Una escopeta para esa voz que se alza


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Recital de poesía con baja asistencia.

Venga, antes de que llegue la avalancha de artículos sobre lo de El Conde, voy a hacer una contra al último artículo de Pablo Caruana, por aquello de que haya más voces, que yo a Caruana le aprecio mucho y sus Cartas a un joven imbécil fueron lo mejor de lo mejor. Bien, el artículo en cuestión nos cuenta una novedad, la inclusión de la poesía y los poetas en la programación de la Sala Mirador que lleva el ínclito J. D. Botto (Botto que escribió e interpretó esa obra, Un trozo invisible de este mundo, que a todo el mundo maravilló y que a mí me pareció pornografía nivel reportaje de El País Semanal, pero eso es otra historia). Bien, vamos con el mal rollo.

1. La semblanza del poeta. Humilde, delicadez, evitando la mirada, así describe Caruana al poeta Luis García Montero que abría el ciclo. Bien, Montero será todo lo que tú quieras, buen poeta (sobre todo al principio, luego más regulero), buen contador de historias, buen profesor, comprometido, pero lo que también es -y a todo el mundo se le olvida- es que es un corrupto. Montero y su clan, Prado, Sabina… que ustedes verán en el ciclo claro, se han dedicado a perpetuar su lugar de poder en el mundo poético a través de los premios literarios que gestiona con el editor Chus Visor, premios, claro, de dinero público. Pongámoslo de otra manera, algo de lo que nos hemos quejado en los últimos años mucho, el dedazo, colocar en puestos públicos a amigos, familia, familia de amigos etc. Esto es lo mismo, premios públicos dados a amigos y discípulos que luego se devuelven los favores dando otros premios y así se crea una red de favores y un pequeño grupo de poetas acapara premios, reseñas, publicaciones y ahora también espacio en teatros. No creo que tenga que ponerme a dar ejemplos pero si alguien está interesando en el tema tiene un ejemplo aquí: http://goo.gl/uWu2kX y con tirar del hilo un poco aparece toda la basura.

2. Bien, aquí llega el segundo problema, no sólo lo programan sino que le hacen programador, con lo cual podrá seguir perpetuando su red de favores y ninguneando a un porrón de poetas que parece que no existen (todos aquellos que no han publicado en Visor, es decir que no han sido supervisados por él). Si se fijan, todos los poetas jóvenes que menciona: Antonio Lucas, Carlos Pardo, Fernando Valverde, Raquel Lanseros (que no Lancero, Caruana), todos ellos premiados por él, todos ellos poetas de Visor, algunos de ellos sin interés alguno por lo que sucede en la calle y la situación actual (ensimismados ellos), objetivo que señala Botto para el ciclo. ¿De verdad no hay más poetas? O estamos en lo de siempre, ustedes no lo saben pero la poesía es todavía más gregaria que el teatro. Nos quejamos de la programación del CDN de la repetición de ciertos nombres continuamente y esto nos encanta porque son poetas y se suben a un escenario sin cuestionarnos nada. Por cierto, los cachorros, como han llegado a la poesía por ser amigos del maestro no por ser buenos poetas, son mucho peores que el maestro.

3. Algunas perlas:

“Yo tuve la suerte de conocer mucho a Rafael Alberti. Alberti era muy generoso con los jóvenes, fue él el que propuso a Jaime Gil de Biedma para el Cervantes sin entender mucho lo que significaba la poesía de Jaime, simplemente por complicidad con sus amigos jóvenes”

Bueno, pues más clarito no nos los podías decir.

Otra perlita: Mariano Peyrou, probablemente el mejor poeta de todos los nombrados en el artículo va de acompañante y a tocar el saxo, ole ahí, pero claro, los que no pertenecen al grupo van de acompañantes, hacen el coro, tocan el saxo en un recital poético.

Otra de Montero:

“este ciclo me pareció que estaba dentro de ese nuevo pulso, de una cultura más rebelde, con conciencia crítica y de pacto con el público frente a la España oficial”

En fin.

4. A mí la ejemplaridad en el artista me da igual, pero que este supuesto señor de la izquierda al que se le llena la boca con la palabra social y la lucha contra la España oficial y luego con sus actos se dedique a perpetuar la corrupción de esa misma España me da, perdónenme la expresión, por culo. Pero bueno, se podría argumentar que el hecho de que sea un corrupto no es razón para no programarle y sería verdad, que sea un corrupto es razón para meterlo en la cárcel, no para no programarlo. Y por supuesto que la Sala Mirador puede programar a quien quiera (aunque bien subvencionadita está), pero, quizá esto es lo que me gustaría que quedase de esta contra, seamos conscientes de que lo que se nos ofrece es una porción pequeña y bastante mala de la actualidad poética, y eso pasa por poner un programador como éste. Seamos conscientes de que ocurre algo nuevo (que no tan nuevo, poetas sobre los escenarios ha habido siempre) y volvemos a cometer los mismos errores. No sé si Caruana no estaba al corriente de todo esto por no dominar el ámbito o ha decidido agarrarse a argumentos buenistas como que tener a poetas en los escenarios es una buena noticia y siempre estamos tirándonos piedras a nuestro propio tejado y ya tú sabes. Ciao.

El Chucho

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