Mucho ruido y pocas nueces

Crónica publicada en el blog El lugar sin límites

Me ha parecido un espectáculo de personas muy perezosas. Pudiendo hacer más, os limitasteis al texto, dice un señor de cierta edad, ante el pasmo general, a la hora de las preguntas. Es el Reina Sofía. Es la hora del vermut. Es reflexionar con resaca. Hay murmullos, resoplidos. Es un viejo, dicen. Otros no tan viejos sonríen. Rafael Sánchez-Mateos aplaude entusiasta. No soporta lo satisfechos que se sienten de ellos mismos. La soberbia del artista consagrado versus la fragilidad optimista del espectador invitado ¿Cómo se mide el tiempo dedicado a trabajar una pieza? ¿En horas de oficina? Juan Loriente se defiende de la acusación de perezoso contando las horas que pasó encerrado en un teatro de Ginebra ¿A cuánto pagan la hora extra de creador escénico?

Podría haber optado, en cambio, por citar a Paul Lafargue cuando, a mediados del siglo XIX, en El derecho a la pereza escribe :

Cuando en nuestra civilizada Europa se quiere volver a encontrar un rastro de belleza natural del hombre, debe írsela a buscar a las naciones donde los prejuicios económicos todavía no extirparon el odio al trabajo. España, que lamentablemente se está degenerando, puede todavía vanagloriarse de poseer menos fábricas que nosotros prisiones y cuarteles; el artista se regocija admirando al atrevido andaluz, moreno como las castañas, derecho y flexible como una vara de acero; y el corazón del hombre se conmueve al oír al mendigo, soberbiamente envuelto en su capa agujereada, tratar de amigo a los duques de Osuna. Para el español, en el que el animal primitivo no está aún atrofiado, el trabajo es la peor de las esclavitudes. También los griegos de la época dorada despreciaban el trabajo: sólo a los esclavos les estaba permitido trabajar: el hombre libre sólo conocía los ejercicios corporales y los juegos de la inteligencia.Era también el tiempo en que se caminaba y se respiraba en un pueblo de hombres como Aristóteles, Fidias, Aristófanes; era el tiempo en el que un puñado de valientes aplastaban en Maratón a las hordas del Asia que Alejandro iba luego a conquistar. Los filósofos de la antigüedad enseñaban el desprecio al trabajo, esa degradación del hombre libre; los poetas cantaban a la pereza, ese regalo de los dioses.

El derecho a la pereza. El derecho a enseñarnos sus disfraces. El derecho a hacer una pieza sin cuerpos. Están en su derecho. La Ribot no recuerda qué pieza de Prokofiev suena en su obra. El derecho a no recordar. Juan Domínguez asegura que usaron la música de manera cinematográfica, ilustrativa, ¿manipuladora? El derecho a poner la música que te venga en gana. El triunfo de la libertad. Para Juan Loriente es un triunfo que esta pieza se pueda hacer sin su cuerpo en el año 2050. El hombre libre sólo conocía los ejercicios corporales y los juegos de la inteligencia. ¿Por qué cambiaste las nueces por los cocos? Porque ya no veía las nueces.

Habéis hecho una performance en la sala, en los espectadores, comenta otro señor mayor. Una performance a base de ruidos, toses, susurros. Una perfomance que terminó, al menos el sábado, con una sonora pataleada, algo poco habitual en una sala de teatro, en un centro dramático nacional, en un año 2015. No fueron los espectadores “viejos” los únicos que patearon el suelo. No fueron los espectadores que van a ver el enésimo montaje de Chejov los que se indignaron. Tantos dramas y tan poco placer. Hubo espectadores jóvenes que también pensaron lo mismo. Que también mencionaron el poco trabajo. A la palabra en escena le respondieron con el ruido en la platea. El triunfo de la voluntad. Mucho ruido y pocas nueces.

hay los pedazos de cosas
cuando retornen a las cosas sólo verán pedazos y no cosas
estos pedazos que también se llaman cachos hay que hallarlos, colectarlos, contarlos uno a uno
 

me gusta que lo cuente pero no me gusta que haga bandera
contó cosas que nos pasaron de verdad a nosotros. Contó cosas que dan vergüenza
es una vergüenza hacer bandera de la vergüenza
es una vergüenza a estas alturas las banderas
es una derrota de la política las violencias
es el momento de dar un paso más
de mover ficha
 
me refiero a las banderas cualquier bandera

es una vergüenza cualquier bandera ni la mía misma
es una vergüenza existir a la vista de todos y a la vista de las banderas
es una vergüenza existir y que a uno lo vean destacar
significarse tener significado
constituir o ir a constituir
significar

Escribe María Salgado sin vergüenza. Llega un momento en que el ruido desaparece. Llega un momento en que lo que se valora es la autenticidad. Basura verbal con brillitos. Cómo mirar las frases, como escudriñarlas, como detenerse a verlas, como deleitarse en ellas. La palabra en escena. Poesía y música. Teatro del bueno. Cómo mueve María el brazo izquierdo. Como se miran María y Fran en escena. Como se miran.

Un programa doble que dice mucho sobre dos generaciones de creadores. Un programa doble que me hace pensar en la confluencia de los partidos políticos. En los que han estado treinta años en la escena. Han llegado a este punto. Los que empiezan ahora, ¿empiezan ahora?, tienen otra actitud, otra manera de estar en la escena. La palabra en escena. Ahora Madrid, ahora Madrid, sí, pero y después ¿qué? cantaban los Miguel Ángel Mainstream (MAM) el viernes por la noche en la sala Juglar. Podemos, podemos… podemos irnos a la mierda, advertían, entre risas. El sentido del humor de Salgado no es irónico, no es elitista, no es cínico. Llega por otra parte, de otra parte. Bancamos a Manuela y sus setenta años, pero nos molestan los comentarios de los señores mayores una mañana de domingo. Esos señores, sin embargo, se emocionaron con el ruido. Les llegó el ruido que hacen los jóvenes en las plazas.

A los viejos todo les sienta el bien
A los viejos no les vayáis con antigüedades
A los viejos asombradles
Cantan los Hidrogenese

La juventud dura cinco minutos

 

About marccaellas

Marc Caellas, natural de Barcelona, es un artista que trabaja con la escritura, el teatro, la performance o la curaduría en proyectos híbridos que devienen libros, obras de teatro, instalaciones o programas públicos y festivales. Sus dos últimos libros publicados son Notas de suicidio (La Uña rota, 2022) y Dos hombres que caminan (Menguantes, 2022), éste escrito a cuatro manos con Esteban Feune de Colombi. Antes, publicó Carcelona (Melusina, 2011), Caracaos (Melusina, 2015), Drogotá (Planeta, 2017), Neuros Aires (Libros del Zorzal, 2020) y Teatro del bueno (Teatron tinta, 2015). Ha participado en numerosos festivales nacionales e internacionales de literatura o artes escénicas como el Festival Iberoamericano de Teatro Bogotá, Festival de Palco e Rúa de Belo Horizonte (Brasil), Bienal de Literatura de Sao Paulo, FILBA (Buenos Aires), Festival Estival (San Martín de los Andes), FIT Cádiz, Festival TNT, Festival IDEM Casa Encendida, Festival Escenas do Cambio (Santiago), Festival Kosmopolis (CCCB), Festival de las Ideas (Madrid), Festival Cuéntalo (Logroño), Festival Nudo (Barcelona), Festival Open Heart (Lanzarote), Meet You (Valladolid), Festival WHIM (Frías), entre otros. Ha sido artista residente en Conde Duque Madrid, Tokyo Arts and Space, Nau Coclea y Ca’n Timoner Mallorca. Ha sido reconocido, en dos ocaciones, con las ayudas a la creación literaria del Ministerio de Cultura, ha sido premiado con las ayudas Iberescena a la co-producción teatral y ha sido finalista al premio BBVA a la mejor obra de teatro con Suicide Notes. Ha impartido cursos de escritura creativa, creación escénica o nuevas dramaturgias en el Museo del Chopo, el Centro de Arte Conde Duque, la Universidad de Barcelona, Universidad Central de Venezuela, Universidad de los Andes y Universidad del Atlántico. Han dicho de él Sus libros y obras, a través de una suerte de extrañamiento respecto a lo que se trabaja, plantean preguntas que no llegan a materializarse de manera concreta nunca, como si quisieran expresar algo que no hay modo de explicar, asumiendo que en algún lugar espera aquello que no entendemos y que, sin embargo, no deja de sostenernos. Juan Trejo Los posdramaturgos Marc Caellas y Esteban Feune de Colombi también diseñaron coreografías complejas en sus paseos por el delta del Río Besós (en la obra Qué es el agua). Sus propuestas nos ayudan a ver los conflictos medioambientales y políticos mediante perspectivas poéticas o artísticas. Y nos recuerdan que esa es una de las funciones del artista en nuestra época. Ser DJ o curador, arquitecto dinámico: el coreógrafo de estructuras híbridas que conviertan nuestras mentes en escenarios donde colisionen las ideas con la emoción. Jorge Carrión In a variety of ways Marc’s works blend media, literature, and theater into happenings and reading experiences that do not merely comment on our present, but help readers and audience-goers rethink their position in it. In these remixes, Marc shines a light on the paradoxes and hypocrisies that sustain our globalized, mediatic world, even as he allows us to feel viscerally the darknesses that we (unthinkingly? willingly? begrudgingly?) accept as our reality. Tania Gentic
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