Este año hemos realizado 25 bolos de nuestros espectáculos en 15 ciudades, 7 países, 3 continentes y 1 planeta. Entre los cuatro componentes de Señor Serrano hemos recorrido algo así como 200.000 km, lo que nos da para realizar unas 5 vueltas al mundo (4,990 si las damos a nivel ecuatorial, pero 4,999 si nos apetece hacerlas a nivel meridional). Esto nos da un bonito paquete regalo de Navidades para compartir con vosotros (los colores del lazo los hemos elegido al azar).
Pero eso no es lo relevante. Lo relevante es que, según Atmosfair, en nuestros viajes hemos arrojado un total de 75.127 kg de CO2 al ambiente. Si hacemos un cálculo rápido basado en las informaciones que proporciona Yahoo! Answers, llegamos a la conclusión de que hacen falta 9.275 árboles trabajando 8 horas al día durante tres semanas laborables de lunes a viernes para reciclar todo ese dióxido de carbono de la atmósfera. Si seguimos las instrucciones que da el FONAM (Fondo Nacional del Ambiente del Perú) en su Guía práctica para la instalación y manejo de plantaciones forestales y aplicamos la fórmula (10.000 x H)/3m x 4m=9.275, obtenemos como resultado que hacen falta 11,13 hectáreas de terreno para plantar esos árboles de manera óptima.
Todo esto, que puede resultar un poco abstracto, toma su auténtica dimensión si lo traemos cerca de casa. Vamos a elegir al querido Platanus hispanica (o simplemente Plátano de sombra), que puebla las calles de Barcelona. Y nos vamos a quedar con el símbolo que mejor representa a la ciudad por todo el mundo, el Camp Nou. Si tomamos en cuenta que el terreno de juego del Camp Nou tiene unas dimensiones de 105m x 68m (es decir, de 0,735 hectáreas), nos daremos cuenta de que haría falta un bosque de 9.275 Platanus hispanica del tamaño de 15,14 veces el Camp Nou currando durante tres semanas (8 horas al día de lunes a viernes, respetando estrictamente el Convenio colectivo de los Platanus) para reciclar el gasto de CO2 que hemos generado este año.
Y esto, creemos modestamente, es dar mucho trabajo. Lo cual, con lo mal que están las cosas (y más allá de la indudosa calidad de nuestros espectáculos), creemos que nos hace merecedores de la Creu de Sant Jordi. Pero ya.
Bones festes.