POR EL DOLOR, LA ALEGRÍA

 

Empezamos el taller exponiendo las imágenes que nos habían surgido escuchando La pastoral de Beethoven. Compruebo una vez más nuestra capacidad de imaginar y me planteo lo poco que se fomenta en nuestra cultura. Después de enumerar imágenes y acciones posibles e imposibles, como caminar sin pisar el suelo, volvemos a escuchar la sinfonía con la intención de traer los lugares que hemos imaginado al cuerpo. Claudia Faci nos señala que lo único que tenemos es nuestra concentración, nuestra carne, nuestra mirada en relación al espacio y a otros cuerpos. A partir de ahí seguimos buscando distintas acciones para concretar lo que haremos el martes. El objetivo de todo esto es apoyar con nuestra presencia un teatro que decide abrir sus puertas en un momento en el que lo habitual es cerrarlas. Trabajamos con la idea de la primavera, el campo, la alegría, el disfrute, el placer y siento en ellos un espacio de resistencia. Ahora que cada vez se nos pone más difícil lo cotidiano, poder utilizar el transporte público para ir a trabajar o para buscar trabajo, expresarnos, reunirnos y casi todo lo que no nos conduzca a producir o a consumir, ahora más que nunca se hace necesario un espacio creado desde otro lugar, un lugar para la creación y el compartir, al igual que un espacio en nuestros cuerpos para respirar ante tanta dificultad y para disfrutar. Porque ahí no nos pueden controlar, porque mi alegría es mía, nuestra alegría es nuestra y ahí no pueden entrar. Porque al final nuestra venganza es ser felices.

«La Pastoral», de Claudia Faci

«Nos Queda La Pastoral», son las palabras que me he encontrando diciendo en algún momento durante estos días, tras el taller y la presentación de la pieza de Claudia Faccci. He hecho de su «pastoral» mi «pastoral» y cuando digo «pastoral» me refiero a un espacio donde abrirse, encontrarse, compartirse, disfrutarse, y entregarse, conceptos sobre los que se sustenta esta pieza…
Lo primero que hicimos para el taller fue poner en común las imágenes evocadas por la música: 
bailarinas / putas / agrupaciones / derribar muros / mujer que corre abriendo puertas / cursi / bestia / ropa tendida / laberinto / persecución / sabanas / caballos / cristales que se rompen / escaleras / bosque / vapor de agua / caracoles / agua hirviendo / gas / liquido / solido / orgasmo / desubicado / no poder salir / arboles con mujeres colgadas del cabello con vestidos largos / agua que sube / quitar el tapón de un desagüe / dificultad para bajar las escaleras / campo / goya /  el columpio / alicia en el país de las maravillas / mujeres yendo de puntillas / éxodo /  posiciones deformes / baile de mascaras / pasarela de christian lacroix / mezcla de cosas / caminar sin pisar el suelo / esperar un tren / abandonarse con serenidad / personas gritándose / agua / manos abiertas / lluvia / cuerpo que se funde…
Después bajar al cuerpo, hacerlo disponible, disponerlo a la apertura, a la entrega, a la voluptuosidad, al goce, al disfrute, huir del hacer que hago, estar, seguir el impulso…
Como resumen de la pieza, nada mejor que mis sensaciones ayer a las tres de la mañana. El alcohol y su inercia, acompañando a la palabra, tres personas, dos pertenecientes al cuerpo de baile y una persona del público hablando sobre la pieza, sobre el amor y mi sentir no era otro que el de que eso formaba parte de la pieza, ese convertirnos en comunidad, un estar en el presente, un disfrutar del goce de compartirnos…. Y tras la despedida, caminando solo hacia casa me encuentro con tres tipos borrachos tocando flamenco, tres tipos con dificultad para mantenerse en pie cantan flamenco y pienso en la resistencia, la alegría como resistencia, el arte como resistencia, la resistencia como algo básico, concreto, sencillo…