VIDEO/CARTA 1. BEATRIZ NAVAS. FRENTE AL CAOS

¡Oh, prezado YouTube, que nos permites utilizar la cita audiovisual como hasta ahora se utilizaba la cita textual!

Con este fragmento de la película El bueno, el feo y el malo, de Sergio Leone (Il buono, il brutto, il cattivo, 1966) pretendo reflejar cómo me siento yo ante la cuestión escogida para la temática de nuestro diálogo experimental: “el inmenso archivo audiovisual que es Youtube y las posibilidades y retos que ofrece al programador audiovisual y a las instituciones culturales”.

Soy como el personaje de Tuco el feo (Eli Wallach) que corre patéticamente entre miles de signos prácticamente idénticos, indistinguibles (como las cruces y los túmulos del cementerio). Y como en las panorámicas circulares de la secuencia, todas las certezas se desdibujan y vuelven abstractas (en este caso, acentuado por la compresión de la imagen). Y te olvidas de todas esas vidas bajo las cruces y bajo tus pies. En fin, me siento como un personaje “beckettiano”, PERO DISIMULO. E intento entender/ordenar este caos y que los demás se ahorren, en lo posible, esta tragicómica situación.

VIDEO/CARTA 4. MARCIO HARUM. LA SERVIDUMBRE


Lo primero, gracias por dirigir nuestra correspondencia en video a un punto que me fascina: el cinema alemán (BRD) de los 1970 y 1980.
Vi Cobra Verde en una sesión inolvidable, programada en un ciclo de Herzog en una tarde cualquiera a los principios de los 1990 en una sala bastante chica del cineclub de la playa de mi portuaria ciudad, Santos. Antes de que empezara la proyección de la película algo raro se paso ahí: de repente me di cuenta de que me había metido a una de las sesiones sociales inclusivas del ayuntamiento de entonces, gobernado por el partido de los trabajadores (PT). La sala estaba llena de trabajadores del puerto, y como se divirtieron con la película: carcajadas, aplausos, gritos de entusiasmo por Klaus Kinski. ¡Que sesión inolvidable!.
Si, podemos intentar sacar aún más de esa secuencia fílmica que toma un sentido episódico, algo semejante a “comisarios desesperados”. Siento una resonancia e apoyo en tu respuesta, lo que podría invitarnos a continuar así con nuestro diálogo experimental. De forma saludable, hace que nos tomemos la libertad de problematizar la práctica pública de nuestra tareas profesionales, creando el ambiente propicio para un debate abierto.
Pero no siempre es posible contextualizar de manera honesta e atractiva las propuestas de nuestro trabajo. Whity, dir. Rainer Werner Faßbinder (1971) fue filmado en Almeria, localizado en una casa familiar, propiedad del protagonista de la película, que sería el futuro Museo del Cine de la ciudad.
Por ahora dejo solo una amplia pregunta entre la meditación y el trance: ¿en que medida la (auto) “exotización” de ciertos proyectos culturales hacen que se creen penosos prejuicios contra el papel del comisario por los medios y el público asistente?
La intención de seducir a las instituciones son casi siempre inciertas, ya sea porque sus directores tienen gusto por la rebeldía o por contra por la sumisión. Por eso hay en ambos lados tantas actuaciones y representaciones múltiples, para dejar la verdad a un lado y dar lugar al juego de números.

VIDEO/CARTA 5. BEATRIZ NAVAS. EL PÚBLICO ESTÁ AQUÍ


Este vídeo podría reflejar la situación que se está dando desde hace unos años: el público/consumidor/espectador ha subido al escenario.

VIDEO/CARTA 6. MARCIO HARUM. LA PROTESTA

Cuando ejerzo mi rol profesional en el campo del comisariado y me doy cuenta de que alguna institución cultural para la que trabajo no genera comunidad, que no desarrolla las condiciones ideales para crear espacio para las prácticas públicas, aquellas donde el debate está basado en el pensamiento crítico sobre el discurrir de la vida política y colectiva más allá del arte, o veo que el público es tratado solo como un consumidor- espectador pasivo de sus propuestas. En esos casos, solo queda como hipótesis final protestar alto para que se abra más espacio para la formación, la participación y la mediación crítica de los que frecuentan esa institución.

Y aguardar por eso tal vez: Badlands, del director Terrence Malick (1973). Soundtrack: Carl Orff (“Blässerstücke”)

VIDEO/CARTA 7. BEATRIZ NAVAS. LOS MILAGROS

Estamos de acuerdo en que uno se encuentra con obstáculos muy variados,difíciles o insuperables, absurdos y misteriosos: pulsos de poder; objetivos divergentes; imposibilidad de comunicación; filias, fobias y complejos culturales; y la adaptación a los nuevos tiempos y a los nuevos campos de acción. Además, nosotros pertenecemos a dos países, Brasil y España, que como Gregorio Samsa se han metamorfoseado de la noche a la mañana en otra cosa que todavía nos resulta extraña.

Muchas veces me pregunto en qué consiste hacer bien las cosas en este trabajo y cómo se puede medir el resultado. Y sigo sin tenerlo claro. Pero cuando se consigue trabajar con alguien con quien te entiendes a la perfección, llegan a ocurrir milagros:

¿no crees?

VIDEO/CARTA 8. MARCIO HARUM. APRENDER A BAILAR A SU RITMO


Qué interesante el testimonio de Badalamenti sobre cómo fue trabajar junto a David Lynch en la creación de la banda sonora de Twin Peaks. La voz de Julee Cruise sobre el teclado es algo que de verdad tengo interiorizado desde hace muchísimo tiempo. Increíble. Algo que me ocurre también con la música de mi carta anterior, de la película Badlands (Musica Poetica, Carl Orff, década de 1950).

Es genial pensar cómo nos impactan las visiones y las diferentes mentalidades. O cómo nos enteramos del mundo a través de las películas de determinados directores. Las complejidades fantásticas, las fracturas traumáticas, los dilemas éticos expuestos como algo absurdo o incluso barato para comprender la situación de una época en Estados Unidos, en este caso de la mano de Lynch, de Alemania por Fassbinder, de España por Almodóvar, para citar a unos pocos.
En Brasil no hubo ningún director que históricamente haya alcanzado niveles universales de distribución. Pero sí tenemos un escritor de obras teatrales que inspira a directores de cine con sus guiones desde 1960: Nelson Rodrigues.

Sí, sí, de acuerdo. Cuando la complicidad de los colaboradores nos hace ampliar los programas dirigidos a la práctica pública y desarrollar nuevos campos de actuación junto a la comunidad, puede ser que encontremos el paraíso laboral. Pero siempre está el comportamiento temperamental oscilante de las instituciones, ya sea por problemas burocráticos, financieros, políticos o incluso por la mala gestión. Las instituciones, a veces, se nos presentan como damas soberanas, poderosas, honestas, y en otros momentos como imprevisibles, seductoras, baratas y tramposas, discontinuas…, que sólo se interesan en utilizar nuestro esfuerzo, labor y talento para su propio provecho. Lo que importa es tener buenos colaboradores, que te estimulen, que te enseñen lealtad y te den apoyo para investigar y dialogar, con o sin fuentes compartidas pero dentro del territorio-red, del mundo real-virtual. El video que te envío aquí -Fando y Lis. dir. Alejandro Jodorowsky (1968)-, por ejemplo, ¿no te suena familiar, Beatriz? ¿Hay que aprender a bailar al son de la música que más les guste siempre?