EX POSICIÓN UNIVERSAL/(democracy is a psycho-kinetic training) de Paz Rojo

 “Este cuerpo propone un movimiento que promiscua y desinteresadamente ‘congenie’ con lo primero que (le) pase: si democracia es hoy ‘de tod@s y para tod@s’, ¿cómo este cuerpo se sostiene entre todas las luchas por existir?”

 

Intento de puesta en cuerpo del ejercicio de la democracia.

Al entrar al espacio, un cuerpo, el cuerpo, ese cuerpo. Una pantalla pequeña con discursos del parlamento, el lugar donde “se habla”. El video está en silencio.

El cuerpo se mueve, presente, se mueve. Lo otros muchos cuerpos sentados observando. Pensando. Suena una voz, al parecer la voz de ese cuerpo que se presenta. Este continúa su movimiento. Se quieta,

se mueve,

revisita,

resitúa,

repite,

Se quieta,

se mueve,

revisita,

resitúa,

repite,

Se quieta,

se mueve,

revisita,

resitúa,

se mueve por el espacio dando sentido al y de lugar. Se autoposiciona,

se desplaza,

reinstala,

resignifica,

reconoce,

remueve,

discursea.  Detrás la imagen del parlamento, el lugar del habla, sin embargo la acción está desaparece en el silencio. No tienen voz, no escuchamos. El pequeño y silenciado espacio dedicado para ellos configura un discurso claro. “Vamos a ejercitar la democracia”, vamos a ponerla en acción y ellos quedan fuera, silenciados. Vamos a poner el cuerpo.

En principio el cuerpo está;

recibe,

acoge,

espera impaciente,

se pone en común. Luego, al centro “ahora sí” como obra, vale decir expuesta. En el inicio el cuerpo está junto a quienes llegan, intenta ponerse junto a (…), ser un cuerpo más, sin embargo se separa, aunque sin dejar de “moverse con”. El cuerpo junto a los otros es un “nosotros”, un “desde aquí, desde ustedes para decir”. Se instala el discurso desde el intento de una comunidad de iguales.

El cuerpo en el cambio contiene el antes, el cuerpo en el proceso va sumando nueva vida, carga con lo pasado proyectándose hacia el futuro. El futuro nos contiene presentes.

(La democracia es un entrenamiento psico-físico)

(La democracia es un entrenamiento)

(La democracia es)

…por tanto un ejercicio, una disposición, la preparación para un momento futuro. La democracia es el ejercicio de igualdad en cuerpos distintos. Es el poder para el común, no un poder que pueda absorber a otro, no un poder que pisa, que invade, sino que un poder en el sentido de posibilidad, es un cuerpo como posible de todos los cuerpos, el ejercicio de ese cuerpo en relación con los otros, con el futuro y el pasado, con su entorno. La democracia es una palabra, paradójicamente, adueñada por y para el poder y su amplia utilidad de mercado. La democracia es, desde su origen,  poder popular en el sentido de la posibilidad de todos para ser parte del poder, no es la vuelta de la balanza, no es conveniencia según la ideología de turno, es la posibilidad de todo para todos y, como cualquier concepto, no existe sino en los cuerpos, pues la posibilidad de real sólo la da un cuerpo. Proponer la Democracia como un entrenamiento nos posiciona en la acción de la emancipación instalada en el centro mismo de la cuestión política, justo en medio de la relación entre el ejercicio de igualdad de una comunidad y el daño provocado por el gobierno para esa  igualdad.

En palabras de Ranciere, “lo político es el escenario sobre el cual la verificación de la igualdad debe tomar la forma del tratamiento de un daño.” Lo político entonces, es ese espacio donde se desarrolla la acción emancipadora del sujeto, ese proceso del individuo para conseguir igualdad: la emancipación. Situar una propuesta escénica desde este pensamiento, es ponerla en el centro del proceso político desde su hacer de cuerpo. Pensar el cuerpo de la democracia es el acto de emancipación propuesto. Pensar la democracia como un  ejercicio para el futuro, es pensar los procesos sociales, pensarlos desde el cuerpo es hacerlo un real. Ese cuerpo retiene los otros cuerpos desde donde viene a instalar un discurso. Ese cuerpo representa todos los cuerpos posibles.

El presente es sólo en los cuerpos y el futuro en las ideas (que igualmente serán presente cuando, llegado ese futuro a presente, se las encarne en un cuerpo). En este sentido, el futuro no es entonces sólo “cuestión de tiempo”, es también “cuestión de cuerpos” y la democracia como disposición al futuro, también. En este sentido entonces, lo expuesto es la democracia como cuestión de cuerpos y sus posibilidades de construcción de un discurso común. Un ejercicio, un trabajo, una disposición para poder encarnar este cuerpo futuro.

En esta exposición universal, el cuerpo se presenta como un cuerpo sin ficciones como relato de democracia en acción (“La democracia es un entrenamiento psico-kinético”) cuerpo anónimo, desconocido, sin pasado, que se va construyendo en movimiento. Al comienzo está, expone,  se mueve, es. Se presenta. Seguido de esto se escucha una voz, parece ser el pensamiento de ese cuerpo, un devenir discurso que acota, completa, llena, comprime, desecha, contradice, ordena, da sentido al cuerpo expuesto, se presenta. Las palabras y el pensamiento; “esa voz” presenta la necesidad de pensarse sin nombre: “fulanita de tal” dice y se expone tan anónima como extranjera. Es la voz de ese cuerpo, un pensamiento, la presentación bajo la idea de ser “cualquiera”, que al mismo tiempo nos dice “todos nosotros todos”, pues pensarse “cualquiera” en este caso, parece ser un “todos los posibles”. Esta idea de presentarse como nadie abre el sentido del cuerpo expuesto, abre la obra más allá de esa particularidad presentada ahí/aquí. “Soy fulanita de tal” es de algún modo decir, “Soy tú o tú, cualquiera de ustedes”. Antes del nombre, es y está el cuerpo presentado en acción (está siendo) incapturable como un presente, pues es en el movimiento de ese verbo, en el hacer, ser y estar; el cuerpo se mueve presentándose en imagen antes del decir, una imagen móvil, que se transforma a través del tiempo y el espacio, pues el cuerpo no para de moverse renovando así su sentido de cuerpo y entorno. No es simplemente, sino que es en relación con ese entorno, con lo que le rodea. Se construye como discurso de identidad inidentificable que pueda representar otros tantos cuerpos anónimos existentes.

Este cuerpo presentado encarna la idea del soy cualquiera como ejercicio de democracia, en la posibilidad de ser un cuerpo de todos los cuerpos está la posibilidad, está la democracia del posible: “soy potencialmente tú”, “soy tu posible decir”, “somos”. Antes de ser presentado por medio de la palabras, simplemente es un cuerpo expuesto, libre al sentido que abra en los otros cuerpos, es por tanto un cuerpo abierto a la lectura que devenga; no hay un imaginario impuesto ni propuesto lo que no quiere decir que exista un vacío, por el contrario es un exceso, todos los sentidos no pueden saturar aquí, es un cuerpo compartido en igualdad que no se expone particularmente hábil, pues sus movimientos parecen sencillos y, aunque no lo son, no es una demostración de espectacularidad en sí, es la puesta de un cuerpo pensante en movimiento, de un cuerpo que no quiere ser alguien, de un cuerpo que pretende ser la más abierta posibilidad. El cuerpo es presentado primeramente como cuerpo, es decir como la saturación,

como un misterio,

como una pregunta,

un rompecabezas,

un crucigrama,

sudoku,

un partido,

la pizarra de un loco,

un ejercicio a resolver,

relaciones a visualizar.

Un cuerpo es siempre un significante. Aquí se construye en conjunto, nos dejamos llevar por las sensaciones que ese cuerpo ex_puesto nos entrega en la distancia; aun cuando no hay un escenario convencional dividiendo uno u otro lado, nos disponemos a leer, escuchar, proyectar, sentir esa erupción de discursos. Ese cuerpo en ese espacio vacío dice y significa en relación con su entorno, su imagen expuesta da sentido a un lugar, transforma el espacio en un lugar. Se construye el discurso en común. Después, momento siguiente, es nombrada fijándose en el tiempo, pues se configura como acontecimiento detenido identificado, se nombra en este caso como una inidentificable, un cuerpo que podría ser cualquier cuerpo, no una identificación desvinculada, sino que permeable de ser quien pueda llegar a representar o encarnar. Los cuerpos no son ideas en general, son encarnaciones de esas ideas, la materia concreta causa de una idea, un sentido, el excedo de sentidos, ideas y reales al mismo tiempo, un volumen finito en el espacio con desenvolvimiento infinito inesperado, no sabemos nada acerca de la idea que nos traerá ese cuerpo, sin embargo siempre nos traerá, encarnará un pensamiento, será la causa de nuestro devenir. He aquí la instalación de la idea política: El cuerpo (en general  y particularmente a la vez) y su intimidad de pensamiento, puesto en común con el cuerpo colectivo. Representación y representados. Si algo pretende representar (y probablemente no pueda hacer más) es a los cuerpos presentes allí. Un cuerpo como causa para los otros cuerpos, un cuerpo para la acción futura, un cuerpo y la emancipación… luego deviene el discurso, palabras, palabras, el sentido claro y directo de lo que se quiere decir, lo político en palabras, pero no es importante esto,

el lugar del habla está silenciado y en pequeño,

está puesto al final,

ya tuvieron su tiempo,

ahora es tiempo de la acción,

es el tiempo del tiempo en los cuerpos.

es el tiempo de los cuerpos.

“El cuerpo es el ser expuesto del ser”.

EX POSICIÓN UNIVERSAL / Paz Rojo

Definitivamente la pregunta no es “qué hacer” sino “cómo hacer”. Intuimos que algo de ese “cómo hacer” está relacionado con la danza/performance que ayer vimos en el CA2M: EX POSICIÓN UNIVERSAL (democracy is a psycho-kinetic training).

Bailar sola, bailar la soledad de una, soledad nómada que al bailarse deviene múltiple. Multitud inapropiable en un tiempo que desborda lo cronológico, en un espacio que se resiste a cualquier cartografía y que sólo produce esa ausencia que queda (y que no acaba) (y que (paradójicamente) es lo que viene, lo que aún no es).

Y cómo vivir (estar) juntos cuando sólo compartimos eso que se sustrae a cualquier verbo, a cualquier representación, figura, cuerpo o imagen. Cómo formar una comunidad allí donde sólo se pone en común lo que es imposible poner en común. Una posible respuesta: el cuerpo de Paz Rojo inaprehensible, siempre en linea de fuga, (des)plegando una y otra vez sus gestos que formalizan lo que hay de desconocido en lo que creíamos conocido, mostrando así una identidad que se abre al abismo de la ausencia de identidad y que resuelve esa aporía (esa nada) a través de un gesto, de un baile, que nunca habíamos pensado como posible. O por decirlo con las palabras de G. Deleuze:

“Es como el surgimiento de otro mundo. Porque esas marcas y esos trazos son irracionales, involuntarios, accidentales, libres, al azar. Son no representativos, no ilustrativos, no narrativos. Pero tampoco son significativos ni significantes: son trazos asignificantes. Son trazos de sensación, pero sensaciones confusas (…) ya no se ve nada, como en una catástrofe, un caos” (Deleuze, 2009, pp. 102-103).

(Durante Escena Contemporánea 2012, Alberto Lago, integrante del Círculo de Espectadores, escribió estas reflexiones sobre el trabajo de Paz. Nos parecen vigentes y pertinentes. Hemos querido citarle y hacerle partícipe de esta nueva experiencia.)