Pruebas de admiración

Ahora que ya han publicado el maravilloso monográfico sobre Sonia Gómez los de LiquidDocs, creo que ya puedo colgar los textos que les pasé:

15/5/2008
Sonia Gómez Vaselina Pura

Tags: Sonia Gómez Vicente, Vaselina, pura, fan, admiración, grupi, weblog, trabajo personal, fingir, esperanza.

Me declaro admirador de Sonia Gómez.

He sido seguidor de variadas cosas en mi vida. Siempre he exprimido con la avidez enfermiza que caracteriza a los que vivimos estos siglos lo que se ponía a tiro de mi deseo. Pero no recuerdo, haber sido fan de nada o nadie.

Hubo un caso, una vez, cuando apenas no era más que un adolescente, me obsesioné con la filmografía de un joven y brillante director de cine, el cual curiosamente, por aquel entonces debió llamar la atención lo suficiente como para que su breve obra fuese presentada en Filmoteca de Madrid, ya digo cosas rara. No lo dudé y me presenté en la sala para conocerle personalmente y con la excusa de volver a ver la integral de sus cortometrajes que yo ya conocía, con antelación y de las más diversas maneras que ahora no vienen al caso. Mientras asistía a la proyección me di cuenta de, que posiblemente de los presentes, era yo el que más sabía de aquel joven director por aquel entonces. Era, sin pretenderlo, una especie de especialista accidental por culpa de a mi propia curiosidad. Esperé a la charla posterior con el taciturno director, pero no dije ni mú. Al final a la salida del local, me lo encontré casi tan perdido y despistado como yo. Sentí ganas de saludarle, de expresarle mi sincera enhorabuena por lo que creía un trabajo tan bueno como difícil de llegar a realizar. Pero, nunca me dirigí a él.

Durante mucho después reflexioné sobre este hecho, justificando mi actitud en mi natural timidez. Ahora, se perfectamente que si no lo hice fue por que me parecía absurdo recalcar lo que ya me era obvio, es decir, que admiraba su trabajo. El tiempo pasó y mantuve inconscientemente esta actitud reservada frente al trabajo de la gente que admiraba.

Mucho años después, cuando conocí a Sonia Gómez me acerqué a ella como periodista. Tenía el encargo de entrevistarla para un publicación especializada en teatro contemporáneo con motivo de su última gira. La noche antes, pedí ver su pieza para hacerme una idea de su trabajo, el cual por aquel entonces desconocía.

Simple y llanamente la representación me deslumbró. Nunca había visto nada como aquello.

Al día siguiente, fecha de la cita, estaba descolocado, como atontado. Hice lo que pude para presentarme ante ella con mi arsenal de periodista: boli, bloc de notas, pero me hallaba tan impresionado que debía de tener la expresión del semblante arrebatada, como si acabase de caer en paracaídas sobre la terraza del bar de aquella plaza donde habíamos quedado. Sin duda, aquello se debía reflejar en mi rostro, puesto que Sonia no paraba de mirármelo con curiosidad de animalillo, lo cual aumentaba aun más mi timidez. Al final, las preguntas devinieron charla, la charla devino torrente desatado de palabras, anécdotas y sueños, prolongándose horas y horas. Al día siguiente, acabé por escribir un texto que me salió del tirón, casi de memoria. A partir de entonces, «salí del armario» de mi admiración por Sonia Gómez.

No la escondo. Llámenme loco, pero me convertí definitivamente en el «grupi» de una artista que no se parecía a ninguna otra que hubiese conocido con antelación.

Ella me informó desde el primer instante de nuestras conversación que ella ya había realizado como ARTISTA, con doble esfuerzo además, el trabajo que nos correspondería llevar a cabo a todos. Todos fingimos de alguna y otra manera. En sí, es la forma de llegar a ser lo que realmente somos. Ella misma fingió ser bailarina la primera vez que dio un clase de danza. Pero un buen día, la máscara se cae y te conviertes de la noche a la mañana en lo que deseas. Vamos, como Cenicienta.

Tras años como creadora independiente, Sonia Gómez empezó a experimentar una nueva forma de relación con el «público», desde el punto de vista de una reflexión sobre el sentido de su trabajo. Es decir, si ella crea piezas para la gente, por que no buscar una relación más directa, mas colaborativa incluso, con ellos.
Sonia empezó esta nueva forma de trabajar en las artes escénicas posteando en su blog (fue pionera en un formato que ahora todo el mundo usa) con ánimo de construir la múltiple realidad sobre si misma que se escapaba al formato de las piezas teatrales. En estos años, Sonia ha construido un corpus de su propia alteridad frente a su posición de artista y persona.

A partir de entonces Sonia Gómez empezó a trabajar una nueva forma de relación con los hombres generando un discurso sobre el trabajo personalizado con lo que ella llama: «clientes». Sin duda se trata de una versión sofisticada de lo que realizó conmigo. Primero, es el encuentro con la «artista total», tratarla, conocerla, sus gustos, su estilo, para atrapar la actitud creativa. A posteriori, empieza el juego de la ficción. Sonia propone jugar con la fantasía, en el fondo: materializar el deseo. El otro finge, interpreta el papel, para acabar escrutando en si mismo, en sus deseos ocultos. Al final, el cliente está satisfecho de que se le exija una actitud participativa y, como ha mirado en su interior, es un poco más maduro.

Todos sus clientes y, estoy seguro de ello, mucha gente que la conoce son tan admiradores y están tan seducidos por ella como yo. Ella ha basado su planteamiento como creadora en una mirada sincera sobre la relaciones humanas y en una sofisticada y algo perversa interpretación de los deseos, los reales y los equívocos, de cada uno. Ella, lo denomina el «trabajo personal», terapia basada en el esfuerzo para llegar a comprender sin vendas en los ojos lo que realmente aspiras en cada instante. Podía describirse, no sin ironía: Vendo actitud de artista, por un módico precio.

Sonia Gómez ofrece algo que encuentras rara vez en el arte que se hace aquí: esperanza. Si como suena. Sus piezas están en el grupo exclusivo de los que trabajan con el cuerpo y lo conceptual a un alto nivel, Sonia es ante todo capaz de entrelazar las líneas del trabajo con las de las propia vida, para demostrarnos que no se puede y no se debe, ir más lejos. Sonia no agrede, ni ofende, salvo a algún simple, certifica lo que tenemos todos en nuestras cabecitas: El universo somos nosotros mismos y que allí orbitando se hayan las soluciones a nuestros males y el sentido de nuestro destino, y que currando, que dejándose la piel, como ella misma dice, es como se consigue, todo.

Ya ven lo que vende esta chica de La Sènia: valor para el camino, el de nuestra propia vida por recorrer. Vaselina pura.

David Rodríguez

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11/11/2007
La movida catalana: Sonia Gómez

Tags: Musa, Sonia Gómez Vicente, catalana

Sonia Gómez es una de las personalidades artísticas más importantes de este país, a pesar de su, a día de hoy, fugaz carrera como creadora independiente.

Personalidad brillante, sus espectáculos son una sobredosis de inteligentes hallazgos, literatura fina y fuertes tragos de provocación erógena. Pornografía de andar por casa, servida en frases pendientes del público y movimientos sincopados de cadera que te hacen salir del teatro flotando dos palmos por encima del suelo.

Sonia es madrina y musa de esta movida, donde ya no valen ni celos, ni mediocridades, y sólo cuenta el resultado final de un teatro que desde hace alrededor de una decena de años, se ha apropiado de un lenguaje (hablado por otros antes) que al resto de los mortales nos llevará unos lustros aún balbucear. Si, lloremos, pero esta generación de artistas catalanes han ido, y han vuelto ya, por lo procelosos mares de la modernidad, y de la cultura global esa, de la pela, de las artes que se cansaron de ser escénicas y se aburrieron de ser artes.

Sonia Gómez es de esa categoría de artistas que si bien deberían desde hace años vivir y trabajar en Nueva York, han preferido quedarse aquí y llevar al límite las posibilidades que les ofrece el único beneficio de no largarse de este país de mierda: el tener siempre a mano tu propia cultura y tus referentes para darles un vuelta (subvertilos, también se dice) que les hace buena falta.

Una gran carrera por delante.

D.

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9/4/2008

Moraleja

Tags: Crítica, La Sènia

Las Vicente matan a los hombres. Sin duda es el mejor espectáculo de Sonia Gómez. Performance apresurada y divertidísima, plantea la cuestión de la naturaleza de la inteligencia emocional y la capacidad creativa (o talento) desde el punto de vista de nuestros orígenes y referencias. No duden, si están en Barcelona, en ir esta tarde al único pase.

Además, aprenderán la moraleja que encierra este espectáculo: no eres más listo por parecerlo, sino, por tener respeto por ti mismo, por los demás y por el lugar de dónde has salido.

Hoy, 9 de abril 2008 /21h.30. Centre Cívic Barceloneta. BCN.

D.

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12/26/2006

Breve carta de amor a mi manager

Tags: Mánager, amor

Alt rendiment, amor, tendresa… sang calenta, complicitat.

Així sóm, COMPLEMENTÀRIES

Mirada cap als temps que vindràn.

Amb gran estima.

sonai

Alto rendimiento, amor, ternura… sangre caliente, complicidad.

Así somos; COMPLEMENTARIAS

Mirada hacia los tiempos que vendrán.

Con cariño.

sonai

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ciasoniagomez.blogspot.com
www.soniagomez.com

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