Comunicado del Instituto Galego de Praxe Actual (IGAPA) sobre las formas de hacer del Festival Escenas do Cambio

 

IGAPA-Escenas do Cambio

A los medios de comunicación

Al sector de las artes escénicas de Galicia

A quien pueda estar interesad@

“Cambio: concepto que denota la transición que ocurre de un estado a otro, por ejemplo: el concepto de cambio de estado de la materia en la física (sólido, líquido y gaseoso) o de las personas en su estado civil  (soltero, casado, divorciado o viudo); o las crisis, o revoluciones en cualquier campo de los estudiados por las ciencias sociales, principalmente la historia, que puede definirse como ciencia del cambio.”

Si situamos el término cambio en la escena contemporánea tenemos que abordarlo de manera global, holística, sistémica y total. Hoy ya no tiene sentido otra cosa; rotas las barreras todas somos todo, todo implica a todo, todas configuramos el sistema como comunidad.

El Festival de invierno de teatro, danza y arte en acción “Escenas do cambio” surge para nuestra felicidad: María Ribot, Olga Mesa, Olga de Soto y María Muñoz juntas todas ellas y a la vez en el país, tras muchos años de exilio. Un lujo para los y las que operamos en las artes vivas. Si a esto le sumamos a Cláudia Dias, Idoia Zabaleta, Ana Vallés, Thomas Walgrave, Marcelo Evelyn y Mónica de Nut, artísticamente estamos servidas. Celebramos pues la llegada de un espacio de programación y pensamiento internacional con vocación de permanencia y continuidad, para eso llevamos años trabajando e generando dispositivos, proyectos, ideas, encuentros, metodologías de trabajo y pensamiento.

Pero por encima de eso y por motivos de los que trataremos de dar cuenta aquí, en este texto colectivo, una profunda incomodidad se ha instalado en el interior del sector de las artes vivas que en principio está o tenía que participar de este festival. El malestar no tiene que ver con la existencia o con los contenidos del festival sino con los modos y en los términos en los que el ciclo de programación se relata, se comunica, se presenta, se relaciona y se produce. Formas de hacer que en nada atienden ni mucho menos favorecen, es más, ni tan siquiera dan cuenta de que exista un conocimiento técnico real de aquello que según su equipo de dirección –en este caso corporeizado en una única subjetividad– pretende crear, fortalecer y visibilizar: el tejido profesional de la escena gallega.

Cuando se hace algo es fundamental saber para qué se hace. Si “Escenas do Cambio” tiene como objetivo tanto el éxito de un programa concreto como el fortalecimiento de un tejido profesional concreto, quizás el camino no sea generar dentro del festival un espacio de representación, trabajo y análisis que excluya a artistas, curadorxs, y mediadorxs que llevamos operando en la conexión de la escena galega con los contextos internacionales de las artes vivas presentes en el festival desde hace algo más de una década.  Estas ausencias y limitaciones de aforo basadas en decisiones subjetivas intolerables en un programa cultural público, no denotan más que la instrumentalización de un determinado discurso –al que no acompañan las formas– y de una producción de conocimiento colectivas con la finalidad de mantener de forma privativa su gestión y distribución.

Para arrogarse la representación de la voluntad de transformación de las artes vivas, tal y como hace “Escenas de Cambio” lo primero es saber si esa voluntad real existe en el contexto y en las comunidades que configuran el ecosistema sobre el que se quiere incidir, y si esta existiese, tirar para adelante en compañía, sumando esfuerzos, trabajos, ideas, saberes, experiencias, errores y fracasos, poniendo sobre la mesa los conflictos y generando espacios para esa continuidad que tanto reclamamos y que tan poco ponemos en práctica. Si se trata de contribuir a cambiar algo en las artes vivas es importante cambiar no solo la mirada curatorial sino de aplicar en la metodología y en las formas de hacer internas del propio festival, esas que las artistas y los colectivos invitados emplean en sus  trayectorias, discursos, acciones y modos de habitar el mundo.

Las artes vivas, esa comunidad o tejido del que se habla en entrevistas, artículos, y declaraciones del equipo directivo del festival tiene un cuerpo real, una voz, y no se deja patrimonializar tan fácilmente. Es conveniente reaccionar a los riesgos de la capitalización simbólica por parte de la Cidade da Cultura y de sus agentes del orden de las fuerzas vivas de producción cultural; máxime cuando aunque vivimos en un sistema capitalista que no podemos evitar, esa capitalización o rentabilidad simbólica se establece de manera jerárquica y no distributiva. Materialmente, es decir, en las políticas presupuestarias e inmaterialmente, es decir, en las formas de hacer, no se está trabajando de una manera transparente y horizontal. No se está desenvolviendo ninguna metodología de encuentro ni de trabajo comunitario ni hay un trabajo real de investigación y puesta en conexión que haga perdurables, accesibles y comunitarias las aportaciones y los aprendizajes en los que se está invirtiendo en el programa de reflexión paralelo al festival.

Es importante destacar que aunque la voluntad de los agentes sea la positiva, o la de hacer, incluso la del éxito, su falta de legitimación y sus precariedades metodológicas están afectando a la comunidad de profesionales de las artes escénicas y de las artes vivas del contexto. Siempre habrá festivales y ciclos espectacularizantes, que los haya, pero que no se le llame “trabajo de tejido”, “revolución de las artes escénicas”, “escenas del cambio”, u “ocupación de la Cidade da Cultura para colocarnos en el mundo”, porque al producir esa imagen delirante, es decir, desconectada de la realidad, se está haciendo desaparecer un trabajo y una inversión afectiva y profesional contemporánea importante.

Denunciamos aquí pues, la práctica personalista y privatizadora que significa la aparición de un evento como “Escenas do Cambio” con sus formas de hacer y de enunciar y con su pretendida exclusiva titularidad revolucionaria. ¿Escenas del cambio? ¿De qué cambio? ¿De qué diferencia real se está hablando si el modo de posicionarse en el interior de la institución repite y perpetúa modelos hegemónicos de desatención a los procesos colectivos contextuales, de dinámicas centradas en eventos y diseño jerárquico y cerrado de grupos de poder al margen del entorno? Formas de hacer que paralizan las conexiones reales en las que llevamos, como comunidad profesional, creativa y de investigación trabajando desde hace  tempo. ¿No es esto remar  literalmente en contra de los esfuerzos colectivos?

Con esta comunicación pretendemos también llamar la atención sobre el hecho de que la utilización del discurso es también un arte viva y por lo tanto una acción con importantes efectos de realidad. ¿A quién sirve pues afirmar tal y como hace en el medio Galicia Confidencial, que una persona en concreto está dirigiendo “El cambio”? ¿Es lícito que la Cidade da Cultura o un director escénico se atribuya a sí misma o a sí mismo la “revolución de las artes escénicas”? ¿Cómo es posible que la malformación arquitectónica e infraestructural que está consumiendo la mayor parte de nuestros recursos destinados a la financiación de la cultura defienda que trabaja para nosotros, como comunidad creadora estamos trabajando (y en qué condiciones) para el mantenimiento de la propia infraestructura, como contenidos y no como comunidad investigadora?

Si la voluntad real es generar tejido y transformar la escena gallega, ahí van algunas ideas consensuadas desde la comunidad profesional por el Departamento Transnacional Contemporáneo (DTC) del IGAPA:

  • Artes vivas desde la infancia; en las escuelas infantiles, primaria, secundaria y universidad. Aulas impartidas por artistas en activo.
  • Artes en la vida cotidiana. Contacto permanente con artistas a través de proyectos desarrollados desde contextos locales.
  • Becas transnacionales para la formación en artes vivas.
  • Apoyo a la investigación.
  • Apoyo a la creación, producción y difusión de obra y trayectoria vital.
  • Programación Expandida.
  • Apoyo a la formación y actualización constante.
  • Creación de un festival internacional en la Cidade da Cultura con curadoría colectiva y representativa de los circuítos internacionales de programación y conexiónes de trabajo ya existentes.
  • Apoyo a los festivales existentes con medios económicos, humanos y de formación.
  • Vinculación a las redes de trabajo  ya establecidas en el contexto.

IGAPA – Instituto Galego da Praxe Actual

Links de referencia

Escenas do cambio:

http://www.escenasdocambio.org/

http://www.galiciaconfidencial.com/nova/22809-pablo-fidalgo-dirixindo-cambio

http://www.crtvg.es/cultural/corte-a-corte/entrevista-a-pablo-fidalgo-sobre-escenas-do-cambio

Escena gallega:

http://www.tea-tron.com/perropaco/blog/2014/07/07/3-feria-gayega-un-paisaje-gallego/

http://www.mov-s.org/?s=Galicia

http://corpoaterra.com/

https://www.facebook.com/decorpoenlugar

http://istoenormal.org/es/novas/segundo-andar

http://altvigo.wix.com/altvigo

facebooktwitter

#3 Feria gayega | En el minifundio no puedo jugar

VOADORA !

Joane de Voadora. Fotografía: Carlos Teles.

La situación del teatro en Galicia es…

1) Muy buena
2) Buena
3) Mala
4) Muy mala
5) Ninguna de las anteriores

La respuesta correcta, como no podría ser de otro modo, es la número 6) “Depende”.

Sólo si entendemos situación desde una perspectiva situacionista la respuesta puede ser la 1) “Muy buena”.

Los últimos años (y no concreto si 5 ó 50) han servido para crear una suerte de performance kafkiana de espacios, redes, instituciones y propósitos de revolución en la que lo bueno, lo malo, lo muy malo y lo ninguno de los anteriores se mezcló y alternó con una intencionada falta de criterio común.

El esfuerzo de unos pioneros que hace varias décadas levantaron algo parecido a unas herramientas de apoyo y gestión industrial al teatro con, quiero creer, buena intención, ha derivado en una política cultural de la metadona que casi obliga a la inmovilidad absoluta.

Inmovilidad de acción y de opinión.
Todos en contra de que se reduzcan las ayudas.
Todos en contra de que se reduzcan las redes.
Todos en contra de que la Xunta controle el 100% de la financiación para la producción y la distribución.
Todos en contra de que se cierren teatros.
Todos, en la intimidad, opinando que sobran compañías.
Todos en contra de bajar los salarios.
Todos bajando los cachés.
Todos dispuestos a trabajar gratis, según para quien.
Todos exigiendo que vuelvan las vacas gordas.
Algunos incluso las ven. Les llaman vacas a los gatos si es necesario.
Todos, poco a poco, dejando que la situación se vaya degradando con la única opción de unas subvenciones, envidia de muchos de nuestros vecinos que ya no las tienen o nunca las tuvieron, pero en las que te indican qué producir, cuándo producirlo, cuánto dinero puedes conseguir fuera, qué porcentaje le puedes destinar a los salarios, cuándo tienes que venderlo, en dónde y a quién. Normas todas ellas creadas año tras año para evitar el engaño y la picardía de algunos de los subvencionados en convocatorias anteriores.

TEMPESTADA tempestade de Voadora. Fotografía: Paulo Pacheco.

Ojo, que las ayudas y redes no son el problema. Faltaría más.

El problema es que todo gira en torno ellas y se oprimen otras alternativas.
Esas que nadie busca.
Parece imperar el síndrome de Estocolmo.
Y si pensamos a largo plazo ya se puede oir el tic-tac.
Este modelo industrial no solo está caduco sino que demostró tener poco o nada de modelo industrial.
Un año sin ayudas = un año sin creación escénica.
Menos redes = creaciones que nadie ve.

Y uno tiene la ligera sospecha de que si de un plumazo desapareciera todo el teatro galego, todo, las compañías y los autores, apenas pasaría nada.
Salvo alguna excepción (puede que una o dos) socialmente somos muy, pero que muy, prescindibles.

La metadona hizo su efecto.
En nuestra esquina, calladitos, sin molestar a nadie.
Como complemento a ésto cada cierto tiempo surgen macroproducciones megapublicitadas que pasan como Atila y dejan tras de sí una cierta sensación de vacío en las relaciones entre el teatro y el resto de la actividad humana.
Como el enorme agujero que luce en el centro de la Cidade da Cultura de Galicia, que debía albergar un Auditorio faraónico donde ahora luce una hermosa nada que hasta le da algo de sentido al resto del complejo.
Y ni rastro de la nueva ley de mecenazgo.
Y ni rastro de lo que hasta hace pocos años gestionaban las cajas de ahorro lucrándose sin ánimo de lucro (por lo visto lo que cuenta es el ánimo).
Y ni rastro de muchas buenas iniciativas ciudadanas fagocitadas por políticos ineptos desde los ayuntamientos: Festivales de danza, de circo, de teatro en la calle…

Cuando el teatro es necesario, no hay nada más necesario; Peter Brook.

Las valientes alternativas a este modelo, consideradas como outsiders, resulta que ahora son lo único que mantiene una estructura mínimamente sana.
Existen.
Y comen.
Puede que poco, pero comen.
Ellos están marcando una de las salidas del laberinto y varias son las salas, compañías, gestores, etc. que toman buen ejemplo.
Si no quieres ser prescindible hazte imprescindible. Puede que lo consigas. Lo único seguro es que nadie lo va a hacer por ti.
El resultado tardará en verse.
Y exige una dieta detritófaga.

Son solo palabras… a menos que sean verdad; David Mamet

Mientras, la naturaleza impera y el relevo es una realidad.
Una ola de cabezotas que se empeñan en crear para la escena (y también en comer) se desenvuelven mejor que los anteriores en la precariedad y la crisis porque apenas conocieron otro modelo.
Cabe tener en cuenta que en Galicia es imprescindible tener 40 años y 20 de experiencia para ser considerado joven promesa.
Los que ya los tenemos, para empezar, nos llevamos bien. Y existe una camaradería que supera por mucho a la divergencia de opiniones.
Ésto, que podría ser trivial, se me antoja como el principal rasgo diferenciador entre el modelo que hubo y el que habrá.
Que el tiempo no me contradiga.
Hasta ahora, y aún colea, hicieras lo que hicieras alguien iba a entender que estabas yendo en contra de sus intereses.
El minifundismo aprieta.
Pero no ahoga.
Porque ya no puede.

No hay tiempo. Es tiempo perdido; Jim Henson

En este sentido la postura de nuestra compañía fue siempre la misma: escapar hacia adelante. Mirar hacia donde te devuelvan la mirada. Disparar en abanico y a discreción y ver que siempre algo cae. Trabajar para dentro y para fuera. Con las instituciones y con los espacios alternativos. Con lo establecido y con lo que está por establecerse. Sumar Galicia a Portugal, al resto de España y a todo lo que se ponga por el camino.

Hacer lo que queramos siempre.
Lo único cierto es que el proyecto artístico manda.
Primero decidir qué hacer y luego ver cómo hacerlo. En ese orden.

LlullProject Llull de Voadora. Fotografía: Jose Cruzio. 

Y a día de hoy, con 8 espectáculos producidos en los últimos 3 años, nos vimos envalentonados para echar un órdago a la grande. Una nueva declaración de principios. Es lo que nos apetece. Y si nos damos un planchazo que se oiga desde bien lejos. Sin complejos. En cuanto podamos volveremos a subir al trampolín.

Nuestra situación como creadores en el teatro gallego es la misma que en el teatro portugués o en el teatro español.
Cada vez conocemos a más gente.
A alguna le gusta lo que hacemos y nos ayudan.
Poco más.
No nos interesan los discursos teóricos.
No nos interesa hacer política.
Nos interesa crear y producir espectáculos.
En ellos nuestra teoría y nuestra política para quien quiera verlas.

No tenemos derecho a hablar de nadie en concreto porque no pertenecemos a ninguna asociación, ni grupo, ni nada. Tampoco es algo buscado, simplemente no estamos. Los lazos que nos unen a nuestros compañeros, que los hay y muy fuertes, son puramente sentimentales y nos gusta que así sea. Cuando empezamos sabíamos que ésto era una carrera de fondo. Sin embargo en algún punto del trayecto descubrimos que no es una carrera: es un paseo. La carrera hay que ganarla solo. El paseo se hace mejor acompañado.

Nuestra filosofía de producción es contaminarnos, trabajar siempre que se pueda con reciclajes, reutilizaciones, préstamos, cesiones, intercambios y todas las fórmulas que permita la creación que lleves a cabo.

Además de ser posible, que no es poca cualidad, es mucho más razonable, más ecológico, enriquece enormemente la creación y establece vínculos bilaterales de colaboración para futuros proyectos. Y es la única fórmula que permite invertir todo el dinero en los salarios de la gente con la que quieras trabajar. A veces no llega a uno. Otras veces sí. En fin, hay que insistir.

“El futuro de las artes escénicas pasa por dignificar la profesión de los que las hacemos.”
Este enunciado, repetido desde hace milenios, nunca ha dejado de estar vigente.
Da que pensar, ¿no?
Y hoy se corre el riesgo de establecer unos precedentes peligrosos.
La necesidad lo permite.
Aunque exija grandes esfuerzos, en arte, la ética siempre es una buena inversión.
La experiencia así nos lo confirma.

Sabemos que le tenemos que agradecer mucho a mucha gente que trabajó para que la “situación” esté como está ahora, para que exista una “situación”.
A todos ellos muchas gracias.
Pero no debemos nada a nadie.
Vamos a intentar ponerlo todo patas arriba.
Devolveremos, como mucho, un legado de ejemplos de nuestros éxitos y planchazos para las jóvenes promesas gallegas.
Las de verdad.
Las que ya están trabajando hoy y preguntándose cuándo carajo se come.

Jose Díaz
VOADORA

facebooktwitter

#3 Feria gayega | Esperando la primavera atlántica

Elefante EleganteGranito de Elefante Elegante

“Como van las cosas por Galicia?”-nos pregunta un amigo y distribuidor afincado en Alicante- “Yo he tenido que cerrar la oficina de Madrid y me he venido para el pueblo de mi mujer, hemos abierto una sala pequeña en el bajo de casa”. Las cosas en Galicia no son muy diferentes a las del resto de la península, pensamos de entrada, pero luego, nos damos cuenta de que igual sí, a lo mejor Galicia is different.

Quizás no contamos con la tradición teatral de los franceses, ni Santiago es Berlín… pero la gente hace frente a la que está cayendo como en todas partes. Aúnque quizás la administración aquí es un poco different y cuando cierra una puerta nos abre una ventana, eso sí, en el noveno piso.

Así, en caída libre, sálvese quien pueda.

Lo que se lleva, o lo que se puede llevar, es tener una compañía con nosotros mismos. Nosotros mismos para producir, nosotros mismos para crear, nosotros mismos para vender y claro, nosotros mismos para autoexplotarnos, eso sí, con dignidad y elegancia. Y es que más de la mitad de las empresas culturales gallegas no tienen asalariados. Y eso que las empresas teatrales representan el 25,9% de la actividad empresarial cultural gallega, según el último informe del Consello da Cultura Galega. Vamos a pararnos en lo de “empresa cultural”, ya que a pesar de que no tenemos más remedio que aceptar la onda de las Industrias Culturales, podemos y debemos expresar nuestras reticencias a entrar en el juego de comerciar con arte sin más guías que la oferta y la demanda. Obviamente las compañías gallegas deseamos y creamos nuestros espectáculos para que el público asista y le dé sentido con su presencia a nuestra creación. Queremos público, queremos llegar a más espectadores, espectadores potenciales, que están sentados viendo la tele sin saber que lo que hacemos les puede mover, remover e incluso conmover. Pero claro, eso no puede significar que el Estado se desvincule de los creadores dejándolos a la merced de las taquillas y de criterios de creación estrictamente comerciales. Nunca podemos dejar de insistir en esto, que es bien sabido, pero que siempre está a punto de olvidarse en un lejano cajón de la organización liberal. El arte y el entretenimiento son dos cosas bien diferentes en el sentido de que mientras el segundo necesita apoyos, el primero nace andando, como los hijos de las yeguas. Si en la época de las vacas gordas no se aprovechó para subir el precio de las entradas al teatro, ahora la gente no se habituará a pagar entradas que financien completamente el espectáculo.

Pero volvamos a casa.

En Galicia llueve más que en Alicante, por eso abrir una pequeña sala requiere cierto acondicionamiento. Pero, ¿quién se atreve a abrir un espacio cuando casi no puede pagar el alquiler de su casa? Pues algunos valientes como los que abrieron Extramuros Espazo de Colisións Artísticas, o La Casa Tomada, O Liceo Mutante, etc. Nuevas fórmulas de gestión para tiempos salvajes… Malabarismos para atraer al público a la sala. Pero, ¿hasta cuándo podrán resistir? El futuro es incierto. También la Rede Galega de Salas, de organización institucional abre nuevas puertas: la Sala Gurugú, A Sala Ingrávida, A sala de Talía. ¡Bienvenidas sean!

Si damos un pequeño salto más allá de los Pirineos descubrimos que el IVA de las entradas al teatro en Francia es del 5,5% y para más envidia, no sé si sana, las “primeras” 140 representaciones de un espectáculo tienen un IVA superreducido del 2,1%. Fue allí donde vimos, anonadados, -hace ya casi 10 años-, a un grupo de adolescentes haciendo cola un domingo por la tarde en el teatro para ver un Moliérè. Exactamente como aquí… ¡No todo iban a ser malas noticias del norte! 🙁

Por suerte también nacen nuevas compañías, o agrupaciones de personas sin personalidad jurídica propia, pero ahí están, creando y ayudando a que el teatro gallego siga hacia adelante en su evolución. Darwin estaría muy orgulloso de todos nosotros. De muchos de los veteranos también.

La así llamada crisis, ha traído mucha unión en la profesión con el nacimiento de asociaciones y plataformas de defensa de las artes escénicas que fueron fundamentales para aguantar las paredes de la casa del teatro en medio del terremoto. Y quien dice teatro hoy en día dice danza, dice nuevo circo, y todo con la boca llena. Y es que en Galicia hay mucho talento y grandísimos creadores. Creadores que van más allá en la búsqueda de lenguajes escénicos, allá donde las fronteras entre disciplinas y estilos se desdibujan con la fuerza de las ciclogénesis que nos acompañan durante el largo e incubador invierno. Quien no siempre está a la altura quizás sean las instituciones.

En Galicia hasta hace pocos años, para formarnos, teníamos que irnos a Barcelona y a Madrid -la mayoría-, otros dábamos el salto al corazón de Europa y los más intrépidos cruzaban el charco. Esto ha hecho que con el paso del tiempo y el retorno del emigrante cultural, nuestro panorama creador sea cada vez más rico, variado y de gran calidad. También los hubo que se quedaron aquí, grandes autores y creadores, grandes autodidactas. Menos mal que estaban, sino qué hubiera sido de nuestro teatro… La apertura Escuela Superior de Arte Dramático de Galicia en Vigo hace unos seis años vino a colmatar un vacío vergonzoso que cubrían dignamente otras escuelas privadas y municipales como la de Narón. Ahora quien se quiere especializar fuera puede hacerlo, después de recibir una sólida formación de base.

¿Y el público? ¿Qué piensa la gente que acude a los teatros? No hemos realizado ninguna encuesta con el CIS, pero sabemos por experiencia que las personas que asisten a las salas lo disfrutan, lo necesitan y quieren más porque “es una pena que no haya más de estas cosas”. Queremos una programación estable, variada y de calidad, tanto unos como otros. Para todo tipo de públicos, mayoritarios y minoritarios. Y los minoritarios, salvo honrosas excepciones, quedan en el cajón del programador a la espera de un futuro más propicio, en el mejor de los casos. Nuestra antaño flamante Rede Galega de Teatros e Auditorios, está funcionando en modo supervivencia, con menos teatros adscritos y menos programación, lo que dificulta tanto a la creación como a la conservación de públicos, incluso a la supervivencia de los creadores, por muy buena que sea, fuera o fuese, su programación.

ININ de E. E.

El auge de compañías que crean espectáculos para la infancia con un alto nivel de exigencia tanto a nivel de fondo como de forma, lejos de infantilizar al publico infantil, merece mención aparte. De hecho, en el año 2013, por primera vez en la historia de los Premios María Casares del Teatro Gallego, un espectáculo creado para la infancia, Nuncabunga, de nuestro Elefante Elegante, recibió el galardón de mejor espectáculo. Una fiesta para todos los creadores que creen que el teatro para los más pequeños es igual de Teatro que el de los grandes. Y es que a pesar de todo aún nos quedan algunos prejuicios de los que librarnos.

Hablando de prejuicios, aquí va el último, pero éste no es solo nuestro… Fuera de las grandes capitales del Estado, hay grandes creadores y grandes espectadores, llenos de brisa marina y aire puro. Es una pena que ciertos espectadores acepten pagar entradas más caras por espectáculos de fuera de Galicia como si aquí no tuviésemos que comer o pagar el alquiler o que fuésemos peores artistas. Es una pena que “el espíritu de las provincias” no haya pasado a mejor vida… Qué feo es el complejo de inferioridad, a este podían llevárselo las enormes olas de 10 metros que el océano nos mandó este invierno para enseñarnos su poder y ponernos en nuestro sitio de efímeros mortales, como el Teatro.

Afortunadamente para las compañías las redes sociales funcionan muy bien de altavoz. Arden de información, reivindicación y comunicación horizontal. Pero claro, siempre entre amigos, y la cuestión principal es llegar a donde no nos conocen. Y para eso también deberían estar los medios de comunicación.

Antes, cuando éramos jóvenes (hace tres años) todavía teníamos el apoyo y difusión de gran parte de los medios que ahora yacen. Otros, con mucho esfuerzo, se mantienen vivos online. ¡Gracias! Pues sabemos que no es nada fácil. Hay días en los llueve hasta en Alicante.

Sería fantástico que un día en las amplias explanadas de la Ciudad de la Cultura de Galicia se juntase todo el mundo que cree que pertenece de algún modo al mundo de la cultura. Entonces podríamos ver como aquello se llenaría por un lado de actrices, actores, escritoras, bailarines, tramoyas, acomodadores, iluminadores, directoras, dramaturgos, atrezzistas, músicos… y por la otra ladera del monte Gaiás subirían también las profesoras, los alumnos, médicos, bomberos, carteros, panaderas, universitarios… ¡incluso funcionarios!, todas aquellas personas que normalmente pasan por taquilla, se acomodan en la butaca y se lanzan curiosas rumbo a lo desconocido esperando la primavera. Lástima que cuando broten las flores, será demasiado tarde para traer a Pina.

 Iria Pinheiro y María Torres 

Elefante Elegante

facebooktwitter