Todos somos Lope de Vega

E.Castro

La Espectadora lienzoherida celebra la vuelta al cole —si es que alguna vez fue colegiada como para poder volver ahora— con esta invitación a desmontar la literatura pastoril, esos mitos del pasado que tan a menudo ciegan a los cejijuntos programadores del presente. Y ya sabéis a quienes me refiero. En homenaje a tales prohombres, imitando fielmente su ejemplo de gobierno, aquí se aplicará el principio del mínimo esfuerzo, el descargo y la apelación a autoridades superiores, el vuelva Usted mañana. Voy a citar un texto ajeno. No me responsabilizo de las consecuencias.

«Por supuesto que, pese a románticas y evocadoras miradas lanzadas hacia los tiempos republicanos, considerados como un perdido y malogrado paraíso, más valdría situarse ante la época con intentos de mayor objetividad, desechando mitos que se entremezclan más con una general pobretería y escaseces que con lo eminente. Por poner un ejemplo, uno de esos mitos de la República, el grupo teatral La Barraca de Federico García Lorca, es así despachado por Azaña en su diario correspondiente a 15 de abril de 1933: “Otro entremés de Cervantes, representado por los estudiantes de La Barraca, que Don Fernando protege y que no pasan de ser modestos aficionados. Lo único que hacen bien es caracterizarse”. Por supuesto que Azaña no iba a dejar pasar la ocasión de despellejar a un colega, en este caso el granadino Fernando de los Ríos, pero probablemente su criterio sobre la cualificación teatral acerca del mitificado grupo lorquiano fuera también bastante correcto. Acerca de cuyas representaciones, por cierto, Fernando Martín-Sánchez efectuó la siguiente descripción: “En Fuenteovejuna se suprime el perdón del rey al pueblo, acabando la obra con un motín de gentes puño en alto sobre la sangre caliente del comendador”.O sea, que Lope de Vega queda arbitrariamente reciclado como espartaquista.» (Antonio Martín Puerta, El franquismo y los intelectuales.)

Ernesto Castro

 

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¿De qué coño vive un galerista?

Antonio de la RosaHemos intentado que varios galeristas respondieran a esta pregunta. Tras varias respuestas evasivas José Robles ha sido tan amable de ofrecernos una respuesta hipotética que transcribimos a continuación. Sin embargo, no hemos conseguido que nos responda a las preguntas que nos importan en esta sección y que giran alrededor de la realidad económica concreta de un trabajador del sector del arte: ¿de qué vives? ¿cuáles son tus cuentas? La información que nos aporta nuestro galerista es de gran utilidad, pero sólo sería completa si la ilustrase con sus propios números reales. Es, desde luego, significativo que no quieran exponer sus cuentas. Por otro lado, sabemos que muchos no llegan a cubrir esos números hipotéticos que nos calcula nuestro informado, y subsisten gracias a otros ingresos como lo son los recursos familiares, trabajos adicionales, menudeo de la droga, trata de blancas, tráfico de órganos de niños peruanos, diversos modos de chantaje y extorsión, e incluso conocemos uno que ha encontrado una sólida y discreta forma de financiación y mecenazgo disfrazándose de Spiderman en la plaza Mayor de Madrid, todo con tal de mantener la galería abierta y la cultura enhiesta.

Pero ¿por qué no quieren contarlo? ¿tan sucio es?

Un galerista que no vende es un comisario que se autofinancia pero, ¿cuánto tiene que vender una galería para ser un negocio sostenible? ¿Es posible que una galería tenga que vender mas de 18,000 € al mes para que el galerista, sin empleados, se pueda poner un sueldo de 1,000 €? Para que una galería facture lo suficiente como para que pueda ser considerado un negocio hacen falta las ventas y, por lo tanto, los clientes necesarios para ello y que se consiguen con la experiencia y años de trabajo y, hasta que esto se alcanza, el capital para poder sostener el negocio.

Las galerías han ido evolucionando a lo largo de los años pero, hoy en día, si alguien me preguntara con que puede contar al abrir una galería de arte, el contenido de este breve estudio le va a dar las claves básicas para poder aproximarse a los volúmenes de facturación que debe alcanzar o, en su defecto, el capital con el que debe contar para poder sostener su negocio y no entrar en una rueda de endeudamiento y, lo mas grave, caer en el impago a los artistas, que son el “proveedor” capital del negocio.

En este artículo voy a tratar de desglosar la cuenta de resultados de una galería de arte en España para intentar establecer en varios supuestos las ventas mínimas que tiene que conseguir para cubrir sus gastos, para obtener un sueldo para el galerista e incluso para poder contar con un colaborador. En nuestro supuesto baseno vamos a hacer una inversión inicial. Nuestro galerista ha encontrado un local que no necesita reforma, se trae un ordenador de su casa, le da una mano de pintura ayudado por sus artistas, le pone un par de muebles baratos y paga un alquiler de 1,000 € al mes. No es obviamente un gran local pero sirve para empezar. A cambio, hace un par de ferias al año, una nacional y una internacional, no muy caras, incluyendo en su coste los gastos de transportes y estancias. Veremos que nuestro galerista hace una exposición comisariada al año, trata de gastar lo mínimo en producción, transportes o viajes suyos o de sus artistas (no se lo puede permitir y conoce sofás y cuartos de invitados por todo el mundo) y no puede pagar catálogos, publicaciones o textos y tira de amigos comisarios y críticos para dar contenido teórico a sus exposiciones.

 Estos son, mas o menos, los gastos anuales que va a tener:

 Local                                       12,000 €

Autónomos                                2,900 €

Luz                                             1,800 €

Teléfono/internet                        3,000 €

Seguros                                     1,000 €

Gestoría                                     3,000 €

Transportes                               1,500 €

Ferias                                      25,000 €

Producción + Gastos expos     3,000 €

Comisariados                            1,000 €

Papelería                                   1,000 €

Informática/Web                       1,000 €

Varios e imprevistos                 2,000 €

                                              ————-

TOTAL GASTOS                     58,200 €

58,200 € es lo que debemos obtener neto para hacer frente a estos gastos. Aunque oficialmente el porcentaje con el que cuenta un galerista es del 50%, lo cierto es que entre producciones de obra, que suelen ir a parte, y descuentos por cuenta de la galería, solo siendo muy optimistas podemos establecer que del volumen de facturación una galería gana el 40%. ¡Seamos, pues, optimistas! Necesitamos vender 145,500 € para poder cubrir nuestros gastos con el 40% de margen de estas ventas.

A esta cifra hay que añadirle el efecto del IVA. Los gastos arriba especificados no incluyen el IVA. Aunque el IVA es deducible, no todos los gastos tienen IVA, por lo que al menos una parte la vamos a recaudar y liquidar a hacienda. Pongamos que del 21% nos podemos deducir un 11% por los gastos, por lo que necesitamos aumentar nuestra facturación un 10% para alcanzar la cifra deseada. En números redondos, 160,000 €.

Si dividimos esta cantidad por los 11 meses en los que una galería tiene actividad (nuestro galerista cierra en Agosto) deberíamos vender 14,550 € al mes de media para poder cubrir nuestros gastos.

Pero, de momento, nuestro joven galerista no se ha ganado nada. Se ha limitado a cubrir los gastos de su actividad. Si no alcanza esos niveles de facturación, no solo no ganará nada sino que empezará a acumular deudas muy rápidamente.

Pero nuestro galerista no cuenta con un capital y necesita tener un sueldo. No es muy ambicioso y piensa que con 1,000 € al mes por 12 pagas (lo de las pagas extras es una utopía) se puede apañar. Pero resulta que su sueldo no tiene IVA deducible, así que para poder sacar de la caja de la galería 12,000 € y si tenemos en cuenta que hemos establecido un margen comercial del 40% al cual debemos añadir el 21% de IVA que deberá liquidarle a Hacienda trimestralmente, nuestro galerista debe vender al año 36,300 € para poder ponerse un sueldo de mileurista sin pagas extraordinarias.

En conclusión: necesita facturar 196,300 € o unos 18,000 € al mes de media por 11 meses de actividad.

Pasa el tiempo y nuestro galerista no solo consigue no arruinarse, sino que va cubriendo sus objetivos y se da cuenta de que atado al horario de la galería está perdiendo oportunidades: tiene que moverse, ver a sus clientes, viajar para participar y visitar ferias, artistas… Y a pesar de que cuenta con maravillosos becarios que le ayudan, decide hacer unos números para ver cuanto mas tendría que vender para poder permitirse un colaborador estable que le facilitase el trabajo. Los empleados del mundo del arte no son muy ambiciosos y él no es un negrero, así que propone un salario de 1000 € netos al mes (pongamos que inventa una fórmula de fijo+variable que le sale mas o menos por eso) por 12 pagas. Lo mismo que gana él.  Pero hay que hacer frente a los gastos de Seguridad Social, que para un sueldo así viene ser unos 400 € al mes si añadimos la retención por cuenta del empleador. Una vez mas, se trata de un gasto sin IVA y para hacer frente a él cuenta con el 40% que hemos establecido de margen. Por lo tanto, tiene que vender 51,000 € para poder disponer del beneficio suficiente para cubrir este gasto.

Si lo unimos a lo anterior, veremos que tenemos que facturar al año 247,000 € o unos 22,500 € al mes.

Podemos jugar con estas cifras: un local mas caro, no ir a ferias, ir a mas ferias… Pero partiendo de este supuesto creo que no es difícil hacerse una idea de los volúmenes de facturación que se necesitan para que el negocio sea viable. ¿Eres capaz de alcanzar esos niveles de ventas? Las alternativas son trabajar gratis, si es que cuentas con otra fuente de ingresos, o perder dinero. Mucho dinero. Porque en un negocio como es una galería de arte en el que los ingresos son muy irregulares, es muy fácil acumular un gran volumen de deudas si no facturas.

En mi caso, tengo que decir que he logrado tener un negocio sostenible especialmente ahora que me he fusionado con la galería de Raquel Ponce en nuestro nuevo proyecto PONCE+ROBLES. Entre los dos juntamos casi 40 años de galerismo, mas de 60 ferias nacionales e internacionales y mas de 200 exposiciones entre las dos galerías. Mantener una galería a lo largo de los años no es fácil pero tampoco es imposible. Eso si, el galerismo es un negocio al que le tienes que entregar tu vida si quieres alcanzar el nivel de experiencia necesario para hacerlo viable. Eso, o contar con un capital que te permita sostenerlo aunque en este caso y en mi opinión, no es exactamente una galería.

José Robles

Co-director de la galería PONCE+ROBLES de Madrid

Publicado originalmente en El Burro. Cultura y materialismo, 2, pp. 14-17.

 

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#3 Feria gayega | Un paisaje gallego

casa tomadaCasa Tomada · Centro Social de Intervención Artística

Si hablamos de construir las Políticas del Arte desde el ámbito de lo micropolítico o, en todo caso, desde la acción de colectivos que se conforman a través de los afectos que acontecen y las afinidades que se procuran, desde el imaginar la realidad de modos afines al procomún y a éticas ecológicas y de origen, podemos empezar diciendo que hoy en Galicia estamos trabajando desde nuestras propias micropolíticas. Desde tal lugar es que nos posicionamos y estamos consiguiendo sostener la comunidad de las artes vivas y áreas colindantes.

En un territorio en el que fallan las condiciones de acompañamiento a los diferentes procesos de los creadores, son los propios artistas junto al resto de la comunidad, quienes configuran el contexto de las artes vivas; públicos, críticos, gestoras, mediadoras, algunos curadores, filósofos, antropólogos, arquitectas, etc., están contribuyendo a generar redes en el mundo del arte, a crear entornos de encuentro con artistas y operadores del resto del territorio, a proponer espacios para el conocimiento de la producción contemporánea y un largo etc.

Las políticas del arte a vehicular por las estructuras de poder deben ponerse en crisis, y quizá su praxis inmediata deba pasar por apoyar todas estas iniciativas civiles que sin duda garantizan la diversidad de la escena (y de la vida), y no tanto por inventar nuevos modos de operar desde la institución pues está ya muy deslegitimada por no haber sabido responder a los tiempos, modos e inquietudes de una sociedad que ha cambiado radicalmente sus deseos y sus prácticas.

Así es que cuando reflexionamos en este escrito acerca de tales políticas, hablamos de las prácticas que cada una de nosotras en nuestro quehacer diario desarrollamos, y de aquellas que desplegamos cuando operamos en manada, cosa cada vez más frecuente en nuestro territorio, aunque no tanto como nos gustaría.

Si hablamos de políticas del arte desde la administración pública podemos pensar en la idea de dotar de recursos a estas iniciativas de la sociedad civil, y cuando hablamos de recursos no pensamos sólo en lo económico sino en poner a disposición de las mismas aquello que necesitan para poder desarrollar los proyectos que proponemos a largo plazo, en continuidad, con coherencia e implicándose con el contexto y la comunidad con la que operamos.

Estas iniciativas civiles en manada que se están distinguiendo, empoderándose grácilmente sin caer en lo obtuso de definirse desde la diferencia sino por su valor en sí mismas, que surgen y operan de forma espontánea, más o menos visible, en continuidad, unas más que otras, y respondiendo casi siempre a la ética y estética de aquellas personas que tiran de cada una, podrían ser las que siguen (seguro faltan algunas):

Se ha hecho y se sigue haciendo mucho en Galicia desde esta faceta de corpus resistente. La comunidad artística que puede ubicarse en los rigores de la creación contemporánea se muestra en buena forma a nivel creativo y muy generosa, con ganas de construir obra y contexto. La calidad e inteligencia salvaje de un buen número de sus integrantes, revelan el presente como estimulante y altamente prometedor. Los creadores se están juntando. Grupos como el de Misa de Domingas” (A Coruña) sirven como lugar de encuentro y reflexión para construir discurso y ponerlo en marcha; ejemplo de ello es la curadoría colectiva en los contenidos del Mov-s de la Isla de San Simón con fuga directa hacia el celebrado en Bilbao. Los integrantes de tal grupo -filósofos, arquitectos, bailarines, gestores, editores… un sano zoo- se juntan desde el compartir un modo de entender y atravesar el paradigma de lo contemporáneo, desde el mostrar libremente sus afectos y no desde la ansiedad de las urgencias del sector, lo que, paradójicamente para muchos, activa de un modo más coherente, directo y terrenal: funciona. De esa necesidad de poner en marcha también surge el programa de mediación cultural para con la programación anual de danza del Teatro Rosalía de Castro de A Coruña (TRC Danza). Este proyecto de programación expandida, activo desde abril de 2014, articula acciones de mediación cultural con otros agentes y espacios de la ciudad, con el objetivo de generar un público más involucrado, establecer relaciones con los artistas invitados, y de esta manera enriquecer el contexto cultural vinculado a la danza y a las artes del movimiento.

Otro ejemplo de trabajo colectivo curatorial, es el grupo de trabajo de creación artístico-política “De Corpo en Lugar” (Santiago), cuya primera acción se concretará en unas jornadas en el CGAC en las que se podrá ver el trabajo de Amanda Piña sobre la Creación del Ministerio de Asuntos del Movimiento entre otros proyectos.

Material Memoria (Vigo) es otro de los proyectos resultantes de una relación interinstitucional, entre el Marco de Vigo y el comisario Pablo Fidalgo concretamente, que propone durante todo el año un programa de artes vivas vinculado a la programación del centro de arte. A la espera estamos de poder conseguir que este museo sea el primero en adherirse al documento sobre El papel de los museos en las artes vivas producido de forma colectiva en el seminario de Mov-s San Simón y terminado en el propio Marco, entre sala de reuniones y sala de cafeses.

El Festival Corpo(a) Terra (Ourense) entra en su tercera edición. Generado desde la escena independiente ha ido creciendo y sumando esfuerzos con la Red de Festivales A Cielo Abierto para generar una suerte de red de circulación a lo largo del estado para piezas para espacios públicos. Otro festival que se sitúa dentro de una línea de trabajo de curaduría múltiple, con la riqueza en la mirada que esto comporta.

corpo a terraFestival Corpo(a) Terra 2014

El Festival ALT o el Teatro Ensalle, ambas iniciativas también en Vigo y con una línea de programación que apoya la creación local en diversas capas: residencias, formación, apoyo a la producción y presentación de propuestas. El Teatro Ensalle propone ciclos de programación durante todo el año y de forma concentrada en los festivales Vigo en Bruto, Isto Ferve y Seis Cordas.

Más recientemente Casa Tomada en A Coruña, un espacio social de intervención artística situado en un antiguo almacén dentro de la estación de Renfe y operado por un colectivo de activistas, pensadores, artistas y gestores de la ciudad organizados como asociación cultural sin ánimo de lucro. La programación de este espacio se articula a través de grupos de trabajo (artes escénicas, música, familia y formación). En concreto el área de artes escénicas ha venido desarrollando en estos primeros meses de vida un intenso ejercicio de visibilidad de la práctica escénica a través de la muestra de trabajos de artistas locales e internacionales. Además de ser un espacio de exhibición, la Casa Tomada ha empezado a acoger residencias artísticas. Se trata de un espacio abierto a practicar otra manera de hacer, que opera de modo intenso con la comunidad y el barrio en el que se instala y que trabaja alrededor de diferentes ejes programáticos pero con un componente político y social que atraviesa buena parte de sus contenidos.

Casi al mismo tiempo surge el proyecto Extramuros, pilotado por dos artistas y que se despliega en otro barrio de la ciudad con un programa artístico contemporáneo, espacio para residencias artísticas, talleres, etc..

Todas estas iniciativas cuentan con un dispositivo de contenidos fuerte y relevante, una potencia para complejizarse en su relación con el contexto y las comunidades artísticas y ciudadanas, así como con otros proyectos culturales de las ciudades que los acogen, con un gran interés por parte de los públicos pero un escaso nivel de recursos. Sobre todo hablamos, esta vez sí, de recursos económicos y de infraestructuras para poder afrontar los gastos y situar lo creado, para construir tejido cultural de forma profesional con lo que eso comporta para artistas, mediadores, espectadores y la comunidad en general. Son algunos de los ejemplos que proponemos para que la administración pública, es decir las personas que gestionan el dinero de todos, distribuyan tales recursos económicos para ampliar y dar luz a las potencias que creadores y festivales están destilando en este momento en Galicia.

Además de todas estas acciones civiles existen dos espacios públicos que se ocupan y se preocupan por la danza: el Auditorio de Carballo, es decir Carmen Castro, y el Teatro Rosalía de Castro (A Coruña), es decir Paulo Rodríguez; porque no debemos olvidar que todo al final recae en las personas que están detrás de los proyectos. El auditorio de Carballo centra sus esfuerzos en un festival, lo cual no deja de ser bien interesante pero deja el resto del año desierto de danza y genera por lo tanto una ausencia de normalidad para los ciudadanos y ciudadanas que buscan referencias para ampliar su mundo sensible. El Teatro Rosalía por su parte a través del programa TRC Danza propone una programación de danza durante todo el año acompañado por el proyecto de mediación arriba mencionado, y acoge por primera vez a una compañía local en régimen de residencia anual que sostiene la creación de un grupo de espectadores.

DANESGA es la asociación de danza escénica galega. Asociación que, una vez más, reúne a las personas por sector más que por afinidades, por urgencias más que por afectos, lo que deriva en que los intereses estén encontrados provocando que sea complejo vislumbrar una deriva común. Sin embargo, trasciende el asociarse por oficio para poder conocernos, reconocernos, analizar dichas urgencias, compartirlas y, sobre todo, tener un lugar común desde el que erigirse en la interlocución con las administraciones públicas para discutir líneas estratégicas de trabajo, proyectos, etc. En relación a esto, si en algún momento conseguimos que las relaciones interinstitucionales avancen y nos instituimos, desde los colectivos y las individualidades, como jurídicamente autorizadas, podremos unirnos por afinidades para la compleja tarea de la negociación con la administración pública.

Desde la web de Danesga podemos conocer a las creadoras y creadores del territorio y ver cómo atravesando las derivas colaborativas, existen diferentes líneas de trabajo individuales o de grupos afines que comportan diversos modos de producción. La mayoría de asociados a Danesga, excepto quizá uno o dos artistas, producimos desde la precariedad, contando con nuestros propios recursos para investigar, crear, producir y visibilizar nuestro trabajo. Muchos de nosotros no contamos con ayudas a la producción y mucho menos a la difusión y confrontación con los diferentes públicos. La autogestión es frecuente en los artistas de Danesga.

Redenasa.tv es un archivo virtual de buena parte de la historia de la Sala Nasa de Santiago de Compostela, desaparecida gracias al esfuerzo de algunos políticos locales, que además funciona como una memoria del presente, pues es un espacio virtual para que colectivos y creadores actuales puedan dar visibilidad a procesos, investigaciones y propuestas artísticas en internet.

Otro de los lugares que en poco tiempo será referencia para la consulta de buena parte de nuestra historia es la página web de Matarile Teatro, que está en proceso de digitalización de los desaparecidos Festival En Pé de Pedra y Sala Galán (ambos en Santiago de Compostela). Dos espacios con una intensa historia vinculada a la creación contemporánea del estado. La filmoteca del Centro Galego das Artes da Imaxe se ha ofrecido como sede para acoger un archivo de artes vivas y aglutinar los diferentes contenidos analógicos generados en tales años, procurando su difusión, facilidad de consulta y así salvaguardarlos; una relación surgida de las prácticas de programación expandida del TRCDanza.

¿Qué ocurriría si realmente los distintos agentes culturales, políticos y sociales hiciesen llegar a sus contextos las herramientas que desde las artes vivas resuenan? ¿Cómo se potenciarían los cuerpos, las relaciones, cómo se espabilarían las mentes? Es en esta onda que la programación expandida -y sus muchas prácticas- deviene como estrategia necesaria y hermosa para acercar lo que se está sublimando en la investigación artística de sus creadores. Entrar en la Universidad, en los institutos, en los centros de investigación; darle la vuelta a los teatros; ser espectadores, dándoles/nos la oportunidad de descubrir nuevos modos críticos, autocríticos; etc.

Javier Martín

Javier Martín en el Festival ALT

Llegados a este punto es interesante resaltar ciertos restadores de potencia, como son:

La desconexión de la mayoría de los Conservatorios con los creadores, no abriendo sus instalaciones, equipo y alumnado a los procesos de éstes, privándose/los de la oportunidad de sumar diferentes praxis en un entorno profesional. Por desgracia, tales Conservatorios no se plantean la ideología que transmiten las estéticas y las formas que se encriptan en las distintas asignaturas que imparten; sean locales, nacionales o europeas, la formas informan. ¿Cómo éstas gestionan líbido, propiocepción, cuerpos, mentes, etc? Si no existe consciencia de ello, poco posicionamiento crítico puede haber ante tales contenidos, tanto para aceptarlos como para negarlos, así que el aprendizaje será parcial.

O que un buen número de programadores operan desde un sentido paternal con los públicos de los pueblos y ciudades del territorio, considerándoles seres pasivos dentro del sistema artístico. Un juego snob de condescendencia de párvulo, o de párroco soberbio, que lejos está de ser un antagonista interesante que estimule la inteligencia del espectador. Están tras la correa del concejal de cultura y lo que sea de turno, que a su vez utiliza los presupuestos públicos en grandes eventos, soltando sus migajas al mejor postor en días señalados como los alrededores del Día Internacional de la Danza y ya y gracias. Al mismo tiempo es muy interesante la queja de que en nuestro entorno nunca pasa nada; pocos somos conscientes de nuestro derecho a participar proponiendo, promoviendo, sosteniendo, comunicando, creando contexto; sin duda, en esto, hay algo de decadencia díscola y paciencia de ganado.

Y también enunciar otras de las constantes que parecen cronificarse en todo territorio, como son: el costumbrismo de muchas de las propuestas escénicas que surgen en Galicia, con un lenguaje monomediático, versado en la tiranía del texto en el teatro, o en la coreografía emocional en la danza; la inutilidad del actual modelo de las, verbigracia, Industrias Culturales -promovido con ahínco por la Xunta de Galicia-, y de los estragos del tendencioso IVA cultural; la especulación inmobiliaria y sus favores, Ciudad de la Cultura a la cabeza de muchos otros centros; o el intervencionismo político-institucional en líneas de programación a través del Centro Coreográfico Galego y Centro Dramático Galego, ESAD, etc, siendo además obstáculo grosero en otras iniciativas civiles ya desaparecidas como festivales y salas -En Pé de Pedra y Festival Empape, Sala Nasa y Teatro Galán…-, generando nostalgia en vez de movimientos contestatarios en las comunidades que los sostenían.

Todo esto, y es admirable, revuelve el alma de los más resistentes -porque bailar (o no) es en sí mismo un acto de resistencia política- siendo grato poder resaltar la enorme calidad de las propuestas gallegas en torno a la creación contemporánea. Riesgo, investigación, discurso, entrega, transdisciplinariedad, verdad estética, …, son algunos de los adjetivos que atraviesan a gran parte de los mismos, y desde su mirada y trabajo quizá descubramos otros modos en que la experiencia de lo real se nos revele y accione, que de eso se trata.

 Escrito a varias patas por Cadelas de Fisterra

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#3 Feria gayega | El crisol del teatro posdramático gallego

matarileHistoria natural de Matarile Teatro. Fotografía: Baltasar Patiño.

Contra lo que pueda parecer, además de la lengua como base de una cultura diferenciada como es la gallega, hay otros índices en los que radica lo que podríamos llamar idiosincrasia gallega. La cultura es un constructo y un acúmulo de componentes que derivan, fundamentalmente, de un paisaje, una orografía, un climatología y una historia o historias comunes y específicas. La lengua no es más que la representación léxica, fonética, gramatical y musical de una realidad específica que ha sido nombrada desde tiempos inmemoriales.

La hierba y los frutos y hortalizas que, entre otros elementos, aparecen en los espectáculos de Matarile Teatro, son una marca sutil y simbólica de un paisaje cultural en el que también se encuadra esa conciencia de periferia que, por no ser centro, condena a Galicia desde hace muchos siglos de doma.

Del mismo modo podría analizarse la composición de personajes (la retranca, la morriña, un cierto existencialismo vitalista) y los ambientes de una buena parte de la dramaturgia de Valle-Inclán, aunque las palabras de sus obras estén en catellano, la música que las anima es gallega. Y la música, el movimiento, la luz, el panteísmo que proyecta y anima la naturaleza excelsa de este país, con base en el Antigo Reino de Galiza, también forman parte de una cultura diferencial que sigue presente en las últimas tendencias de las artes escénicas gallegas.

Este es un tema para desarrollar y estudiar pormenorizadamente. En estas letras solo se tocará de manera tangencial para abordar los tres pies sobre los que bulle la marmita del teatro posdramático gallego. A manera de captatio benevolentiae quiero pedir disculpas, de antemano, por el reduccionismo esquemático que implica esta exposición.

Según mi modo de ver hay tres compañías que, desde hace décadas, han depurado una poética teatral próxima a lo que Hans Thies Lehmann ha analizado bajo la amplia denominación de “teatralidades posdramáticas”.

En primer lugar MATARILE TEATRO de ANA VALLÉS y BALTASAR PATIÑO, con dramaturgias en las que siempre se revela una honda necesidad y amor. Espectáculos en los que la performance más física y plástica configura el elemento principal de atracción y de sentido (más allá del significado), dentro de una polisemia tan rica como el conjunto de acciones disyuntivas y heterogéneas que se dan cita en sus obras. El concepto de “evento”, de “encuentro” real (no “realista”, insisto, sino “real”) y verdadero con la espectadora y el espectador concretos son una de las marcas de la casa. Sin imposturas, sin ampulosidades, sin pretenciosidad… desde una honestidad asombrosa.

La acción lumínica, la acción sonora, los materiales textuales diversos presentados a través de la acción verbal, la acción coreográfica, la acción objetual, la caracterización, los juegos de simulacro… dan lugar a espectáculos de fuerte impacto estético y emocional. Llama la atención, además, la dimensión existencialista y filosófica que, unida a un vitalismo de honda raíz gallega, siempre alienta en las obras de MATARILE TEATRO.

Hace bastantes años la SALA GALÁN y el FESTIVAL EN PÉ DE PEDRA, en Compostela, ambos organizados y programados por MATARILE TEATRO, fueron la cuna de la DANZA CONTEMPORÁNEA GALLEGA y del TEATRO-DANZA que después ha ido desarrollándose con muy pocos apoyos públicos. Es lamentable que los responsables de las instituciones culturales y artísticas gallegas no se hayan dado cuenta aún de que Ana Vallés es la persona más indicada para la dirección artística del CCG (Centro Coreográfico Galego) y que, con ella al frente, una buena parte de las artes escénicas más vanguardistas de Galicia podrían comenzar a progresar y a internacionalizarse. Pero… Aquí, por estos lares, la miseria suele ganarle a la inteligencia.

seleccioneurozone9Eurozone de Chévere.

El segundo pie sería el GRUPO CHÉVERE con Xesús Ron, Patricia de Lorenzo, Miguel de Lira, entre los que están prácticamente desde los incios. La SALA NASA de Compostela, ahora ya cerrada, las ULTRANOITES, una especie de cabaré pop y bravú y sus espectáculos de creación colectiva, de fuerte calado político y en un tono preponderantemente cómico, son otro caldo de cultivo para muchas generaciones de teatreras y teatreros de Galicia. Sus parodias y caricaturas, sus simulacros y musicales, no dejan títere con cabeza, pero siempre desde el humor inteligente y el compromiso con la sociedad del momento.

Su declaración de intenciones es clara: “Chévere se inclina siempre del lado del juego, de la invitación, del goce, de lo inmediato y de lo genuino en vez de inclinarse hacia profundidades psicológicas, gestos aprendidos, impostación […] Chévere rechaza la tradición del teatro bien hecho (la tradición, no el teatro) y los parámetros establecidos a este respecto, que substituye por un lenguaje propio. Chévere ignora el tópico del acto creador y la manifestación gestual del sujeto y renuncia a la categoría de autor. Su práctica no respeta las prácticas establecidas por el teatro tradicional, por la vanguardia o por la crítica. Contrapone el mal gusto, lo banal, lo inacabado, lo fragmentario y el pastiche al teatro dominante, aspecto enfatizado por su repertorio iconográfico (los símbolos de la cultura globalizada imperante, pero también los de la cultura muy local) y dramatúrgico (narrativa de género, pero también práctica performática, plástica, sonora, visual, poética)…”

El tercer pie sería el sello de “teatro perralleiro” acuñado por QUICO CADAVAL, que, en realidad, se trata de un tipo de teatro-fiesta en el que prima lo dionisíaco por encima, o por debajo, de lo dramático. Esto se pudo comprobar en su dramaturgia y escenificación de Noite de Reis de W. Shakespeare para el CDG (Centro Dramático Galego) en la época que asumía la dirección artística de esta institución Cristina Domínguez. También en sus trabajos con el dúo MOFA & BEFA. Una comicidad de hechura galaica que mezcla ingenuidad y malicia, procacidad violenta y ternura.

También sus espectáculos con PRODUCIÓNS EXCÉNTRICAS, como Shakespeare para ignorantes, juegan con ese tono de comicidad altamente lúcida y con una afirmación del juego teatral, en el que el show y el entretenimiento, la fiesta escénica, siempre están garantizados, ya sea de manera explícita, ya sea de manera escondida tras la representación de alguna obra de repertorio.

Estos tres pies, a los que se suma la ESAD (Escola Superior de Arte Dramático) de Galicia, con el fuego indómito que brota del eje atlántico, sostienen la marmita del teatro posdramático gallego en el que ya brillan con luz propia otras jóvenes compañías.

Afonso Becerra de Becerreá

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#3 Feria gayega | En el minifundio no puedo jugar

VOADORA !

Joane de Voadora. Fotografía: Carlos Teles.

La situación del teatro en Galicia es…

1) Muy buena
2) Buena
3) Mala
4) Muy mala
5) Ninguna de las anteriores

La respuesta correcta, como no podría ser de otro modo, es la número 6) “Depende”.

Sólo si entendemos situación desde una perspectiva situacionista la respuesta puede ser la 1) “Muy buena”.

Los últimos años (y no concreto si 5 ó 50) han servido para crear una suerte de performance kafkiana de espacios, redes, instituciones y propósitos de revolución en la que lo bueno, lo malo, lo muy malo y lo ninguno de los anteriores se mezcló y alternó con una intencionada falta de criterio común.

El esfuerzo de unos pioneros que hace varias décadas levantaron algo parecido a unas herramientas de apoyo y gestión industrial al teatro con, quiero creer, buena intención, ha derivado en una política cultural de la metadona que casi obliga a la inmovilidad absoluta.

Inmovilidad de acción y de opinión.
Todos en contra de que se reduzcan las ayudas.
Todos en contra de que se reduzcan las redes.
Todos en contra de que la Xunta controle el 100% de la financiación para la producción y la distribución.
Todos en contra de que se cierren teatros.
Todos, en la intimidad, opinando que sobran compañías.
Todos en contra de bajar los salarios.
Todos bajando los cachés.
Todos dispuestos a trabajar gratis, según para quien.
Todos exigiendo que vuelvan las vacas gordas.
Algunos incluso las ven. Les llaman vacas a los gatos si es necesario.
Todos, poco a poco, dejando que la situación se vaya degradando con la única opción de unas subvenciones, envidia de muchos de nuestros vecinos que ya no las tienen o nunca las tuvieron, pero en las que te indican qué producir, cuándo producirlo, cuánto dinero puedes conseguir fuera, qué porcentaje le puedes destinar a los salarios, cuándo tienes que venderlo, en dónde y a quién. Normas todas ellas creadas año tras año para evitar el engaño y la picardía de algunos de los subvencionados en convocatorias anteriores.

TEMPESTADA tempestade de Voadora. Fotografía: Paulo Pacheco.

Ojo, que las ayudas y redes no son el problema. Faltaría más.

El problema es que todo gira en torno ellas y se oprimen otras alternativas.
Esas que nadie busca.
Parece imperar el síndrome de Estocolmo.
Y si pensamos a largo plazo ya se puede oir el tic-tac.
Este modelo industrial no solo está caduco sino que demostró tener poco o nada de modelo industrial.
Un año sin ayudas = un año sin creación escénica.
Menos redes = creaciones que nadie ve.

Y uno tiene la ligera sospecha de que si de un plumazo desapareciera todo el teatro galego, todo, las compañías y los autores, apenas pasaría nada.
Salvo alguna excepción (puede que una o dos) socialmente somos muy, pero que muy, prescindibles.

La metadona hizo su efecto.
En nuestra esquina, calladitos, sin molestar a nadie.
Como complemento a ésto cada cierto tiempo surgen macroproducciones megapublicitadas que pasan como Atila y dejan tras de sí una cierta sensación de vacío en las relaciones entre el teatro y el resto de la actividad humana.
Como el enorme agujero que luce en el centro de la Cidade da Cultura de Galicia, que debía albergar un Auditorio faraónico donde ahora luce una hermosa nada que hasta le da algo de sentido al resto del complejo.
Y ni rastro de la nueva ley de mecenazgo.
Y ni rastro de lo que hasta hace pocos años gestionaban las cajas de ahorro lucrándose sin ánimo de lucro (por lo visto lo que cuenta es el ánimo).
Y ni rastro de muchas buenas iniciativas ciudadanas fagocitadas por políticos ineptos desde los ayuntamientos: Festivales de danza, de circo, de teatro en la calle…

Cuando el teatro es necesario, no hay nada más necesario; Peter Brook.

Las valientes alternativas a este modelo, consideradas como outsiders, resulta que ahora son lo único que mantiene una estructura mínimamente sana.
Existen.
Y comen.
Puede que poco, pero comen.
Ellos están marcando una de las salidas del laberinto y varias son las salas, compañías, gestores, etc. que toman buen ejemplo.
Si no quieres ser prescindible hazte imprescindible. Puede que lo consigas. Lo único seguro es que nadie lo va a hacer por ti.
El resultado tardará en verse.
Y exige una dieta detritófaga.

Son solo palabras… a menos que sean verdad; David Mamet

Mientras, la naturaleza impera y el relevo es una realidad.
Una ola de cabezotas que se empeñan en crear para la escena (y también en comer) se desenvuelven mejor que los anteriores en la precariedad y la crisis porque apenas conocieron otro modelo.
Cabe tener en cuenta que en Galicia es imprescindible tener 40 años y 20 de experiencia para ser considerado joven promesa.
Los que ya los tenemos, para empezar, nos llevamos bien. Y existe una camaradería que supera por mucho a la divergencia de opiniones.
Ésto, que podría ser trivial, se me antoja como el principal rasgo diferenciador entre el modelo que hubo y el que habrá.
Que el tiempo no me contradiga.
Hasta ahora, y aún colea, hicieras lo que hicieras alguien iba a entender que estabas yendo en contra de sus intereses.
El minifundismo aprieta.
Pero no ahoga.
Porque ya no puede.

No hay tiempo. Es tiempo perdido; Jim Henson

En este sentido la postura de nuestra compañía fue siempre la misma: escapar hacia adelante. Mirar hacia donde te devuelvan la mirada. Disparar en abanico y a discreción y ver que siempre algo cae. Trabajar para dentro y para fuera. Con las instituciones y con los espacios alternativos. Con lo establecido y con lo que está por establecerse. Sumar Galicia a Portugal, al resto de España y a todo lo que se ponga por el camino.

Hacer lo que queramos siempre.
Lo único cierto es que el proyecto artístico manda.
Primero decidir qué hacer y luego ver cómo hacerlo. En ese orden.

LlullProject Llull de Voadora. Fotografía: Jose Cruzio. 

Y a día de hoy, con 8 espectáculos producidos en los últimos 3 años, nos vimos envalentonados para echar un órdago a la grande. Una nueva declaración de principios. Es lo que nos apetece. Y si nos damos un planchazo que se oiga desde bien lejos. Sin complejos. En cuanto podamos volveremos a subir al trampolín.

Nuestra situación como creadores en el teatro gallego es la misma que en el teatro portugués o en el teatro español.
Cada vez conocemos a más gente.
A alguna le gusta lo que hacemos y nos ayudan.
Poco más.
No nos interesan los discursos teóricos.
No nos interesa hacer política.
Nos interesa crear y producir espectáculos.
En ellos nuestra teoría y nuestra política para quien quiera verlas.

No tenemos derecho a hablar de nadie en concreto porque no pertenecemos a ninguna asociación, ni grupo, ni nada. Tampoco es algo buscado, simplemente no estamos. Los lazos que nos unen a nuestros compañeros, que los hay y muy fuertes, son puramente sentimentales y nos gusta que así sea. Cuando empezamos sabíamos que ésto era una carrera de fondo. Sin embargo en algún punto del trayecto descubrimos que no es una carrera: es un paseo. La carrera hay que ganarla solo. El paseo se hace mejor acompañado.

Nuestra filosofía de producción es contaminarnos, trabajar siempre que se pueda con reciclajes, reutilizaciones, préstamos, cesiones, intercambios y todas las fórmulas que permita la creación que lleves a cabo.

Además de ser posible, que no es poca cualidad, es mucho más razonable, más ecológico, enriquece enormemente la creación y establece vínculos bilaterales de colaboración para futuros proyectos. Y es la única fórmula que permite invertir todo el dinero en los salarios de la gente con la que quieras trabajar. A veces no llega a uno. Otras veces sí. En fin, hay que insistir.

“El futuro de las artes escénicas pasa por dignificar la profesión de los que las hacemos.”
Este enunciado, repetido desde hace milenios, nunca ha dejado de estar vigente.
Da que pensar, ¿no?
Y hoy se corre el riesgo de establecer unos precedentes peligrosos.
La necesidad lo permite.
Aunque exija grandes esfuerzos, en arte, la ética siempre es una buena inversión.
La experiencia así nos lo confirma.

Sabemos que le tenemos que agradecer mucho a mucha gente que trabajó para que la “situación” esté como está ahora, para que exista una “situación”.
A todos ellos muchas gracias.
Pero no debemos nada a nadie.
Vamos a intentar ponerlo todo patas arriba.
Devolveremos, como mucho, un legado de ejemplos de nuestros éxitos y planchazos para las jóvenes promesas gallegas.
Las de verdad.
Las que ya están trabajando hoy y preguntándose cuándo carajo se come.

Jose Díaz
VOADORA

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