¡Al cielo con ella! / ‘Somewhat Paler’ / Bárbara Sánchez+Jaime Conde / LEAL.LAV

¡Al cielo con Bárbara Sánchez! ¡Con Jaime Conde! Hasta con la pareja de alter-egos que han encontrado como broma que jugar en serio durante el proceso y que se ha hecho parte del proceso. Porque el proceso es todo, y en su intensa estancia por Tenerife Bárbara y Jaime no se detienen a enseñarnos eso, sino que nos hacen aprenderlo al encontrarse con nosotros, pues también lo están aprendiendo. ¡Al cielo, pues, con este proceso de gente bonita, afectada y que tanto se deja afectar! Proceso que incluye haber compartido los materiales del trabajo en la sala de cámara del Teatro Leal en un taller titulado acertadamente ‘Contemplación gozosa de la pena’. Un proceso del que ‘Somewhat Paler’ es otra parte, como la tesela de un mosaico mucho más vasto que el alcance de nuestra mirada pero que finalmente emerge sobre el conjunto, y es la parte a la que se le pone fecha, hora, lugar y hasta precio de entrada. Y emerge para que un grupo heterodoxo de personas asistamos a un acto que se basa en acompañar a la performer a través de un ejercicio de constantes cambios de estado, no todos agradables, no todos conocidos, no todos olvidados del todo, no todos identificables, con el desasosiego que eso pueda suponer. Y salir de ello con un estado general nuevo, revuelto, indefinible, sin duda muy distinto al previo y desde el que reconstruir tal vez una máscara con la que al menos tomar unas cañas.

colgadoComo viene siendo habitual, el pasado 7 de abril, 30 minutos antes de ‘Somewhat Paler’ tuvo lugar la conferencia performativa de ‘ESTO VA A ESTAR BONITO’, programa de Practicum del LEAL.LAV donde nuestro pequeño grupo de estudiantes universitarios expone ante el público ideas fundamentales sobre los artistas y su obra, a partir de la investigación realizada sobre los mismos. En este caso, Jaime se prestó a participar, haciendo una invocación por lo que estábamos a punto de vivir y tirando una carta del Tarot de Marsella. Nos salió el arcano XII, ‘El Colgado’. No me pondré ahora de ciberpitoniso ni nada. Solo decir que al contrario del yuyu que la carta pueda dar, importa su interpretación: este señor cuelga alegremente, casi juguetón, con los brazos recogidos en la espalda, casi en pose de descanso, al menos de no resistencia, aceptando la situación en la que lo han dejado o se ha puesto, que lejos de una tortura se vuelve una oportunidad de ver las cosas desde otro ángulo, en el que todo lo que está arriba se va abajo, y viceversa. Y en vivir eso es que estamos, dice la cartita. Ejem… (¡glups…!)

IMG_2240Bárbara espera que llenemos la sala en un determinado estado de partida. Porque de eso va un poco todo esto: de entrar y profundizar en diversos estados tanto como de parsimoniosas o abruptas transiciones entre éstos, pasos intermedios que son en sí nuevos estados preñados de matices.
Se de amigos jovencitos de nuestros alumnos que asistieron por primera vez al LAV. Se de quien aseguró no saber decir si aquello era teatro o danza, o si le gustó o no, pero que sin duda les afectó. Con la mirada puesta en un modo más tradicional y cómodo (y cerrado) descansamos a veces en la idea de ‘distintos personajes’ para hacernos entender o queriendo entendernos. Si dejamos de lado la exigencia impuesta de tanto coco y vemos que ante el cuerpo de Bárbara nuestros corazones entran ellos solitos en una montaña rusa inevitable, comprendemos en seguida que ese mamífero que me mira bajo los focos está haciendo una cosa muy bestia y muy anterior a la noción de personaje. Algo que si es primitivo, lo va siendo cada vez más, hasta que no se cómo poner el culo sobre el asiento. Algo que si desde el cuerpo empieza a aligerarse y estirarse, aligera y estira también el espacio y el tiempo y de repente… ¡hop! En las artes en vivo hay una cámara lenta orgánica. Y poco a poco otro algo comienza a pronunciarse diferente desde dentro de un confuso ovillo de carne. Lo noto y cuando me doy cuenta, en el lugar donde antes había un amasijo se ha ido dibujando una figura que se hace majestuosa por momentos, y empiezo a ver trasparentarse bajo la luz el mármol de la carne, de esta carne, viva y presente, la que siempre trató de atrapar la escultura clásica.
IMG_2307-Recuperado copia

Es aquí donde ocurren milagros a puñados. Que si antes no sabía dónde poner el culo, ahora una barbaridad de mirada nos clava con su aguja azul a los asientos, convirtiéndonos al público en una colección de insectos disecados. Así que mejor no moverse mucho, dejarse hacer por lo desconocido. Que lo que veo, lo que vemos, si nos dejamos verlo (porque hay que dejarse, dejarse ya en paz) es a la vez una virgen, una ménade, una sacerdotisa y una bruja que giran lentamente ante mis ojos. ¡Pero carajo, no es eso! Es la luz de las velas de la semana santa o de la hoguera en la tribu la que baila sobre la piel desnuda de Bárbara, de todas ellas a la vez. Y cuando el tiempo se hace tan denso que casi se oye, como si alguien hubiera abierto el grifo, se me caen dos lagrimones y me quedo de piedra, como una Medusa al revés ante esta Bárbara-espejo.

Pedro Mena2La PoupéeLos referentes son tan ricos y variados que tras la pieza apetece jugar a sondear lo que cada cual ha visto, lo que se le ha removido entre venus arcaicas y madonnas renacentistas, femme fatales y languideces casi románticas. Tanto hay en ‘Somewhat Paler’ que el dolor aflora como parece hacerlo de la madera tocada por Pedro de Mena, sin que las formas y sus tempos dejen de perturbar algo tan profundo e inexplicable como lo que remueve el erotismo visceral de las muñecas retorcidas de Bellmer. Todo un berenjenal de imágenes plagadas de lecturas. Lecturas femeninas (al servirse del cuerpo-medium de Bárbara) donde cada estado da espacio a la mujer que lucha, la que reivindica su cuerpo, la que sufre, la que ama, la que ansía, la que odia. Pero imágenes también del animal previo al hombre y la mujer, previo al lenguaje y al poder. El animal, la mujer y el hombre que somos todas. Y todos.anticristoTantas, referencias que hasta me arriesgaré a incluir una muy peligrosa, por cultureta, y sobre todo por inapropiada. Y porque no quiero ponerla. Que lo que Jaime y Bárbara están encontrando es muy bonito y este referente es feo y malo. Sin embargo… Mucho de ‘Somewhat Paler’ ocurre en un bosque imaginado. Un bosque a cuya linde viene a buscarnos ella, que nos tiende la mano para que nos atrevamos a entrar. Un bosque al margen del tiempo donde el relato de lo mítico es capaz de hacerse presente. Por eso el fotograma que he elegido, pese a pertenecer a la (in)olvidable peli ‘El Anticristo’ del von Trier, es éste y no otro: cero gore, nada escabroso, todo inquietante. En él una mujer doblega una naturaleza hostil al penetrar en ella. Porque ahí Charlotte Gainsbourg no es tanto su personaje como un algo de Lady Macbeth. Porque Bárbara no es solo ella, sino muchas: diosa y bruja desnudas en el bosque, como otras Lady Macbeth. Porque la misma Lady Macbeth no es ella, sino un eco de Lilith, aunque a la hora de relatar a Lilith los hombres con miedo, hayamos convenido decir que esa mujer liberada no era sino un resto de mal no contenido en el infierno. Porque sin valentía los hombres no asumimos que cada Lilith liberada es justo todo lo contrario, y que el infierno estaba y está en nuestros relatos. Pero para liberador todo el ejercicio que Bárbara nos regala, de tan pocos elementos y de tanta sutileza en cada momento que mis palabras apenas lo roza. Es por eso que al escribir queriendo ser concreto el lenguaje ronronea, da vueltas sobre sí mismo para hacerse poético, sabiendo que en este caso la línea recta no llega antes a donde apuntamos.
IMG_2443Codo a codo, Jaime y Bárbara caminan ese bosque nebuloso tras formas más o menos reconocibles y entran en relación con ellas sin nada asegurado. Ahí tienen la paciencia de hacerse preguntas no solo desde la incomodidad y la fragilidad, sino desde la desnudez, donde ocultarse ya no es posible. Así aparecen otros estados como el ritual de una obstinada danza febril donde cuerpo y manta se funden en una aglomeración de cuerpos en pos de un éxtasis. Así aparecen la elevación, la solemnidad y el silencio, con los ojos de Bárbara agarrados quién sabe a qué y un cuerpo que pende con su resistencia, hecha de músculos vibrando a cada pequeño paso, como el camino eterno de una escultura de Giacometti, el del éxodo en los interminables desiertos del Antiguo Testamento o hacia la Europa actual. Estados duros e indeseables donde, digámoslo de una vez, es capaz de irrumpir la belleza. Porque sí. Porque suena cursi y todo, pero es que cuando uno menos se lo espera, aparece la belleza y nos da una buena hostia. Y ante la belleza reconocemos la bondad. Y la fe. Y esta cosa tan extraña de estar vivos justo aquí y ahora siendo prácticamente absorbidos por la imagen que miramos. Y este trabajo tiene eso.

Duane Hanson - Mujer con carro de la compra.

Duane Hanson – Mujer con carro de la compra.

Pero eso y también un poco de esto. Quien haya seguido este blog habrá descubierto a esos alter-egos un tanto peculiares sustituyendo a Jaime y Bárbara para presentar el trabajo en el formato ‘VIDEOMATÓN’. Y es que recordando piezas de arte, se me ha venido esta para pensar que la belleza cuando llega, ya no se puede elevar más, pero bien que podemos engrandecerla mirándola de más abajo.

Me despido diciendo dos curiosidades del tarot. Quiero invocar cosas buenas para que a este gran trabajo le vaya muy bien. Y quisiera que salga la carta de la justicia. Que me he fijado y en el Tarot de Marsella la tía no tiene una venda en los ojos. Española no ha de ser. Pero como sea, apliquémonos el cuento e invoquemos que la justicia nos vea, para que a cada cual de nosotros nos llegue lo que nos debe tocar de verdad. ¡Justicia vidente! Que me dijo una amiga que el brillo de los ojos es lo único que no se opera.

La otra curiosidad me pasó al mirar mejor la carta de El Colgado. Los árboles de los que cuelga parece que están al revés, con las ramas abajo. Podría ser un juego invertido, donde el que mira es quien está colocado al revés… Lo más curioso es que investigo y descubro otra ilustración con una grafía en la letra más abierta, y mira lo que pasa:

pendu-danse

Al dar la vuelta a la carta de El Colgado, donde antes decía PENDU (colgado) ahora parece querer decir DANSE (danza).  ¿Será que todos los que nos vieron como colgados no pudieron darse cuenta que en realidad estábamos haciendo danza del futuro? Como para darle vueltas, nunca mejor dicho. Sea como sea, todo está cambiando. Benditas cosas encontradas.

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Todas las imágenes son básicamente expolio de internet salvo las dos fotos oficiales del Teatro Leal, cortesía, como siempre, del sorprendido ojo de Javier Pino.