Dios ha muerto, lo ha matado Alexander Vilenkin

Universo universal, celebro la entrada #100# con una gran noticia, de palabras de Ángel L. Tendero: «Dios ha muerto, lo ha matado Alexander Vilenkin»:

No hay ley que prohíba viajar en el tiempo.

Dejó la URSS tras un inexplicable boicot del KGB, se refugió en EEUU y hoy dirige el Instituto de Cosmología de la Tufts University. Es autor del concepto inflación eterna.

NÚRIA NAVARRO

–¿Alguna noticia de ahí afuera?
–Tenemos una nueva imagen del universo.

–¿Favorecedora?
–Una imagen en la que la mayor parte del universo está en expansión acelerada y explosiva. Sufre lo que se llama una inflación cósmica. Y la energía que impulsa esa inflación es la gran bola de fuego que llamamos big bang. Eso ocurrió en nuestra región hace 14.000 millones de años, pero no fue el comienzo de todo. Fue nuestro big bang particular.

–Suena… insignificante.
–Lo lamento. Muchos big bangs han ocurrido en el pasado y un número incontable de big bangs acontecerán en el futuro en otras regiones del universo. Yo llamo multiverso al grupo de todos los universos posibles.

–Disculpe, ¿cómo sabe todo eso?
–Hay pruebas indirectas de que la teoría es correcta. Aunque el big bang ocurrió hace 14.000 millones de años, podemos ver la luz emitida inmediatamente después, por las ondas electromagnéticas que vienen hacia nosotros de todas las direcciones. Es una radiación más o menos uniforme llamada radiación de fondo. El satélite Wilkinson Microwave Anisotropy Probe, que orbita la Tierra, está haciendo un mapa.

–¿Y cuál es el origen del origen?
–Le responderé con una pregunta que se hizo san Agustín en sus Confesiones: «¿Qué hacía Dios antes de crear el cielo y la tierra?». Y al de Hipona se le ocurrió la respuesta: «Dios creó el universo junto con el tiempo». De modo que toda pregunta sobre el antes no tiene sentido. Pues la respuesta que nos proporciona la cosmología moderna es similar.

–Poco esclarecedor, la verdad.
–Bueno, si usted prefiere, existe una teoría que dice que el universo nació de la nada.

–Preferir, preferir…
–Por nada entiendo que no existía ni espacio ni tiempo. Es posible tener espontáneamente un universo cerrado pequeño y que este universo empiece a aumentar a una velocidad muy elevada. Se hace grande muy rápidamente y se comienzan a producir big bangs en distintas regiones y continúa para siempre.

–¿Adiós a la eternidad?
–Existe la eternidad futura, pero no la pasada.

–Quizá haya gente como usted y como yo en otros mundos…
–¡Por supuesto! Las cosas que vemos aquí están repetidas en otros lugares. Esta escena que estamos viviendo ahora está ocurriendo en un número infinito de lugares.

–¿De veras?
–Sí. Porque en el curso de esta inflación eterna, existe un número infinito de regiones del mismo tamaño que la nuestra. A partir de la mecá- nica cuántica, el número de historias posibles en una región finita del espacio es un número finito de cosas. Y todas estas cosas son repetidas un número infinito de veces en las infinitas regiones.

–Da mareo… Así, ¿no descartamos visitas de extraterrestres?
–En mecánica cuántica, si se satisfacen las leyes de conservación, todo es posible.

–¿Y Dios? ¿Tiene cabida?
–En Física intentamos explicar los fenómenos sin la intervención de lo sobrenatural. A mí, particularmente, me mueve el misterio.

–¿Dónde está el gran misterio para alguien como usted?
–Las leyes que explican la creación son las mismas que explican la evolución del universo. Y eso plantea algo intrigante: parecería como si las leyes no fueran únicamente las descripciones del universo, sino que, de algún modo, estaban presentes antes de que el universo existiera.

–Muy platónico. ¿Y el hombre qué pinta?
–Solo es polvo de estrellas. Los elementos que nos constituyen fueron creados en las estrellas y cuando explotaron salieron disparados. No tenemos ninguna importancia en esta escala cósmica. Contentémonos con la familia, el barrio, lo local.

–Con viajar a Mallorca y no en el tiempo…
–Pues no existe una ley que prohíba viajar en el tiempo. Pero eso reclama unas condiciones muy especiales.

–Diga, diga.
–Tiene que haber un agujero de gusano o puente de Einstein-Rosen, que es un atajo entre dos puntos del universo. Pero eso exige la energía negativa. Y el problema es que es difícil crear energía negativa sin crear a la vez energía positiva. Parece que el equilibrio siempre acaba imponiéndose…

–Pues aquí abajo no lo parece.
–El universo no está para mezquindades. Aunque en el futuro asteroides golpearán la Tierra y habría que investigar cómo redirigirlos… El sistema solar morirá en 10.000 millones de años, aunque puede que la civilización muera antes. O puede que logre diseminarse por la galaxia.

Alexander Vilenkin. El periódico de Catalunya. Vía Mónica Bujalance tiene un blog. Aunque no se ven tetas.
D.

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