Victoria Macarte y Frances Barbe, Teatre Tantarantana, 5/11/2008

En este blog y en otros sitios he alabado la capacidad de Victoria para explotar los juegos escénicos en su justa medida. Pues bien, después de ver otra vez «Demented sausage» estoy algo confundido al respecto.

Aquí o en «Shit bingo» Victoria escoge un tema central, lo desarrolla de forma coherente y lo estructura alrededor de escenas que mantienen bien la atención del espectador. Victoria mide sus juesgos escénicos para que no decaiga la atención, es decir, sospecho que construye su espectáculo tomando como referencia una hipótesis de la experiencia temporal de un espectador ideal. Y esto en gran medida es un logro, porque sus piezas jamás aburren.

Sin embargo, al ver «Demented sausage» de nuevo, tenía la sensación de que las propuestas que lanzaba Victoria y que conforman las escenas no se explotaban a fondo. ¿Una mera diferencia entre representaciones distintas? No creo porque, al mismo tiempo que me parecía que las propuestas aún no habían muerto cuando Victoria saltaba ya a la escena siguiente, seguía teniendo la sensación de que si las hubiese prolongado mi atención hubiera decaído. Lo que pasa es que… no me hubiera importado.

¿Por qué? Quizás en gran medida porque me identificaba con el proceso corporal que recorría a Victoria y no me sentía un espectador pasivo. Esta segunda forma de vivir la representación no tomaría como referencia el grado de interés que generan las propuestas sino la identificación con el intérprete y los procesos por los que atraviesa. En este sentido daría igual que sus propuestas fuesen más o menos atractivas y que la escritura estuviese llena de agujeros, el placer de la representación deriva en este caso de la coherencia y la honestidad que emana del conjunto. Esta segunda forma de abordar la representación toma como referente la experiencia temporal del artista y no la del público. Y es de esta otra experiencia temporal de donde puede provenir también la coherencia.

 Fine bone china de Frances Barbe es una pieza de danza bastante narrativa (aunque sin texto) donde lo más bonito fue el repiqueteo de la taza sobre el platillo. Sólo duró unos segundos, pero fue un instante precioso de música concreta. Para seguir contradiciéndome a mí mismo, hace poco me quejaba de que hoy en día la mayor parte de las piezas de movimiento giran alrededor de ideas y echaba en falta otras aproximaciones. Pues bien, esta pieza se basaba en un personaje y una cierta evolución psicológica del mismo y carecía para mí de mucho interés. ¿Quizás este personaje y su historia eran demasiado estereotipados? En parte. Pero también la forma y el planteamiento tenían para mí algo estereotipado… A menudo defiendo que no hace falta que las cosas sean nuevas, sino buenas. Pero supongo que lo que molestaba aquí no era la falta de novedad, sino algo que se acercaba al cliché.

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3 Respuestas a Victoria Macarte y Frances Barbe, Teatre Tantarantana, 5/11/2008

  1. bea dijo:

    Hola Quim,veo que estás al día de lo que pasa en la ciudad, me gusta! pues yo no me he acercado a ver el trabajo de Victoria , y eso que lo tengo cerquita….
    pero me ha gustado esa reflexion que has echo sobre la complicidad, o identificacion del publico no con la idea sinó con la experiencia y el proceso del intérprete en la escena..para mi en mi manera de estar o de crear creo que esta manera de compartir con el público es casi más importante que la idea .. me parece un grado de comunicacón menos intelectual y mas desde la vivencia…..ahora me ha quedado un poco jipi, pero vaya que si.

  2. quimpujol dijo:

    Ey Bea, me alegro de que te guste mi reflexión… Sin duda esta segunda forma de abordar el público es muy chula y en estos momentos la verdad es que yo tb la encuentro más atractiva que la primera, pero no sé si se pueden establecer estas jerarquías con facilidad…
    No sé, seguiré rumiando al respecto 🙂

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