«TLBETME» de Juan Domínguez y «You are here» de Deepblue, 19/03/2009, Mercat de les flors

 

«You are here» de Deepblue

El planteamiento de «Todos los buenos espías tienen mi edad» resulta sencillo. Juan Domínguez se sienta ante una mesa y deposita sobre la misma folios con frases que se van superponiendo. Una cámara capta un primer plano de los folios y los proyecta en una pantalla.

 Esta pieza predominantemente de texto narra todo el proceso de creación de la pieza en sí. Las residencias que se obtuvieron, las que se denegaron, cómo se percibió el dinero del Estado, las ideas que aparecieron y las que se desecharon, las vivencias que acompañaron el proceso, las dificultades…

En teoría los elementos de la frase están coloreados según su función, pero la verdad es que me perdí un poco con este aspecto. No siempre me pareció que los mismos segmentos estuviesen coloreados igual. Hay también otras líneas narrativas, desde el paso del tiempo a una balada cursilona (los Beatles?), y motivos que se repiten y se entrecruzan. Como dijimos en la previa, de nuevo aquí el espectador debe reconstruir el espectáculo con su imaginación.

A pesar de algunos textos ingeniosos, a nivel de la experiencia en directo resulta bastante cansado leer todas las tarjetas que se muestran. Si esta experiencia en directo no es excesivamente placentera otra fuente de interés puede ser el discurso que emane del conjunto de la pieza. En este sentido, la articulación lógica de la obra es clara e intachable. En vez de apostar por una pieza, se decide mostrar cómo se hace una pieza. Pero, aún siendo esta lógica tan clara, ¿por qué me deja la pieza tan insatisfecho? Creo que mi insatisfacción deriva de la sencillez de la propuesta en comparación con  otras obras que exploran a fondo una idea. Tras la disección quirúrgica de los límites entre realidad y ficción dentro de la ficción de «The rehearsal», tras la materialización en escena de los mecanismos interpretativos de «While we were holding it together», me cuesta aceptar la simplicidad de «TLBETME». Podría ser que esta sencillez proviniese de un criterio estético e ideológico pero, si es el caso, no resuena en mí en absoluto.

«TLBETME» es una pieza de 6 años de antigüedad y algunos de los espectadores que me rodeaban ayer la defendían con fuerza. Creo que La Porta programó «TLBETME» así como «Agrio beso» para mostrar que algunas obras no caducan tan fácilmente. Sin embargo, ante la progresiva complejidad y virtuosismo del arte conceptual, paradójicamente «TLBETME» puede ser una pieza envejecida cuya articulación resultase convincente hace algunos años pero sepa a poco hoy en día. Pero en fin, como acepto y promuevo puntos de vista diferentes a los míos, aquí podéis leer un artículo de Isabel de Naverán donde valora como elementos principales ciertos rasgos de «TLBETME» que a mí me parecen secundarios.

«You are here» de deepblue constituye una pieza fuera de lo común debido a su bizarra estructura. Se podría decir que hay dos partes. En primer lugar los intérpretes se desplazan por el espacio recogiendo y depositando folios blancos en el suelo. Sobre el linóleo negro surgen laberintos de papel mientras una pantalla de LED suspendida en el techo cita frases que pertenecen a nuestra cotidianidad informática: «no se encuentra el archivo», «conflicto de prioridades», «reiniciando el sistema», etc. 

Hay una correspondencia entre las acciones de los intérpretes y estas indicaciones, lo cual provoca un comedido efecto cómico. Al mismo tiempo, los desplazamientos entre los folios y la recogida o reposición de los mismos tiene un marcado carácter coreográfico. Esta primera parte de la obra se prolonga en realidad hasta casi el final, pero pierde gran parte de su relevancia cuando se introduce un segundo componente. Y es que, en cierto momento, los intérpretes distribuyen entre el público unas cajas que contienen miniaturas relacionadas visualmente con las escenas que se han desarrollado ante nosotros. Estas cajas vehiculan también pequeñas pantallas con texto o mecanismos sorprendentes: desde un micrófono camuflado a elementos vibradores pasando por sofisticados artilugios mecánicos.

Son estas cajas lo que transforman de forma radical  la estructura de la pieza. En vez de la frontalidad, pasamos a una cierta horizontalidad donde cada individuo se proyecta en el espacio diminuto de la caja que tiene ante él. Como indicaba Heine hoy en el encuentro del Conservas resort, la dinámica performática se convierte en un espacio social, porque nos olvidamos casi por completo de los intérpretes que deambulan ante nosotros entre hojas de papel y nos centramos en la circulación de las cajas y la reacción de la gente a nuestro alrededor.

Pero más allá de lo social surge también la intimidad, porque nuestra experiencia depende de elementos que nadie contempla al mismo tiempo que nosotros. En este sentido «You are here» logra una cierta proeza porque dejamos atrás la experiencia comunitaria del teatro sin abandonar el espacio escénico.

Debido a la circulación algo aleatoria de las cajas según la disciplina de los espectadores, la experiencia de la obra se ve radicalmente modificada según tu posición como espectador. Si normalmente nuestra disposición en el espacio (primera o última fila), estado de ánimo o educación suscita vivencias diversas en el público, aquí es el material representativo en sí el que varía para cada uno de los espectadores.

Además del uso inteligente de la tecnología en el espacio escénico con un carácter muy humano y componentes sensoriales, algo que se perfila como una constante en los trabajos de deepblue, Heine sugería que, sobre todo, le interesa jugar con las convenciones del espacio. En este sentido, «You are here» ciertamente es un cortocircuito de primera línea. A veces para crear piezas radicalmente diferentes basta con replantearse aspectos que se dan por hechos e introducir nuevos parámetros. Si yo me quejaba de la necesidad de nuevos espacios escénicos al estilo del cuadrilátero del CCCB , «You are here» es toda una lección de cómo revolucionar este ámbito sin necesidad de reformas arquitectónicas.

De nuevo invito a todo el mundo a expresar su propia opinión y rebatir, apoyar, contradecir o ampliar todo lo que afirmo con sus propios argumentos. ¡Muchas gracias!

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8 Respuestas a «TLBETME» de Juan Domínguez y «You are here» de Deepblue, 19/03/2009, Mercat de les flors

  1. T* dijo:

    El final de «You are here! de Deepblue desde el backstage».
    http://www.youtube.com/watch?v=mpQtycJi1kI

  2. roger dijo:

    ¿Vimos el mismo espectáculo o al crítico se le nubló la vista con el pelucón?

    TLBETME es una de las piezas más hermosas que hemos podido ver en el festival. La vi originalmente la primera vez que La Porta la trajo a Barcelona. Aquella vez éramos una quincena de espectadores que, contra todo pronóstico (no había masa crítica, lo que podía sesgar la mirada), salimos volando de la sala. La línea discursiva de la pieza es diáfana, su realización escénica es sólida y exenta de todo ornamento y su obertura poética es poderosa. ¿Qué más se le puede pedir a una pieza?

    Juan Domínguez repasa su proceso creativo, ese momento de espera en el que todo el universo gravita sobre una fecha. Al igual que en otras muchas profesiones el «dead-line» se avecina y se agolpan los problemas, las opciones y la espera se hace más sangrante. El proceso de creación de la pieza se convierte en una metáfora de la propia vida, aspecto que el autor pone bien a las claras al mostrar fotografías de sí mismo desde su nacimiento hasta la vejez imaginada infográficamente. Durante el proceso le da tiempo de imaginar otros espectáculos como todos solemos imaginarnos otras vidas (¿qué pasaría si me fuera a vivir al campo? tengo que mudarme a París, allí todo cambiará. etc). Pero al tiempo que va imaginando horizontes imposibles la cruda cotidianidad de la sala de ensayo se impone. El fluorescente que hace ruido, la vecina que va al lavabo, al igual que ocurre con nuestras domésticas vidas.

    Al final, con una máscara de su cara con 99 años, se enfrenta al estreno del espectáculo tan largamente esperado. Y, como todos sabemos, todo estreno es también una muerte.

    Es preocupante ver como «el crítico con peluca» suele apreciar las piezas que son sucedáneos de obras mayores, mientras menosprecia aquellas que son seminales y, por tanto, mucho más importantes. Hacer una crítica tibia de TLBETME y luego tildar la pieza de Deepblue de revolucionaria, no sólo es un chiste a los ojos de la microhistoria de la escena, sino que hace pensar en los extraños efectos de llevar peluca. Señor «crítico con peluca», va siendo hora de desmelenarse.

  3. uri dijo:

    Sobre Deep Blue jo encara hi afegiria la manipulació de la curiositat com a element conductor de l’obra. Des d’un principi l’obra sembla només estructura, però es van destapant coses a poc a poc, potser massa lentament, i com a espectador sempre esperes la següent volta de fulla que trencara la monotonia aparent del muntatge. Potser van forçar una mica massa al principi, però (en el meu cas personal) quan m’estava preguntant ¿serà tota l’estona així? Comencen a aparèixer les capses, que provoquen una sensació d’anhel perquè la primera capsa t’arribi a tu després de sentir les rialles dels espectadors que ja l’han pogut veure.

    També hi afegiria el tema de l’interès de l’artista en el públic. La primera part sembla que els dos «ballarins» passin totalment, com a espectador si això dura massa et pots sentir ressentit i tancar-te en banda, però quan l’artista et dona una petita cosa, l’espectador ho torna en forma d’interès. Potser un altre artista que volia tractar el tema de l’espai escènic s’hagués quedat amb el tema dels fulls i quan algú li hagués dit que era aborrida s’hagués defensat dient que era una investigació sobre un tema complicat. Deep Blue demostren una sensibilitat cap a l’espectador inusual en tot l’art conceptual contemporani (que jo hagi vist com a mínim) i un ventall de petites idees que donen matisos a l’obra que van més enllà del treball artesanal.

    En el meu cas particular vaig tenir prou paciència com per anar enllaçant l’interès per les coses que anaven apareixent, però reconec que per algun espectador impacient alguns moments potser van resultar una mica llargs.

    En qualsevol cas és de les poques «coses» amb esperit avantguardistes que he vist últimament que han satisfet les expectatives.

  4. quimpujol dijo:

    Sr. Bernat, en ningún momento he tildado a «You are here» de revolucionaria. Con la frase «Si yo me quejaba de la necesidad de nuevos espacios escénicos al estilo del cuadrilátero del CCCB , “You are here” es toda una lección de cómo revolucionar este ámbito sin necesidad de reformas arquitectónicas» me refería a la capacidad de transformar radicalmente la construcción del espacio escénico.
    En cuanto a la divergencia de nuestras opiniones, es algo que celebro y no me causa incomodidad alguna. Debido a la necesidad de representaciones múltiples de la escena contemporánea le sugiero que abra su propio blog para dejar constancia de su punto de vista cada vez que asista a una representación.

  5. roger dijo:

    Sr. Pujol, creo que me confunde con otra persona, mi alias es roger sin más. Y, por lo que respecta a la segunda parte de su comentario, le confieso que me confunde puesto que, mientras celebra nuestra diversidad de opiniones, me invita a abandonar su blog para abrir uno propio lo que, más que una invitación al diálogo, es una celebración del monólogo.

  6. norberto dijo:

    ah! no ets el Bernat? yo también te había confundido ,

  7. Isabel de Naverán dijo:

    Quim, gracias por tu insistente trabajo y por citar mi texto en este artículo.

    Obviamente no comparto tu insatisfacción ante TLBETME. De hecho, para mí es una pieza clave de la historia del arte actual en el Estado, sin por ello quedarse obsoleta con el tiempo.
    De hecho es de tiempo de lo que trata, y es fascinante cómo Juan Domínguez logra sumergirnos en un proceso que, como bien dices, es su proceso, pero que pasa a ser en cierto modo el nuestro gracias al dispositivo que utiliza y nuestra acción cuando leemos en voz baja las tarjetas.
    De todas maneras tu entrada me ha hecho pensar aún más sobre cómo percibimos y consumimos el tiempo, y agradezco a Roger su comentario revelador cuando dice que la pieza es un momento de espera (ese momento de espera en el que todo el universo gravita sobre una fecha). La espera es una de las formas menos utilitarias y consumistas del tiempo, creo yo, vamos.

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