¡A partir de ahora las incertidumbres verán la luz!

Ya estoy sentada sobre mi bola de Pilates. Al lado tengo una silla ergonómica y un tapete de yoga para ir alternando las posiciones y que mi cuerpo físico no se apabulle ante las largas horas de teclado y pantalla que le esperan. Tampoco falta el agua fresca y el incienso comprado en el DF en el mercado de Sonora (trabajo con espíritus latinoamericanos que no aprecian en incienso japones que venden en París)

Me siento muy honrada de habitar este cuerpo-blog ajeno, que me permitirá ayudarles gracias a mis dotes genéticas de MEDIUM. Quedo a su servicio, un don es un don.

 

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