Tomo una escena que escribí llorando en el escritorio de mi madre frente a un espejo, de la primera obra de teatro larga no representada que recuerdo haber escrito («Improvisación no. 1»). Copio y pego frases. Me propongo elaborar con ellas una inscripción en una chapa de hierro, sin cambiar una palabra del texto original, solamente puedo cortar y pegar, ordenar a mi gusto. Hay un choque de estilos entre ese texto que escribí y mis creencias actuales, ¿se trata de adaptar ese texto a mi nuevo estilo sin cambiar una palabra? Es un juego divertido, sí, pero entonces ¿escribo para ilustrar mi estilo? Esto sería como tallar figuritas religiosas de madera para ver el filo del cuchillo y no para alabar a dios… Para consolarme, pienso que el estilo es una consecuencia de algo más profundo, que si bien es eso lo que estoy haciendo, va ligado a otra cosa: algo así como que no se puede alabar a dios sin saber que el cuchillo corta. Es una zona confusa, de objetivos que se mezclan, ni yo mismo me estoy entendiendo. En cualquier caso, el «resultado» es este:

Inscripción en una chapa de hierro sumergida perteneciente a las puertas falsas del paraíso (17 años):

I.
nadie nunca sabrá que hablé aquí
mi madre mi padre nadie más
o quizá sí
quizá alguien me oiga porque el eco de mi sufrimiento quedará aquí mucho tiempo
pero qué más da si nadie está ahora junto a mí
llevo rato llorando
llámame o ven aquí con un regalo Adriana
te pusiste muy contenta el otro día con mi rosa
estoy vivo
naturaleza noche aire puro de alta montaña hay una tienda de campaña dentro de ella cuatro adolescentes
NO NO
estoy solo
nadie sabe que ahora estoy llorando
se está bien aquí dentro
NO NO
ya no estoy triste sino enfadado
quiero volver a llorar y volver a pedir que por favor alguien me esté espiando y me compadezca
no vendrás tú Adriana o tú el que estás oyendo el eco de mi voz no vendrás ahora que lo necesito con un regalito a ponerme contento
no siento nada ni siquiera enfado
estoy vacío y hay ruidos y veo cosas
nadie es más guapo que yo pero nadie lo sabe
voy a desaparecer cuando acabe la frase
a quién le interesa
apaguemos las luces

Acerca de emipastor

Emiliano Pastor es un director y dramaturgo español, nacido en Barcelona en 1985, que a veces reside en Buenos Aires, de donde proviene su familia. Estudió dirección y dramaturgia en el Institut del Teatre de Barcelona, pero huyó desencantado y siguió formándose en Argentina, donde destaca su formación de dirección con Emilio García Wehbi. Ganó el "Premi de Teatre Principal de Mallorca" con la obra Allà on s'estimen els peixos ("El lugar donde se aman los peces"), escrita conjuntamente con Adriana Bertrán. Esta obra quedó finalista en el "Premi Born" y fue publicada. Con El jardinero de la N-II ganó el accésit al "Marqués de Bradomín", premio del Ministerio de Trabajo español para jóvenes autores, que además la publicó. Esta obra también quedó finalista en el "Premi J. M. Bartrina". Sus obras Ríanse del hipopótamo y Aquello que no entienden los marcianos serán próximamente publicadas en antologías. Esta última obra fue estrenada en Argentina en el Teatro El Fino bajo su dirección. Otro texto, Mercedes Benz según los pájaros ha sido semimontado en la sala Beckett de Barcelona, bajo la dirección de Jordi Casanovas, en el Ciclo de Autores Catalanes Contemporáneos 2007. Recientemente ha escrito un artículo sumamente crítico con el Institut del Teatre y su influencia en la cultura local, que se publicará en el próximo número de la revista Artributos. En la actualidad trabaja en los siguientes proyectos: -Escribe un texto teatral acerca de su adolescencia. -Trabaja en una puesta en escena de "Árbol de Diana" de Alejandra Pizarnik, con el dramaturgista Javier Pérez y la actriz Amanda Delgado. -Prepara una acción teatral individual provisionalmente titulada "Aquí el caosmos". -Trabaja en el proyecto multidisciplinario "Ik", junto con Paula Pogranizky en Buenos Aires y Javier Pérez en Madrid. El contenido de este proyecto es absolutamente secreto. Da clases de dramaturgia escrita y dramaturgia escénica en Barcelona, así como a través de Internet. Su mail es gatomapuche@gmail.com
Esta entrada fue publicada en Que no quede ni un solo adolescente en pie. Guarda el enlace permanente.