidos. De ambos se sigue exprimiendo dinero, comercializándolos a veces de las formas más inapropiadas que se puedan imaginar, cometiendo una verdadera traición a lo que sus obras todavía puedan enseñar y hacer disfrutar a la gente. Interpretar esos escritos de Gentileza de una manera tendenciosa o utilizarlos como publicidad de algo, como mero reclamo turístico, es seguramente maltratarlos.

Lo que le envío yo ahora habla también de esa dialéctica entre el arte y lo social, y de ese juego de espejos entre lo que viene desde abajo y lo administrado desde arriba.
Hice una selección de fotos tomadas por mucha gente por todo el mundo de lo que quiero mostrarle, quizá ya has oído hablar de ello:
El ARTE SECRETO (Y NO INTENCIONAL) DEL TAPADO DE GRAFFITI.

Jean Dubuffet hablaba de “el hombre de la calle ante la obra de arte”. En este caso de los graffitis cubiertos, se podría hablar de “el hombre de arte ante la obra de la calle”. Ya somos muchos los que hemos visto muchas obras de arte moderno (las masas de cultos), y sabemos del papel importante del azar en su desarrollo teórico, y la importancia de los objetos encontrados (ready-mades, objets trouvés) y de las texturas. También sabemos de ese carácter problemático de la valoración excesiva de la firma personal, del papel envenenado del dinero en el mundo del gran arte occidental. (Por ejemplo: quien tiene un Jackson Pollock en su casa tiene, principalmente, un problema: cámaras de vigilancia, seguro contra robos, etc., y se debe de hacer muy difícil disfrutar así de la obra ). Como si Cristo tuviera razón y hubiera que expulsar también a los mercaderes del templo del Arte. Jean Dubuffet escribía en “Cambia el viento” (introducción del “Almanaque del arte en bruto”), 1948:

La noción de dinero y la imbécil noción de gloria cobraron tales proporciones desde hace varios siglos que han ahogado casi totalmente el verdadero sentido del arte y el mecanismo gracioso de la verdadera producción artística. Nunca se habló tanto del arte ni se discutió tanto del arte ni se veneró tanto las artes como se hace en la actualidad y eso es una mala señal: cuando una cosa existe realmente no se habla de ella; y cuando está bien viva y difundida en todo el mundo no se la enaltece tanto. Generalmente, cuando una cosa está en su flor y en toda su fuerza, no se nombra, y tan pronto como se le ha encontrado un nombre, como por ejemplo en nuestro asunto el nombre de arte, es que empieza a declinar. El arte verdadero no sabe su nombre. En el peor de los casos, lo olvida. (…) El arte se halla donde no se busca, donde no se piensa en él.”

En el caso de estos tapados es el espectador el que elige, el que es sensible a una de esas pinturas (gratuitas) que tapan otras que fueron consideradas impropias o feas por el dueño de la pared, en muchos casos el Estado.

También evocan los “pentimenti” de los cuadros antiguos: son como un arrepentimiento colectivo, social, un encubrimiento de ciertas vergüenzas o contradicciones de la sociedad, o expresión de la censura de esa misma sociedad. Se les podrían aplicar rayos-X para ver qué es lo que tapan todos esos cuadrados de colores.

Sabemos que no hay mucha diferencia en el modo de factura de estas pinturas casuales y la entrega a mecanismos aleatorios, estrategias del azar o a la gestualidad libre, inconsciente o irracional en que se apoyan y justifican muchos artistas de hoy.

Paul Valéry en Tel quel, Gallimard, 1948, escribía:
“Aquello que me interesa – cuando tiene lugar – no es la obra, no es el autor, es aquello que hace la obra. Toda obra es obra de otras muchas cosas más que un autor”

Estos graffiti tapados (obras no intencionales) podría decirse que son de una gestualidad colectiva, inconsciente, porque no creo que muchos de los que se dedican, profesional o eventualmente, a tapar graffiti (o a arrancar carteles) sepan algo de la obra de Mark Rothko, Frenz Kline, Antoni Tàpies, Raymond Hains, Mimmo Rotella, Nicolas de Staël o de otros pintores (informalistas, minimalistas, nuevos realistas, expresionistas abstractos, etc.).

Bueno, eso, y siento mucho la longitud de esta respuesta mía, no me alargo más.

Muito obrigado, João,

Félix

NOTAS:

1- Al principio de este proyecto, hablábamos con Iñigo de que deberíamos hacer esfuerzos por que aparecieran en el trabajo otras plataformas en las cuales, muchas veces, se pueden encontrar los mismos vídeos que hay en YouTube o Vimeo, u otros vídeos muy parecidos.
Site como el famoso: www.archive.org.

2-Nota: Aquí, en Barcelona, tenemos a Gaudí y su Sagrada Familia, iglesia inacabada pero muy espectacular que Gaudí había bautizado como: “La catedral de los pobres”, pero que ahora es el monumento más caro de visitar de España (¡gestionado por la propia iglesia!), y nadie parece escandalizarse de esa contradicción.

3- Mark Rothko – Cuadros como Dramas.

VIDEO/CARTA 6. JOÃO ANGELINI. LO MARGINAL ES MAYORÍA

Muy buenos los “tapados de graffitis”.

Es muy buena idea considerar esa segunda intervención en la pared, que borra la primera, como un acto con potencial artístico. Y es buena idea pensar en ella de ese modo, porque desacraliza el graffiti al evidenciar que la opción de taparlo puede ser tan poética como el propio graffiti, y que no por ello es menos autoritario.

No creo que me relacione muy bien con la práctica del graffiti, porque además de que los encuentro todos muy homogeneizados y parecidos, también creo que es una cosa autoritaria desde el momento en que obligan a un montón de personas que transitan por ese lugar a convivir con la opinión del grafitero. Me parece una manifestación egocéntrica, una necesidad de afirmarse delante de los demás.

Es solo que no entiendo esta práctica como una acción colectiva y poco intencionada. Aunque la intención de señalar el graffiti como una manifestación artística no sea personal, o popular, la intención en el que tapó el graffiti tiene un halo de autoría cuando al fotografiar el tapado, lo presenta como arte. La misma intención está en quien confecciona un urinario, lo deslocaliza, renombrar y presenta de otra manera, lo que lo convierte en arte. Como tu dices: “es el hombre de arte ante la obra de la calle” -quien reconoce y señala esto que la calle ofrece- como una nueva obra de arte. Y la gente que luego relaciona esa intervención con el trabajo de artistas como Mark Rothko o Antoni Tàpies.

!Lo gestual, el arte puede ser una elección! La propia definición de lo que el arte también puede ser.

La cuestión es: ¿quién puede definir lo que es el arte? ¿quién valida la manifestación artística, como señala Dubuffet, como “el arte verdadero”? ¿quién tiene poder para hacer esa elección?Ah; la institución. Una vez más estamos hablando en torno a ella. Sea quien sea.

Es extrañamente obvio que un diálogo acerca del arte marginal (outsider art) caiga de forma vertiginosa dentro del espacio institucional. Partiendo de un término que sitúa ese espacio “fuera”, situando así lo incluido (in) y lo excluido (out) en un proceso de validación oficial e institucional, no podríamos llegar a otro punto. O quizás si… Partimos del límite que diseña esa cosa amorfa que incluye y excluye, no estábamos ni dentro ni fuera, pero sí encima de la línea que lo separa. Pero no se por qué, una vez más el diálogo se decantó por lo excluido (out) para mirar esa cosa con distancia. Nos hemos colocado dentro de ella. Y lo extraño, lo excluido es una vez más aquello que esa cosa excluyó, ya que nuestro punto de vista es formal: tenemos la cosa como algo referencial.

Esto puede habernos ocurrido por la poderosa fuerza gravitatoria institucional.

¡Puede ser también por el filtro que orienta todo! Al final estamos aquí conversando a través de un ordenador, por gmail, buscando vídeos en Google y lanzando mil enlaces de YouTube. Sin contar con que esta iniciativa surgió de una institución. No la iniciamos de forma espontánea, movidos por la voluntad de intercambiar ideas y opiniones sobre el arte marginal con una persona de otro continente. Pero este contacto, que surge oficializado y mediado institucionalmente se puede desdoblar en otra historia no mediada. Esa es la parte extraña de todo esto.

Incluso aunque esté mediada por un sistema cargado de segundas intenciones, todavía no consigo percibir que existe un proceso de humanización. El primer vídeo que enviaste es sobre eso. Aunque tenga una orientación comercial y de posible control por parte de Google, no diluye totalmente la dimensión humana de aquella manifestación. No solo eso. La gente tiene acceso a esa manifestación marginal porque existe esta herramienta.

Comprendo tu observación de intentar explorar otros espacios virtuales diferentes del monopolio de YouTube. Pero no sé cómo haremos algo así. No solo por sentirme víctima de la ignorancia (y la comodidad) dejo de buscar otros archivos virtuales con vídeo, sino también por asumir que la mayor parte de la manifestación marginal y artística intentará difundirse a través del medio oficial con más difusión. Entiendo que se trata de la búsqueda de espacio, de voz, de tener reconocimiento, de ser “oficial”. ¿Es un vídeo de YouTube con 10.000 visitas todavía marginal?

Si consideramos YouTube como un espacio de validación (lo que es in y lo que es out), y sabiendo de las posibilidades de publicación, ¿podemos entonces considerar que ahora la forma de la cosa está también determinada por personas y no solamente por sistemas abstractos de poder?.

No sé, pero estoy de acuerdo contigo; es un espacio peligroso. ¿Pero qué espacio no lo es? ¿Qué sistema de validación o distribución no lo ha sido? Nuestra historia está construida sobre esto, mediante elecciones propias de registro que pasan a ser oficiales. La historia es un hecho. Es una elección política y deliberada mostrar un lado, solo una cara de los hechos. Si una parte de lo que creemos que fue nuestra historia fue una elección de padres pedófilos que tenían el poder de seleccionar el registro del futuro, creo que entonces hemos mejorado. Pero el instrumento de validación tiene también la participación de personas como Amanda Baggs, del primer video.

Se me ocurre que quizás nuestra construcción fue en realidad guiada por los que controlan los sistemas de validación, registro y distribución de conocimiento. Valores políticos, estéticos, artísticos, morales, sexuales y todo lo demás. Y también cuántos puntos de vista se perdieron en este proceso de construcción.

Con las herramientas actuales, la historia es otra. La visión, el registro del marginal no está realizado por el poder, sino por el propio marginal. Y no se tú, pero me gusta mucho el revuelo que esto ha causado. Aquí en Brasil se descubrió que los marginales son la mayoría. Que en verdad los raros son los normales. Y la clase dominante que antes dictaba las reglas de construcción moral y estética están haciendo mimimi; llorando, pataleando. Porque ya no pueden filtrar las manifestaciones populares. Las mujeres del video que te envío ahora se oficializan como son y también construyen sus propios valores.

¿Hortera, ramplona, vulgar? ¿Para quién? ¿Quién dice que esto no puede ser arte también? Al final “el arte verdadero no sabe su nombre”. Es como dice Waltercio Caldas: ” la única persona interesada en hacer algo que se parezca con una obra de arte es un falsificador”.

Disculpa la verborrea, es que esto está muy interesante y las ganas y temas de los que hablar aumenta mucho. Es eso…

Gracias Félix

VIDEO/CARTA 7. FÉLIX PÉREZ-HITA. EL MODERNO SE CONTENTA CON POCO

No es verborrea, João, al contrario.

Me parece muy interesante lo que plantea y es curioso que también me suene tan familiar toda esa problemática (como a usted lo de las “linhas de desejo”- por cierto: le agradeceré si puede enviarme alguna fotografía de las linhas de las que hablaba en su e-mail). Es cierto que los temas de discusión se han globalizado, al menos entre las gentes con cierta cultura común. Y estoy seguro de que en Oriente también habrá gentes preocupadas por estas cosas en términos muy parecidos. Yo tampoco soy amante de los graffitis que se ven normalmente por ahí. Por lo que usted dice del carácter autoritario, de la imposición de un discurso narcisista. Y también me parece que pecan de lo mismo que gran parte del llamado gran arte: sobrevaloración de la personalidad y de la firma personal (y… ¡siendo todos tan parecidos!, como bien dice usted), limitación de la obra a unos pocos tics o estilogramas para ser fácilmente reconocibles en el mercado (lo que Adorno llamaba “pintura con truco” en el gran arte), etc. Por mucho que esos graffitis se nos vendan como populares, venidos de abajo, no hemos de tener miedo de criticar los mismos defectos si los detectamos ahí, sólo por el hecho de que vengan de las clases más desfavorecidas. Por lo feos que son muchos graffitis y tags, les he cogido quizá cierta simpatía a los cuadrados de distintos colores que los tapan aquí o allá.

Es cierto que el que fotografía los tapados de graffitis puede tener intención artística, o al menos de testimoniar que alguien ha visto algo ahí digno de capturarse y ser compartido, pero los tapados están ahí a la vista de cualquiera (y cambiantes), aunque pasen desapercibidos para la mayoría de la gente, se podrían tomar miles de fotos de uno, como sucede con las obras de arte más famosas. En este intento nuestro de hacer entrar esas obras públicas (anónimas, no intencionales, gratuitas) en el mundo cultural ya hay, creo, una crítica a la sobrevaloración de las firmas personales, la museificación y otros aspectos del negocio del gran arte.

Nosotros mismos, con este intercambio vídeo-epistolar, quiero pensar que estamos aprovechando una de esas grietas del Poder para intentar decir cosas que creemos desatendidas o maltratadas por las mismas instituciones que ahora nos acogen. Sí, el intercambio no ha sido espontáneo y hemos sido invitados por una gran institución, pero creo que este tipo de experimentos, estos debates premeditados, pero con algo de azaroso, pueden ser muy fértiles si llegan a normalizarse. Quizá haya llegado el momento de que la discusión en los grandes Centros de Cultura y Museos empiece a hacerse más crítica y móvil, más viva, atenta y abierta a la vida y las quejas de la calle (y a los vídeos que la gente cuelga en la web), en vez de servir, simplemente, para legitimar, domesticar y absorber desde arriba, solemnemente, las cosas que vienen desde abajo, y decir cuáles han de considerarse cultura ( “definir o que é arte”) y descartar las que no.

Todo dependerá de si uno tiene todavía confianza en la permeabilidad de las instituciones, en su perfectibilidad o si, por el contrario, cree que sería preferible acabar con ellas de raíz o darles la espalda para intentar comenzar otras cosas desde otros lados, como ya se viene haciendo en muchas capitales del mundo.

Lo que usted me envía huele demasiado a dinero y a espectáculo de masas como para que me pueda parecer algo bueno, artístico en un sentido más restringido. La moral de los esclavos – de los pobres – es todavía la moral de los señores – de los ricos. Los vicios y prejuicios de los pudientes son los que dan mal ejemplo a las clases bajas y les contagian sus estupideces.
No quiero caer en el elitismo que denuncia una canción famosa: “Madame diz que o samba democrata, é música barata sem nenhum valor”. Pero el mundo entero está lleno de esa música como producto industrial y de espectáculos parecidos, yo creo que hay demasiados y que están demasiado presentes. Engels dijo que las mujeres fueron la primera forma de dinero (y otros mucho más sabios que yo le han dado después la razón). Soy consciente de que formo parte de la masa como todos. NO hay tal cosa como individuos serenos y responsables por un lado y alienados manipulables a placer por el otro. Todos tenemos, más o menos, ambas caras.

En gran medida yo creo que esas cosas, sobre todo mediante la TV y los medios generalistas, embrutecen a la población, como la mayoría de los trabajos de hoy en día, que no dignifican, sino que embrutecen. Estamos hartos de oír que el tiempo va muy escaso en televisión, que es muy importante aprovechar el tiempo, y, entonces, si ponen tantos deportes (fútbol, sobretodo) y tantas cosas frívolas y estúpidas (o ideológicas), es porque todo eso tapa otras cosas y gentes relevantes que conviene no mostrar. Al Poder le conviene tenernos distraídos (casi hipnotizados) con brillos, fútbol y mujeres hermosas para que no pensemos en las cosas que de verdad importarían para mejorar nuestras vidas.

Le envío a hilo de todo esto un par de vídeos de TVLATA, una televisión experimental de la comunidad de Alagados, en Salvador de Bahía, televisión gestionada por los mismos jóvenes y niños del Centro Cultural Bagunçaço. Es un proyecto (también con ayuda de dinero institucional) para dar visibilidad a esos barrios y, sobre todo, a las actividades e inquietudes de los niños, inocentes sufridores de muchas de las injusticias de la pobreza y la violencia. A la vez intenta ser un taller para introducir a los alumnos en las nuevas tecnologías y en trabajos relacionados con el vídeo que les puedan ser útiles en el futuro, contribuyendo a su alfabetización mediática. De lo que no se habla, eso no existe. Para que una cosa exista se ha de hablar de ella. En un mundo de imágenes y redes, no existir en al imagen y en la web es no existir.

O Show dos joven do projeto TvLata: Vou lá, vou já e os  mais novinhos de Tvlata

Estos niños y niñas también cantan canciones de las radios de masas, pero las hacen suyas de una manera que poco tiene que ver con la mercantilización de la música y que puede llamarse popular. Y con esto volvemos al primer vídeo que usted me enviaba, el del Capitán América y sus bizarros amigos danzando. La gente integra orgánicamente esas cosas y les da la vuelta produciendo a veces cosas muy bellas; lo enlatado y muerto puede ser resucitado por el pueblo.
Esta es la web del proyecto.

“El moderno se contenta con poco”. Esta sentencia de Paul Valéry me parece que vale tanto para la obra de Rothko o Tàpies como para las meninas danzantes que salen en el vídeo que envía usted. Y a veces sospecho que hay una contradicción de fondo, una guerra entre el dinero y lo artístico (si es que queremos salvar la palabra). Como si fuera condición del arte tener algo de gratuito, de regalo, que se da a todo aquel que quiera pararse a prestar atención a lo que la obra dice.

Perdone el desorden y la longitud de esta última mía y gracias de nuevo por su atención.
Quedo a la espera de la suya última.
Obrigado,

Félix PH.

VIDEO/CARTA 8. JOÃO ANGELINI. SERÁN LO QUE ELLAS SON


Los textos son largos ¡porque son muy buenos!

Es muy loco percibir que algunas cosas son recurrentes, que la gente se familiariza con la condición del otro. Obviamente no somos tan distintos, nos rigen estilos muy próximos política, económica y culturalmente hablando. Aunque de cualquier modo es muy elegante reconocer estas cosas.

Hablaré con Luciana (una artista de aquí) que tiene un trabajo fotográfico de los caminitos de deseo de Brasilia. Le pediré fotos y te las paso por e-mail. Pero prepárate, porque por la amplitud de la ciudad, con sus grandes monumentos que parecen más campos de golf que otra cosa, los “caminitos” se podrían confundir con un Richard Long. Entiendo lo que dices de que las cosas en la ciudad están ya hechas, montadas. Pero pueden ser cualquier cosa. Muchas veces, la mayoría en realidad, las situaciones surgen de una intención funcional y no artística. Igual que lo del inodoro, la lata de sopa, las botellas de Coca-cola. Entiendo que tapar una intervención visual pueda ser también una opción estética, que busque mantener una pared en un tono homogéneo de color. No creo que sea forzoso reconocer el resultado de tapar grafiftis como artístico, ni su relación con las pinturas de Tapies. Lo que no creo es que el autor sea quien construyó estructuralmente, sino quien articuló conceptualmente recolocándola en una situación poética. El autor en mi opinión, es quien coge algo de una dimensión ordinaria y la coloca en una dimensión artística. Bien sea por un encuadre fotográfico, o por un desdoblamiento teórico.

En cuanto a la oficialización de las manifestaciones marginales, estoy todavía algo inseguro. Creo que podemos aprovechar los recursos oficiales para viabilizar otras historias. Pero no sé si querría que algunas acciones marginales que practico fueran oficialmente reconocidas. No busco eso. No quiero que un museo, una galería o cualquier cosa valide una práctica marginal. Todavía creo que eso vacía el contenido real de las cosas. No se si el arte naif, étnico y espontáneo de las calles necesita una boutique, una galería o un centro de cultural. En realidad no creo que eso haga ningún bien.

Ese arte es inevitable y no necesita ni títulos, ni nada. Solo ocurre. Algunas veces creo que es mejor dejar a la institución para quien la quiera. Pero es bueno pensar en la posibilidad de permearla, de conseguir separar las cosas y tener una actuación en ambas esferas: en lo que está dentro y en lo que está afuera. Pero eso también es muy complicado. Tal vez, uno de los dos lados contamina al otros y nos podemos convertir en gente mediocre en ambos espacios.

En cuanto a los vídeos que te envié, creo que puedo haberte confundido…

De hecho, lo que se muestra en ellos no es un producto para hacer dinero o algo por el estilo. Mucho menos cosas hechas por la élite para embrutecer a las masas. No son resultados de un proceso industrial. Son sin embargo, dos fenómenos de gran popularidad, que se generaron sin un mercado financiero detrás. Y tienen una diferencia muy significativa: son manifestaciones de ORIGEN popular que tuvieron la suficiente fuerza como para proyectarse, manteniéndose fieles a su origen, sin ser procesadas por el “buen gusto estético” y nuestra moral cristiana.

Para que puedas tener una idea de la independencia de este asunto, ambas manifestaciones se mantienen desvinculadas de un sello discográfico o cualquier otra empresa fonográfica hasta hoy día. Hicieron su trayectoria con sus propias estrategias, construyendo un formato de sonido, distribución y de circulación propio. Viajando en autobús y vendiendo discos en sus propios conciertos. Ellos tuvieron éxito porque la gente (que en cierto modo también son marginales) se reconocieron en lo que ellos hacían. Ya sea en la etnia, en el gusto por su ropa, en la afirmación sensual o en el contexto cotidiano de la música que cantan. El marginal – que hoy se percibe como una mayoría – está representado por él mismo.

El funk carioca, el forró electrónico brega, el calypso, no fueron en ningún caso movimientos creados para iniciar un nuevo mercado consumidor. Son espontáneos y se crearon con formatos de producción y distribución diferentes a los oficiales. No existe una iniciativa de divulgación de eso por parte del gobierno o las empresas privadas. No tenemos directores que articulen su proyección, montando las bandas musicales con modelos y manipulando al público para tenga una necesidad de auto-afirmación como ocurrió con el punk inglés, con nuestra bossa nova, con el rap americano, o el rock de hoy que de tan comercial que es se ha transformado casi en unanimidad global de sonido.

El éxito de este tipo de música de aquí, se consiguió con sudor. No es algo nuevo- a pesar de que pueda parecérselo a la gente, a parte de la élite- sino que ya existía hace algunas buenas décadas. El volumen de visionados de los videos, el número de personas que asisten a los conciertos, pueden confundir esto que te cuento. Porque la gente tiene en la cabeza una serie de normas e imaginarios de lo que sería una banda o un artista marginal. Los premios, el volumen de ventas, el público, no son en ninguno de estos dos casos el resultado de los objetivos de un sello discográfico convencional, sino de una estrategia propia de estos músicos. Como te conté en tu anterior email “la visión, el registro del marginal ya no está construido por el punto de vista del poder, sino por el del propio marginado”. Esto es un marginal creando su propio espacio, con la forma que él tiene en realidad y no la que queremos que tenga.

Por eso cuando vemos algo que no encaja en nuestras expectativas de lo que creemos alternativo podemos acabar, equivocadamente, acomodándolas en una de las categorías de nuestro modelo establecido.

Esta transformación todavía causa mucha confusión. Pero este nuevo sistema de divulgación e incluso de oficialización como hemos comentado,  sirve para que la gente alienada perciba un poco más como es en realidad. Como tu mismo afirmaste: “sabemos que somos parte de la masa”. Pero tenemos dificultades para reconocer cuáles son las formas con las que nuestra masa es modelada.

Alternativos, contestatarios, intelectuales, revolucionarios, comunistas atrasados o anarco-punkis, todos estamos formateados dentro de rígidos modelos normativos; cada uno con sus valores y sus prejuicios.

Lo duro es percibir que aquello que nuestro modelo señala como algo demasiado comercial podría estar más próximo a los valores de independencia y de libertad que señala nuestro propio modelo de conducta. Y que lo que se parece a algo contestatario y libertador, es en realidad el fruto de una producción industrial, un espectáculo de masas. Pero convertido en nuestra “masa” y atendiendo a nuestra rígida expectativa de como tendrían que ser las cosas independientes. Es entonces cuando percibimos la experticia de la industria; produce lo alternativo que le conviene al sistema. Y ahí llega la complicación; ¿quién es entonces el outsider?

Estoy seguro de que tú, sabiamente, ya dijiste tu respuesta: “No hay tal cosa como individuos serenos y responsables por un lado y alienados manipulables a placer por el otro. Todos tenemos, más o menos, ambas caras.”

Si ver a un tipo, estéticamente diferente de lo que esperamos de una manifestación marginal, aprieta en nosotros los “botones programados como alternativos”, ver a una mujer haciendo y diciendo que las chicas del funk hacen, es como apretar nuestros botones machistas. No se trata de comercializar a la mujer como un producto, sino que ellas se sitúen donde quieran. Como dice uno de los Djs del funk: “ellas incomodan por el hecho de ser feministas sin panfleto y sin modelo”. Del mismo modo, tampoco atienden nuestras expectativas feministas libertarias. Y sin embargo, lo son. Es de ellas y para ellas.

Eso es así. Conozco la frustración que la gente tiene cuando no son como los demás querían. Con nuestra visión eurocentrista, antropológicamente académica y elitista, queremos lo étnico regional y romántico. Quieren el indio desnudo y el negro de la favela tocando las latas. Quieren el francés de boina y el español de torero, y el italiano comiendo pasta en el bar de su mamá. La gente todavía intenta hacer eso, aunque no lo sean. No me gustan las interferencias en comunidades para “preservar” el lado romántico que la gente espera de ellos. Mucho menos si la iniciativa es de un gringo, algo de lo cual tenemos mucho aquí en Brasil. Está lleno de gringos y élite paulista académica decidiendo cómo el negro tiene que bailar o tocar el instrumento. Y eso creó verdaderas catástrofes como la del Pelourinho, donde solo quedan fantasmas de lo que aquello fue en el pasado. Esas interferencias, gubernamentales o no, difícilmente liberan al pueblo. En realidad quieren enyesar una cosa que por sí sola es mutante por su propia naturaleza; la tradición.

Pero todavía hay suerte de que el pueblo es más fuerte. En verdad, siempre lo fue. Siempre se las apañó para hacer circular sus propias formas. Y armados con esas situaciones actuales, nuevas herramientas, todo esto es aún más potente. Calypso, las chicas del funk y muchas otras manifestaciones populares e independientes por el mundo harán un gran servicio: serán lo que son, y no lo que nosotros, los de la élite brasileña y global queremos que ellos sean.

Discúlpame por este tono mas panfletario y afectado. Me ocurre que como brasileño y batería, estas cosas me tocan mucho.

Creo que esta puede ser la última de las cartas. Muchas gracias Félix por compartir conmigo tan generosamente tu visión. Crecí mucho y creo que podríamos dar continuidad a estas conversaciones, independientemente de este evento.

Abrazos, João.