qué se nos impide decir

He estado mirando el texto de BRIAN BOLMES, mola
A mí me parece que podría funcionar muy bien, como dice vou, en plan “guía” o punto de partida para jugar-nos en valencia, convertir el texto en un manual de juego para “pensar” qué estamos haciendo allí, de qué estamos formando parte, a lo mejor incluso sin darnos cuenta, y de qué no queremos formar parte… recojo tres preguntas que se plantean al principio:
qué se nos permite decir
qué se nos fuerza a decir
qué se nos impide decir
Todo esto dentro de esos “laboratorios artísticos” a los que se refiere, o dispositivos, que tiene tanto que ver con esto que estamos armando, y que no solo lo armamos nosotros, sino que se están armando cosas de estas por muchos sitios y puede ser que con objetivos distintos…
Con qué objetivos lo armamos “nosotros”.
Cuál es la motivación, la finalidad.
Cuál es el deseo/economía que lo sostiene.
Se puede sostener más allá del momento en que ocurra (es sostenible?, sostener para qué?)
Os propongo transformar, entonces, el texto de Briam Holmes en un juego para alguna de las sesiones de Valencia, lo podemos hacer así entre todos, o si queréis hacemos un grupo de trabajo de tres o cuatro que estéis interesados (entiendo que quizás tampoco tenga todo el mundo el tiempo, ganas, deseos de bucear ahí)
Más allá de esto, engancho con el mail de Enrique (como dice, Paz, menudo par…), y pienso en eso de los vacíos de las cosas no hechas, lo de hacer y no hacer, que a su vez tiene que ver también con lo de cómo exponer las cosas hacia fuera, acabarlas, o para quién se hacen, cómo se empaquetan, cómo se convierten en productos, se publicitan, se venden o no se venden, en definitiva, se hacen públicas y “sirven” para algo… se cierran convirtiéndose en algo que se dirige a un público, a unos otros, distintos de los “nosotros” que las han hecho…
Sobre todo esto, adelanto cómo yo lo veo, o más bien mis dudas o dificultades acerca de ese momento de la exposición hacia fuera, ese momento en el que se establece la línea divisoria, que tiene algo bien complicado, esa separación entre lo que se muestra y quien viene a verlo (a “participar” preferimos llamarlo, para desdibujar esa línea, y sobre todo que no se conviertan en esa figura atroz del “consumidor pasivo”, la peste del capitalismo…?)
Yo, por el momento, admito que no sé qué hacer con eso, por eso prefiero directamente desdibujar la línea y ponernos en el mismo espacio, si luego no hay nada que mostrar, no hay problema, ahora no busco nada que tenga que ser mostrado, ni dicho hacia fuera, solo la creación de un espacio-tiempo que puede tener más que ver con la posibilidad de un no hacer, que la necesidad de un tener que hacer algo (y admito la retórica, que todo esto no es más que un modo de dar la vuelta a la tortilla, ahora toca hacer el no hacer… Bueno, puede ser, por el momento me quedo un poco ahí, para ver qué pasa, lo cual no quiere decir que no me vaya a mover nunca de ahí), pero pensemos de todos modos que ese no hacer, o no saber exactamente lo que hay que hacer, implica otros muchos saberes de todo aquello que sí sé que no quiere hacer, cómo no lo quiero hacer e incluso (aunque esto suene políticamente más incorrecto, excluyente y hasta duela más) con quién no lo quiero hacer… ahí podría hacer yo, y supongo que todos, una hermosa lista).
El lugar de este no hacer o no querer hacer no es, por tanto, un capricho, un azar o un juego… pongamos la carta sobre la mesa, es una puta necesidad (hay algo más necesario que los juegos… que están en la base del aprendizaje social?), la necesidad de seguir teniendo espacios de indefinición (esto me suena), espacios de borrado, de invención, de deriva, de gratuidad, apertura, azar, disponibilidad… para seguir “haciendo”
Yo creo que eso es hoy una necesidad y desde sitios muy distintos, no sé si además me atrevería a ponerle ese bendito adjetivo de “política”… casi preferiría que no, aunque luego la proyección de esas actitud puede ir en direcciones muy distintas, acordemos, please, que algo, al menos algo, tendrá que no ser político (para que pueda seguir habiendo política)… ala feliz “mani” (para los que vayan)
(Dejarme una apostilla más y me callo, de verdad: pero eso de los otros a los que uno se dirige (a menudo convertidos en el público con el que hay que hacer algo, el pueblo, los trabajadores, la comunidad, los vecinos del barrio…) Me pregunto si no podemos ser nos-otros mismos esos otros, si no tenemos el derecho también de ser pueblo, trabajador, comunidad o vecinos del barrio… o como dijo uno una vez porque uso camper y leo Foucault no voy a dejar de ser pueblo... digo esto por esa cuestión de a quién nos dirijimos en Valencia, dónde están los valencianos, la gente del barrio de allí, qué es lo que vamos a dejar allí… bueno, por un lado, están los valencianos con los que vamos a trabajar, que no sé si serán pueblo o no… vicente, eres pueblo?, pero con esto no quiero cerrar la discusión, al contrario, que me parece interesante seguir pensando eso de para quién y con quién… nosotros estamos allí una semana y los que están alrededor qué, los que viven por allí qué… se van a enterar de algo, cuál es la repercusión de nuestro “trabajo”?… bueno, al menos armemos un poco de ruido el último día para que sepan que hemos sido/estado)
Óscar
This entry was posted in comunidad, juego and tagged , , , , . Bookmark the permalink.

One Response to qué se nos impide decir

  1. Pingback: self-portrait de todos nosotros | La comunidad imposible

Comments are closed.