narrativas móviles

TonyBlair selfie Kennard & Philips

Kennard & Philips


Una vez propuesto el taller Cine de Bolsillo (fotografiar y filmar con dispositivos móviles) me pregunto cuáles son los verdaderos motivos para llevarlo a cabo. En los momentos previos a comenzar, me surgen las dudas y emerge la misma pregunta otra vez: ¿Por qué lo hago?.

El abril pasado, en el marco de un festival de cine en Río de Janeiro, participé en un taller sobre dispositivos móviles. Cada día dedicábamos tiempo a charlar y analizar los trabajos que los participantes aportábamos además de otras cuestiones que iban surgiendo. En una de las charlas abordamos la relación entre los dispositivos móviles y el arte. Aunque eran varias las personas que estaban de acuerdo con la idea que los dispositivos móviles todavía no se habían integrado en el arte contemporáneo, hubo especialmente una participante, que afirmaba que no se habían utilizado más allá de documentar trabajos con su teléfono celular en lugar de hacerlo -como antaño- con una cámara de fotografiar o de vídeo. Discutí esta esta opinión utilizando como ejemplo un trabajo artístico que no resultó muy convincente por el simple hecho de que ese trabajo no estaba realizado con un teléfono móvil. Esta discusión me hizo pensar en la diferencia entre objeto y concepto. Y la diferencia entre grabar con móvil y/o para el móvil. Hoy reconozco ese momento como uno de los motores que me ha hecho seguir pensando en estas cuestiones y uno de los frutos de este cuestionamiento y dudas ha sido proponer este taller.

Durante aquella discusión, lo primero que me vino a la mente fueron los trabajos de Janet Cardiff, una artista canadiense que ha sido para mí un referente en la creación contemporánea. La primera vez que leí sobre Janet Cardiff fue por motivo de sus conocidos Audio Walks (principios de los 90), cuyo dispositivo tecnológico estaba compuesto por un CD portátil y unos auriculares. En el CD grabado, proponía una narración-ficción y a la vez alternaba pautas de recorrido y acción en un itinerario por la ciudad. La narración grabada, se entremezclaba con un devenir por un escenario real -la ciudad- con la intervención azarosa de elementos y factores fuera de control. La mezcla de estas dos narrativas confluían única y exclusivamente en el paseante que construía una narrativa subjetiva única e irrepetible. Por estas tierras pudimos ver una pieza basada en el mismo concepto y dispositivo (Audio Walks) por el dramaturgo y director holandés Dries Verhoeven, Noman’s land (V.E.O. València Escena Oberta – Valencia, 2010).


Años más tarde, pude experimentar directamente la pieza
Ghost Machine (Janet Cardiff & George B. Miller, Hau 1 – Berlin, 2005). El concepto era el mismo que en sus Audio Walks, pero en esta ocasión al dispositivo tecnológico, se le añadía la imagen (Video Walks). El recorrido por las distintas estancias y espacios de un teatro se hacía con una pequeña cámara de vídeo y unos auriculares. La imágenes y el audio grabados en la cámara iban dictando el proceso, iban dando instrucciones de desplazamientos a la vez que te contaba una historia en relación con ese mismo teatro, y se iban entremezclando con las imágenes y los sonidos de lo que acontecía en la realidad durante el recorrido marcado. En todo momento ibas mirando la pantalla de la cámara que iba haciendo el mismo recorrido que tú hacías en ese momento y a la vez levantabas los ojos de la pantalla para comprobar que realmente estabas pasando por ese mismo lugar. La propuesta de Cardiff & Miller me sigue pareciendo una vivencia extraordinaria y una premonición de la creación audiovisual contemporánea con dispositivos móviles y más concretamente en lo que se han convertido los smartphones. Una evolución de este trabajo lo podemos encontrar en el trabajo del colectivo Blast Theory; A Machine To See With (2010). Conceptualmente es calcada a la de Cardiff & Miller, pero en este caso la pieza se desarrolla a través de un teléfono móvil, dispositivo que añade el concepto de localización (locative media). El espectador pasea por la ciudad y a través de su teléfono móvil se le indican coordenadas que marcan un recorrido, mientras va recibiendo contenidos que son extractos de documentales y material cinematográfico (Godard) que propicia una inmersión en una experiencia cinematográfica.

Otros ejemplos de creación contemporánea con dispositivos móviles se integran en los denominados locative media: Can You See Me Now?; -de nuevo- Blast Theory (2001), The pidgeon that blogs; Beatriz Da Costa (2006), Canal Accessible; Antoni Abad (2006), Call Cutta in a box; Rimini Protokoll (2008) entre otros proyectos cuyos elementos y factores característicos son la idea de ubicación, lugar, flujo e interacción con el espacio. Es evidente que la creación contemporánea con dispositivos móviles todavía tiene mucho que aportar y que se encuentra en una fase emergente, pero también es obvio que viene interviniendo con estos dispositivos desde hace años.

Siguiendo con la estela de Godard y su aportación al lenguaje cinematográfico, pienso en los avances tecnológicos, su influencia en el arte -y viceversa. A finales de los años 50, Mientras Truffaut preparaba Les 400 coups y Debord tramaba La Internacional Situacionista, Godard pensaba y elaboraba un diseño de una nueva cámara para filmar, ya que los equipos de rodaje existentes no le permitían llevar a cabo lo que tenía en mente. En esos mismos años, en EEUU ya se operaba con el formato de vídeo, pero aún era muy caro, complejo y estaba restringido a las grandes cadenas de televisión. Unos años más tarde, ya en la década prodigiosa, ese nuevo diseño de la herramienta cinematográfica imaginada por Godard, fue construida y comercializada, facilitando así una nueva forma de hacer, una forma de narrar distinta a la conocida hasta ese momento. Nuevas herramientas requieren, y sugieren, nuevos usos.

Considero que los avances tecnológicos no serían lo mismo sin la influencia del arte, porque la experimentación y la puesta en práctica desde un lugar diferente y por tanto, con una visión y objetivos distintos, hace que descubramos cosas que de otra manera sería impensable. Los dispositivos móviles, que son un medio que emerge en el campo de las telecomunicaciones, es en su interacción con el campo del arte donde esta herramienta consigue alcances que difícilmente se podría lograr si se mantuviera acotada en el propio campo del que nace.

A mitad de la década prodigiosa, mientras en Europa intentan comercializar una cámara de cine como la que había imaginado Godard, en EEUU ya disponían de cámaras pequeñas, portátiles y autónomas. Este logro facilitó la aparición de “otro cine”, en un contexto en el que parecía llegar la crisis definitiva del modelo de producción y representación de Hollywood. En medio de este clima de cambio generacional, de transformación social y de espíritu revolucionario, nació el movimiento New American Cinema, (con grupos como Newsreel, Cine Manifest, New Day…) donde la cámara era una nueva herramienta de lucha por los derechos civiles, en contra de los conflictos bélicos y una alternativa a los grandes medios de comunicación controlados por las grandes corporaciones.

A mitad de esta década, los japoneses (Sony) desembarcan en EEUU con los primeros equipos de vídeo ligero (portapack). Este avance tecnológico facilitó el acceso de personas amateurs a filmar con una cámara y documentar sin la necesidad de tener un técnica depurada y sin unos objetivos comerciales condicionados por la industria. El acceso al vídeo propició la aparición de los videoartistas y de los videoguerrilleros, que se lanzaron a recorrer EEUU realizando intervenciones audiovisuales sobre la vida social de comunidades y minorías (trabajadores, homosexuales, hippies, drogadictos, emigrantes, etc…), dándoles una voz y presencia que nunca habían tenido. Las grabaciones se hacían en la calle y de inmediato eran emitidas en canales alternativos de televisión.

El mes pasado en Ferguson (Missouri), un ciudadano con un móvil grabó la muerte de un joven negro a manos de la policía. A partir de este testimonio audiovisual, de esta prueba, la denuncia y la indignación se transmite por las redes sociales y plataformas de internet, incluso logra que se hagan eco los grandes medios de comunicación controlados por grandes corporaciones que parecen recuperar el espíritu y los principios fundamentales por los que fueron creados. Desde ese momento se vienen sucediendo las protestas, manifestaciones y altercados en la ciudad donde tuvo lugar este hecho y esta concienciación se expande a otros puntos del estado de Missouri, de Estados Unidos y del resto del mundo. La tecnología evoluciona y mejora, los conflictos sociales de hoy día parece que son los mismos.

El móvil, ese elemento multifuncional y cultural que ya forma parte de nuestro día a día, en el que una persona del primer o incluso del segundo mundo tiene en sus manos la misma herramienta con la que ya se han filmado varias películas de Hollywood (por ejemplo Iron Man 2), es un medio de gran alcance, ya que en cuestión de segundos, millones de personas pueden observar un hecho singular y extraordinario que acabas de presenciar y grabar. Esto también tiene sus inconvenientes pero quiero fijarme ahora en su valor de accesibilidad y carácter democratizador. Cuando la accesibilidad es relativamente fácil no es necesario el aparato complejo que forme parte de una gran producción de la industria cinematográfica y en esencia, la idea es lo más importante. Si a esto añadimos la posibilidad de la visión crítica que podemos aportar, realmente estamos ante un medio que puede tener una gran influencia social y cultural. Una herramienta que nos permite crear nuevas narrativas que intervengan en la construcción de nuestra realidad.

Por todas estas razones, por otras que ahora se quedan en el tintero, por la necesidad de compartir, de dialogar, de analizar y de seguir aprendiendo, de pensar en las distintas posibilidades que tenemos a nuestro alcance, son los motivos de proponer este taller de Cine de Bolsillo. Tal vez así, pensando y haciendo en común, seamos capaces de llegar a darnos cuenta de algo que antes no sabíamos.

 

marc martínez

 

 

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4 Responses to narrativas móviles

  1. rubén says:

    Interesante y documentada reflexión. Le echábamos de menos, señor Martínez.

    • Anabella says:

      Saludo cordial Ruben. Es posible que me puedas colaborar son la dirección de correo electrónico del profesor Marc Martínez para consultarle sobre narrativas móviles con fines de investigación académica?

      Le agradezco mucho si me puede ayudar a contactar al profesor Marc.

      Anabella

  2. Anabella says:

    Cordial saludo profesor Marc. Navegando por la red en busca de información sobre narrativas móviles me encontré con este sitio web. Leí muy atenta su artículo y me ha parecido bastante relevante e interesante. Me gustaría saber mucho más sobre las Narrativas Móviles con dispositivos celulares o smartphone pues estoy adelantando una investigación sobre este tema con estudiantes de secundaria para educar en las aulas de clase. Si usted pudiera orientarme y proporcionarme más información sobre algún referente teórico fuerte en este campo de las narrativas móviles y sobre otros estudios que conozca se lo agradecería enormemente.

    A parte, si es posible me gustaría conocer más sobre usted, sobre su trabajo y experiencia.

    Mi sincero agradecimiento.

  3. marcmartinez says:

    Hola Anabella, disculpa por no contestar antes, acabo de revisar los comentarios de mi blog y descubir tu comentario. El mes de abril ha sido bastante ajetreado y no le he podido prestar demasiada atención. Te contesto por email, si?
    Gracias por tu interés!

    Saludos.

    marc

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