danza

Me acuerdo de Antonio Canales. Sobre todo de su sudor. Tan solo tenía que alargar un poco la mano para poder aferrar esas gotas de entrega. Yo estaba en segunda fila, no veia sus pies, solo los escuchaba. Veia el rebotar de sus mejillas, la contracción de sus labios, y el pelo mojado, cada vez mas y mas mojado y las cascadas y cascadas de sudor, que no paraban de salpicarlo todo cuando Antonio se marcaba sus piruetas. Y yo estaba ahí, a dos metros de él y lo sentía todito todo con él. Yo era muy pequeña, tal vez tenía once años, y algo se me reveló parasiempre. Ni siquiera era ballet. Por aquella época, para mi la danza era ballet. Y no. Antonio, ahí, a tope, dándolo todo, me enseñó, que no. Que la danza tiene mas que ver con el sudor. Algo se me reveló, que me daba miedo y me fascinaba por igual. Luego vi a Espe Lopez y a Ana Pérez de LegaleonT, en un ateneo cultural que llebaban mi padre y los colegas del partido. Era un cabaret a pelo. En un escenario minúsculo, en plenas fiestas del pueblo, con gente con calimocho por todos lados, y ellas ahí, en tetas agarrándonos del cuello para que no nos fuésemos a ningún lado. Y lo conseguían, nos tenían pillados. Y yo flipaba con esas dos mujeres, que para entonces, me parecieron las mas valientes que nunca había conocido. Que hoy lo asocio con lo empoderado, pero en aquella época que ni siquiera conocía su existir, para mi fue como la abertura a la fascinación por lo obsceno, el sexo y el coño, y temblaba de miedo. Yo también soy mujer. Y por entonces, con unos trece años, lo femenino lo vivía como un acto protocolario. Y al verlas a ellas allí, no paraba de preguntarme como coño lo haría yo, para verme algún día también allí, así, con ellas. Algunos años mas tarde fui a ver a Maurice Bellart, en el Teatro Real de Madrid. Y ahí descubrí que la senofobia, el sexismo, el racismo y el machismo a lo grande también se daban en la escena, y que a la gente parecía no molestarle en absoluto, y que se lo obacionaba durante toda una eternidad, y que yo entonces deseaba convocar a todas las Anna Halprins, Ruth Sant Denises, Ivone Rainers, Mary Wigmans y compañía, y hacer un aquelarre satánico y quemarlo en la hoguera. Y entonces flipaba, con toda la chapa que me habían dado sobre el maravilloso trabajo de Maurice Bellart, el genio de lo neo-, su supuesta innovación, su valentía y riesgo, y cuando veía a esos pibonazos de piernas largas, guapas no, lo siguiente, modelos, rodeadas de esos tapones horrendos, que bailaban mal, pero eran el centro, que ellas lebantaban la pata hasta la oreja y ellos a noventa grados y mal colocada, que ellas iban como en tetas vestidas de Jean Paul Gaultier, y ellos con una simple mallita negra, y esa bandera gigante del Reino Unido, y esa música insoportable de Queen…y eso, que me gustaría que estubiese vivo, para el aquelarre, para quemarlo poco a poco, desde la puntita de sus dedos del pie, hasta la coronilla. Luego, como no, esta vez desde el sofá de mi casa, vi Café Müller y flipé colorines. Hoy en día, me molaría mucho conocer a alguién, algúna bailarina o bailarín a poder ser, que me confesasen y argumentasen su tremendo desprecio por Café Müller y Pina Baush, me encantaría. De hecho es como que lo necesito y todo. Pero todavía no he encontrado a nadie que lo haga, y yo tampoco lo hago. No se si es por que el mito ya es tan grande que nadie se atreve a hacerlo, o por que realmente el trabajo es intachable… yo creo que es un poco de ambos dos a la vez. Hace poco me contaban que en el Liceo, la última vez que Pina Baush bailó en Barcelona, se la abucheó. Y en parte lo entiendo, osea hay cosas del trabajo de Pina Baush que me parecen insoportables, de hecho ella, tiene una pinta de chunga increible, de estas de mucho sentimiento y esas cosas, pero soy Napoleón y me gusta pervertirte. Pero Café Müller, la abuchearon con Café Müller, a sus sesenta y pico años, con Café Müller, y también quemaría el Liceo, pero esta vez me traería de Euskadi a algún colega que otro, que saben de que va esto de quemar las calles y las cosas, y haría un acto de Kale Borroka Kultural, para rememorar viejos tiempos. A veces sueño con la Kale Borroka… con cócteles molotov, pasamontañas y esa coreografías tan bien organizadas, con cánticos y todo. No se si alguna vez habeis visto en vivo las composiciones que se generan en la Kale Borroka… me hace pensar bastante en el curro que tiene Dana Yahalomi con Public Movement, pero a lo salvage, sin intermediarios, ni presupuesto. La Kale Borroka es lo mas performativo e impactantemente coreográfico que he visto en mi vida. Es una danza de calle, que asusta un montón, por que es muy real. El arte conceptual no tiene nada que hacer frente al arte mundano de la violencia a pelo. La violencia hecha coreografía, banda sonora, documental, escultura y dibujo. Manifestaciones a pelo del arte urbano. Es impactante, y eso también me ha dejado huella. Y esas manifas infinitas, y que tu canción favorita a los siete años sea la de “ten cuidao, que viene el patrón, te agarra del cuello, te quita las pelas, te tira pal mar” y cantarla día y noche en la cama, el cole, la calle, las clases de ballet… y ver a mi madre con el lazo azul, y a mi tio que acaba de salir con la doctrina Parot, y saber que la mejor amiga de mi madre lleva escolta, y que mi tía viaja cada semana diez horas hasta herrera de la mancha pa ver a su amor, y que en el cole tu mote sea Emakunde (por esto de el consejo de igualdad del Gobierno Vasco) en vez de cuatro ojos, o pato a parato, que también caian de vez en cuando, pero poco, muy poco en comparación con Emakunde. Euskadi, también me marcó y no me extraña. Mas tarde vi a Anne Juren con “A?” y flipé, y mucha gente se indignó, por que cada vez que comenzaba a bailar apagaba todas las luces del teatro y no veias nada, y cada vez que dejaba de bailar las encendia todas. Así durante una hora. Nunca nos dejó ver nada de su danza, pero nos lo enseñó todo. Me encantó. Por que en la escuela no paraba de ver demasiado, en el sentido, de lo sobre-expuesto pero mal, de eso que encierra la sombra, la niebla, lo susurrado y la aniquila por que no la deja ser. Y me flipó esa oscuridad del teatro, y el sonido de su cuerpo como imagen. Y entendía, que también eso, de esa manera era cuerpo, y danza y escena, y coreografía y creación, y pensamiento mucho pensamiento, y algo se me relajó y me enganchó desde el estómago, y ya nunca lo olvidé, todavía hoy lo recuerdo, y se que lo recordaré de por vida. Que luego vi otros curros de Anne y no me molaron nada, pero me da absolutamente igual. Ese curro fue muy importante para mi, y no me lo esperaba, me pilló de sorpresa, como de nuevas, y me mostro el mundo. Mas tarde ya en Barcelona, vi unas sesiones Plastidecor de Carmelo Salazar con Carme Torrent, Quim Pujol, Ruben Ramos y que algún otro hicieron en La Poderosa. Y me horrorizó. Mucho. Y es curioso, lo que tiene el tiempo, por que si hoy en día me preguntaran por algo que desease a muerte volver a ver, sería eso. Así, como ya habiendo atravesado cosas y escuelas y estilos y formas y cristianismos y estéticas y frustraciones varias, daría mucho mucho por volver a ver las sesiones Plastidecor, y cantar con Quim Pujol “el perejil” y hacerle el coro, y montar un caraoque exprés pa que todos lo cantemos a la vez, y lo subamos a Teatron y que sea la canción del año. Pero me horrorizó, con veintidos años recién cumplidos, me pareció insultante. Y vete tu a saber por que, me hizo quedarme ahí. Y eso me flipa… como puede ser que algo que te ha horrorizado tanto, en realidad, te dejé ahí, como plantada, osea, como que te horroriza pero de ahí no te mueves ni de coña. Me encanta, me parece puro romanticismo, como la atracción, lo magnético a punta pala. Hace poco, vi bailar a Oscar, a Oscar Dasí. Y eso me ha marcado también. Eso me acaba de marcar hace muy poquito. Igual Oscar me mata, pero, Oscar es muy fuerte. Oscar vuela, se suspende, planea. Y lo hace bailando. Osea en pura danza. Ni cuerpo, ni óstias. Lo que Oscar hace es danza. Y ver danzar a alguien es lo mas grande que hay, es emocionante, es bello y te hace llorar. Y molaría verlo mas, verlo cada día, durante un ratito para que se te engrandezca el alma y salir luego a pasear al perro como ensanchada, con los ojos humedos y la piel tersa y suabe. Molaría mucho ver mas danza como esa. Ver mucha danza. No cuerpo ni Nous lenguatges del Cos. Cuando es Danza. Y es bailarina, que no performer o mover o intérprete. Danza. Danza de la que te deja cao, te noquea, te cruje y te parte en dos. Me molaría mucho ver mas danza como esa cada dia, por todos lados.

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4 respuestas a danza

  1. Sofia dijo:

    Me has hecho coger la moto y darme una vuelta sin casco. Gracias!

  2. Pili dijo:

    2015- Madrid… verte bailar a ti, mi bella amiga, me parece lo más puro que he visto en cuanto a bailar se refiere, que es sacarse de sí, darse la vuelta y ponerse de cara a fuera todo lo que una tiene en ese momento.
    Que es querer y sentir y hacerse grande, una preciosa diva salida del abismo de la resiliencia… es como ver la transformación de una oruga a Mariposa sin perderte en la crisálida…es muy fuerte cuando yo me enamoré ya de esa oruga.
    Verte bailar no es para menos que salirse del asiento medio metro hacia delante, y sonreír como si te hubieran cosido ls mejillas a las orejas bien prietas….
    Ayyyy, Oihana, me siento tan orgullosa!!! No se si será porque ahora soy madre y puedo sentir el orgullo de esa manera que no sé…que es solo orgullo, y admiración así con todo el amor, y nada más!
    Eres pura poesía, te quiero a lo bestia!!

  3. monica dijo:

    Otro texto precioso Oihana
    sigue

  4. rosa dijo:

    fantástico!

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