De regreso a petición popular viene Yumi Fujitani a dar un taller intensivo en el acojedor local de Raravis a final de mes. Justo a tiempo para preparar los bailarines de Butoh de Barcelona para su festividad anual favorito: Halloween.
A pesar de que su texto de información para el taller suene un poco jipi joo ja, ella es una auténtica punki de cuidado: un ronin samurai en toda regla. Y, a pesar de su aspecto japo juveníl, ya lleva 25 años de carrera a sus espaldas, fue unos de los primeros bailarines en traer el Butoh a Europa, con una formación de Butoh clásico a mano (de hierro) de la maestra Carlotta Ikeda, para después romper con todo, fugarse de la compañía e ir por libre en solo.
Hay que conocer las reglas para romperlas bien.
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Atelier butô » être profond de soi «
El Butoh nació en los años 60 en Japón en el ambiente underground. Yumi dió su primer espectáculo en Francia en 1985 con la compañía Ariadone de Carlotta Ikeda. Da clases de Butoh regularmente en París desde el año 2000. Bailarina de la tercera generación de Butoh, desarrolla una reflexión y un enfoque personal sobre este arte.
En su trabajo experimenta con nuevas formas de expresión corporal, a través de la voz, el arte del clown, el arte plástico y el video. Improvisadora, performer, la transversalidad de las artes aporta un aire y una mirada fresca sobre la danza contemporánea y el Butoh en especial.
De ahora en adelante, se cuestiona sobre el Butoh hoy en día. Su propuesta durante el taller no se centra sobre la forma de danza ni el Butoh formal aplicado.
Un trabajo sobre el andar, la columna vertebral, la pelvis, la planta de los pies, el eje, el cuerpo suspendido, el cuerpo invisible y la inmovilidad, el cuerpo desequilibrado y equilibrado,y el dejarse llevar. Un trabajo en profundizar sobre la respiración, así como los músculos y las diferentes percepciones táctiles. Un trabajo del ser crudo. Una investigación sobre la propia energía y el sentir, tomar conciencia del ambiente, convertirse en el espacio y las materias sobre una base de improvisación. Dentro de un estado de escucha (de uno mismo y de los demás). El espíritu empieza a escuchar, entonces el alma empieza a bailar… como salir de los raíles de la normalidad.