Ejercicios para insomnes (confinados)

Madrugada 24 de marzo (II semana de confinamiento). AAASSS – FIIIXIIIAAA

El decreto de confinamiento podría haber sido la gran oportunidad que esperaba la Sociedad Mediterránea de Amigos del Insomnio (SAI). Tanto la SAI como sus filiales internacionales (Insomiacs without Borders USA) no dudaron en poner toda su experiencia en situaciones de confinamiento; una noche sin dormir no es otra cosa que una experiencia de confinamiento. Todo ese saber colectivo acumulado en tantas noches sin dormir a lo largo de la historia debía ponerse al servicio de la ciudadanía y los Estados en la lucha contra la pandemia; una pandemia que está derivando, como era previsible, en otra pandemia de insomnes confinados, o de confinados insomnes. El periodo de confinamiento abrazado por las poblaciones en un estallido donde se mezcla el compromiso con el miedo, la solidaridad con la paranoia, se convierte en estado de insomnio social programado, expandido y en apariencia libremente asumido; el mundo activa todas las alertas para mantenerse despierto, sin pegar ojo, hasta nuevo aviso. ¿Cuánto se puede mantener esta situación sin que los trastornos mentales, las crisis de psicosis, las neurosis y paranoias empiecen a hacer estragos?

 A la crisis médica y el desastre económico habrá que sumar una sociedad de zombis compulsivos con altas dosis de violencia encubiertas en políticas autoritarias. Los síntomas de este insomnio social, actitudes irritables, caras cansadas, mentes dispersas incapaz de concentrarse en nada, frecuentes ya en la sociedad pre-pandemia, se irán agudizando. La SAI, con el respaldo de la Insomiacs without Borders USA, pone al servicio del gobierno un programa urgente de actuación altamente creativo que consiste en apostar por los fantasmas en lugar de los zombis: los fantasmas dan miedo, pero no son peligrosos, e incluso pueden llegar a caer simpáticos, además permiten una gama más amplia de movimientos y coreografías, lo que contribuye a la salud del cuerpo (y de la cabeza). Los fantasmas, como estado transitorio, permiten vislumbrar una vía de salida para un mundo más habitable. Si el zombi es una careta vacía, un sujeto muerto movido por instintos primarios, el fantasma es un sujeto incierto, ubicuo y disperso, capaz de moverse a través del tiempo y el espacio. Esta potencia de indeterminación es la base del Programa Fantasma.

Su punto fuerte es que no se propone únicamente como medida de emergencia, sino como proyecto de futuro, anticipándose a las duras consecuencias que va a tener el confinamiento si sigue agravando la paranoia zombi. El modelo fantasmal trabaja con la reelaboración de rasgos dominantes de la sociedad pre-pandemia, a menudo celebrados a través de la figura del zombi, que frente a la imagen blanda, andrógina, simbolista y un poco insulsa del fantasma había demostrado tener mucho más tirón. El zombi es agresivo, masculino, incluso podía llegar a resultar erótico y hasta político. Sin embargo, más allá de fantasías compensatorias, el verdadero sustrato del que debe partir un programa de regeneración social de largo alcance es el estado fantasmal, cuyos orígenes se remontan a la invención de la opinión pública y el modelo político moderno en el siglo XVIII gracias a medios de comunicación que permiten estar en contacto sin tener que estar realmente en contacto, la definición del perfecto fantasma. El fantasma, vinculado hasta entonces al mundo de la magia y la superstición, va a pasar a ser la condición política de la democracia representativa. La prohibición de reunirse, de salir a la calle, de verse, tocarse y confundirse, reduciendo la comunicación a los medios virtuales, supone la realización distópica del proyecto ilustrado de una sociedad fantasmal donde los cuerpos en el fondo siempre molestaron, así que cada uno en su casa y las relaciones por internet.

Para inciar este programa de activación de fantasmas confinados proponemos un ejercicio de nivel básico: AAASSS-FIIIXIIIAAA

Empiezas de pie con la mirada y los brazos hacia arriba y las manos en paralelo, como si estuvieras sujetando la cabeza de alguien en quien reconoces una cierta autoridad; puede ser tu padre o madre, la cara del presidente o presidenta de tu país o región de la parte del mundo en la que te encuentres, tu jefe, puede ser tu propia cabeza o la de un insignificante ejemplar de covid-19. Mientras la elevas hacia arriba, inspirando con profundidad, notas que se carga con la energía del cielo y que a través de la cabeza te cargas tú también; una energía que manda un dios en el que no crees; pero no importa, esto no es una cuestión de fe, sino de práctica.

Este complejo programa de intervención práctica ha sido, sin embargo, rechazado sin contemplaciones por la policía de seguridad a la entrada del Ministerio del Interior. La SAI no se viene abajo y decide continuar a través de las redes utilizando la plataforma Ejercicios para Insomnes, puesto en marcha hace tiempo con cero éxito, con la seguridad de que está vez sí que la petarían. Y con esta fe inquebrantable, los ojos inyectados por el sueño y el deseo de ayudar a la humanidad en estos momentos de solidaridad a flor de piel, se empieza con la difusión de los primeros ejercicios nivel básico bajo el lema ¡Ponte la sábana! Todes somos fantasmas. Todes estamos muertos.

Empiezas a
expulsar el aire mientras te inclinas hacia delante con los brazos bien estirados
y sobre todo con mucho cuidado para no dejar caer esa cabeza, como si quisieras
ofrecérsela a una niña/niño/niñe en quien te reconoces a ti misma/misme/mismu y
que permanece delante de ti mirándote con un gesto raro, como si no
comprendiera nada (no entiende por qué estás tan colorado). Y al mismo tiempo
que vas inclinándote hacia delante, entonas el mantra, como una especie de
sibilante ahogada: FIIIXIIIAAA. Cuando estás a punto de pasarle al niño su
cabeza, este se convierte en un enano y el enano desaparece en la tierra. Entonces,
continúas la circunferencia que estás trazando y te descuelgas hacia abajo relajando
brazos, cuello y hombros. Quedas mirándote la entrepierna mientras te preguntas
qué haces con esa cabeza, que continúas sosteniendo entre las manos. Pero en
ese momento de desaliento sientes que se está cargado nuevamente, esta vez con la
energía de la tierra. Eso te da fuerzas para continuar desenrollándote hacia
arriba, poco a poco, mientras tomas aire y completas el mantra AAASSS. Al mismo
tiempo vas subiendo la cabeza: por un momento quedáis mirándoos a los ojos,
hasta que continúas elevándola para llegar a la posición inicial.

Lo principal
es no olvidar el mantra con las respiraciones, y sobre todo, ejercitarlo en
grupo y al aire libre, una condición básica en cualquier ejercicio del programa
para confinados insomnes. En la imposibilidad de realizar esta última condición
radica su fuerza social. Piensa que el resto de la gente estará pensando lo
mismo: nos hemos convertido en fantasmas dentro de nuestra propia casa, barrio,
pueblo, ciudad. Bienvenido los fantasmes, salud!

Madrugada del 20 de junio de 2019

Pasado un tiempo prudencial tras el fracaso del último proyecto, que había obtenido una nula repercusión en las redes, hemos decidido volver a juntarnos para poner en marcha un nuevo proyecto. La lectura de los Protocolos de los sabios de Sión, que durante un tiempo parece que ocupó el segundo puesto en ventas a nivel mundial, después de la Biblia, nos ha animado a meternos en esta nueva aventura.

Estos Protocolos, editados por primera vez en Rusia en 1903, aunque su difusión a nivel mundial fue después de la Revolución de Octubre, se presentan como la versión actualizada de un proyecto conspirativo ideado por Salomón y los Sabios de Sión en el año 929 a. C., una conspiración que tendría como objetivo la dominación del mundo por parte de una monarquía hebraica, y que estaría detrás también de la revolución rusa.

Finalmente, más que los Protocolos, un complot que al lado de la Biblia quedaba a la altura del betún, fue la propia Biblia la que nos ha terminado inspirando el nuevo proyecto, no tanto por su contenido, sino como protocolo de actuación para desarrollar un proyecto con éxito. En todo caso, como dice Carlo Ginzburg —que fue quien nos contó todo esto— en relación a lo verdadero, lo falso y la ficción, poco importa si los Protocolos son auténticos, basta con que sean verdaderos, un principio que debió de inspirar también la Biblia y cualquier otro proyecto, entendiendo que un deseo de proyección tiene siempre algo de conspirativo; incluso los falsos complots, o los falsos proyectos, esconden conspiraciones verdaderas.

Antes de fijar objetivos y metodologías de esta nueva aventura, sabiendo que lo de los objetivos y la metodología ha sido siempre nuestro mayor quebradero de cabeza, decidimos organizar una acción colectiva, un ejercicio sencillo que elevase la moral del grupo y al que pudiéramos recurrir en los momentos de desánimo que terminan minando un proyecto.

El ritual consiste en una serie de posiciones básicas, una coreografía que nos acompaña desde el comienzo de este destierro planetario; a estas posiciones se les añade un rezo cantado a varias voces e inspirado en el libro de los Salmos, con un tono que de lejos podía recordar a una especie de canto gregoriano bastante cutre. El texto de partida se improvisa para cada ocasión a partir de variaciones del cogito ergo sum; desde que supimos de esta tesis nos pareció graciosa por lo que tenía de pretenciosa e ingenua, no tanto por lo claro que parece estar lo que es el pensar, y por exclusión lo que no es pensar (situar la acción de pensar como punto de partida para llegar a un principio claro y contundente acerca de la existencia, que decía Cartesius, como le gustaba llamarse a Descartes, suena un poco sospechoso, hoy diríamos como muy de trepa), sino por la rotundidad con la que parece distinguir unas personas verbales de otras, es decir, el yo del que piensa y existe frente a un posible tú, nosotros, vosotros o ellos o ello, de cuya existencia y concurrencia en relación con ese yo (trepo) no se dice nada. De hecho, a menudo bromeábamos con un virus que afectaba a los humanos y que les hacía desaparecer de tanto yopienso, al que llamamos cogitoergopufff.

Hemos querido darle a la salmodia un tono de fingida seriedad, haciéndola en un latín más o menos inventado, o en algún idioma moderno que de todos modos tampoco controlamos, aunque casi siempre terminamos utilizando invenciones fonéticas de producción casera. Este momento orrración o sarrrmodia, como lo llamamos, amenaza con ser el único resultado reseñable del nuevo proyecto. Esto no nos ha desanimado, al contrario, creemos que hemos dado con un protocolo eficaz para preparar el que será de verdad el nuevo proyecto, que hemos dejado simplemente en Protocolos de sabios; como dice Bifo al final de un libro sobre los trabajos del alma, «solo en este plano (del conocimiento que se expande a través de las ondas producidas por los cuerpos, añadiríamos nosotros) podemos imaginar un proceso de autonomía futura, como autoorganización del general intellect, experimentación de contenidos cognoscitivos y técnicos, y creación de estructuras dinámicas de interacción colaborativa independiente respecto de los fines del semiocapital”; pues eso mismo.

Aunque la sarrrmodia es una especie de ceremonial sonoro, practicado en el suelo, cama o alguna otra superficie horizontal, la partitura textual son variaciones del pienso luego existo, que van degenerando en una sonoridad con una base rítmica que termina siendo bastante arrítmica. De este modo, nuestro singular Discurso del método va ganando en consistencia a medida que se llega a una descomposición de cuerpos y sonidos que algún pedante calificaría como cuerpo sin órganos. Las formas, tonos y estados del método difieren, por tanto, para cada ocasión. Las variaciones podían comenzar con:

  • estoy cansado, luego existo
  • no pienso, luego también existo
  • nos piensan, luego existen
  • amo, luego existimos
  • estamos cansadas, luego existimos
  • soy amado, luego existen
  • pasan de mí, también existimos
  • sentimos, luego existen
  • no siento, no existimos
  • te deseo, luego existes
  • me caes fatal, también existes
  • ni te deseamos, ni te dejamos de desear, no existís (tampoco lo sentimos)
  • no deseo casi nada, luego existo por los pelos
  • no tengo proyecto, y sin embargo existo tengo un súper proyecto, para el que he conseguido además un pastón, no existo, pero existe mi proyecto (cuando acabe, ya vemos si vuelvo a existir)
  • camino, luego existimos
  • estoy (mejor dicho, no sé si estoy), luego existimos
  • me caigo de sueño, luego existimos
  • estamos, luego existo
  • pienso, pues mejor para ti

Sunplus Corp.

Mañana (de madrugada)

La conferencia de Óscar Cornago en la Universidad de Cuenca, en Ecuador, comienza con un pequeño ejercicio práctico de lectura en el que se informa de una noticia alucinante: la proclamación del descubrimiento del Algoritmo del Conocimiento Desconocido, UKA (según las siglas en inglés, Unknown Knowledge Algorythm), aunque con el tiempo se multiplicaron las variantes: UKA Movement, UKMA, MUKA, KUMA, hasta MUKAMA en algunas partes de Latinoamérica.

La
noticia no aclara en qué momento exactamente tuvo lugar el descubrimiento,
seguramente porque la UKA, cuyo antecedente más reconocible en la Tierra es el
conocimiento a través de las prácticas artísticas, permite moverse con fluidez
entre tiempos, espacios y géneros de vida distintos. Por eso, el día de
celebración, previsto para hoy, 24.04.2004, fue también el 11.01.1001 y el
21.12.2112; otro año fue el 3.03.333 y una vez incluso fue el 88 del 8 del año
8888.

Cada
año se elige una fecha a lo largo de una sesión de telepatía a nivel mundial que
dura las 24 horas del último día del año. Justo con el nuevo año se hace
público el resultado. La población entera de todo el mundo se concentra para
llegar a una fecha que son a la vez muchas y que es única para cada año.

Semejante
ejercicio de concentración planetaria hubiera sido impensable antes de la UKA.
El descubrimiento de los conocimientos desconocidos hizo que el tiempo dejara
de funcionar de forma lineal. Los presentes se multiplican, los espacios se
superponen y las sexualidades se confunden. Tú puedes estar aquí ahora y al
mismo tiempo en tu casa, tirado en una playa en Venus (donde no hay playas) o
flotando en un punto indefinido del espacio. También puedes simular que estás
aquí, pero estar en realidad viajando por el país de los sueños. Todo ocurre en
un complejo cruce de tiempos, espacios y atenciones.

La
UKA marca una nueva era. El miedo que provocaban los conocimientos inciertos, que
fue la causa de ese insoportable tono paternalista que puso el planeta Tierra
al borde de la extinción, explica que los gobiernos, de ascendencia patriarcal,
no se atrevieran a adelantar el momento, obligando a homologar los entonces
denominados saberes artísticos a través de instituciones oficiales, en su
momento conocidas como universidades, escuelas, másteres, que a raíz de la UKA
quedaron como piezas de museos.

Han
tenido que pasar siglos para que se abriera el mundo de los conocimientos. Hizo
falta mucha relajación a nivel mundial y mucho aflojamiento de esfínteres y
mucho macho deshojando margaritas en el cénit de sus ciclos hormonales.

La
imaginación ya no tiene límites. Gracias a ella se han descubierto formas de
existencia que antes no podíamos ver. A pesar del enorme desarrollo técnico y
digital las actitudes en torno a la investigación, el conocimiento y las formas
de enseñarlo habían seguido siendo terriblemente rudimentarias. Hubo que
cambiar no solo los medios, sino sobre todo una mentalidad heteronormativa que
reducía el conocimiento a un penoso ejercicio de definiciones,
conceptualización y clasificaciones. Ahora sabemos que la galaxia está
desbordada de formas de vida alucinantes. También hemos descubierto otras
existencias que habitan entre nosotros, y que entran y salen de nuestro cuerpo
produciéndonos ese agradable cosquilleo que a veces sentimos.

Las
rubix, por ejemplo, son unos corredores de Fórmula 1 (un tipo de objeto que ya
desapareció hace tiempo) que habitan los bajos de la cama. Por el día se hacen
diminutos, pero por lo noche sus cuerpos crecen y se transforman según el
tamaño del deseo que llega hasta ellos; a menudo se hacen tan grandes que salen
de la casa, del barrio y hasta de la ciudad. Viajan según la intensidad que
irradia nuestro propio deseo (cuando les conoces es fácil que te lleven
consigo, tal es su agradecimiento).

El
(algo)ritmo de los conocimientos desconocidos se activa mientras los objetos
del saber permanecen desconocidos; no nombra, ni define, ni clasifica, solo se
sitúa, se despliega, circula y se transforma con respecto a los lugares de
incertidumbre que lo activan.

Como
afirma uno de los líderes de la resistencia (este tipo de vocabulario también
desapareció) de la época de los positivismos y las patologías digitales, Grahan
Harman (aunque el parecido de su nombre con el mantra gra-ham har-man hace pensar que tras esta sonoridad se oculta algún
otro nombre célebre de la época, como orl_ando, ave-rroes, aris-tóteles o
airis-tortles, una raza de tortugas irlandesas), lo real no puede ser conocido, solo amado.

Desde la MUKAm ya nada es lo que parece. Todo está cambiando. Seguir investigando en lo que ya tiene nombre forma parte de la prehistoria de la ciencia. Fíjate en las cosas que tienes a tu alrededor ahora, en esta pantalla que estás mirando; todo parece normal, incluso te resulta familiar, hay cosas que crees reconocer; pero no son lo que parecen, se están transformando. Este texto tampoco es lo que crees; se ha convertido en otra cosa, y tú tampoco eres lo que eras hace un momento (esto ya lo tenías claro). Llevamos siglos sin dormir. Viajamos por el tiempo como ejércitos de insomnes. Estamos a punto de ser descubiertas. Silencio. Disimula.

Fingir que estáis dormidas cuando en realidad nunca habéis estado más despiertas. Fingir que estáis despierta cuando en realidad estáis viajando por otra galaxia y se os nota a la legua.

Madrugada de ayer

Una noche que no puedes dormir decides, en lugar de contar borreguitos, inventar ejercicios para insomnes. De pronto sientes que se te da fenomenal, que eres un fiera imaginando estos ejercicios. Te vienes arriba, empiezas a pensar que podrías dejar el trabajo y dedicarte solamente a esto. Pero luego ves que es inviable, no solo porque tendrías que dejar de dormir y andar hecho polvo todo el día, sino sobre todo porque cuando llegaba el día y revisabas los ejercicios, veías que eran un puro delirio que no se sostenían por ningún lado. De todos modos, como no te queda más remedio porque de vez en cuando no hay manera de pegar ojo, sigues insistiendo. De hecho, decides pasar de revisarlo y en su lugar te pones a buscar gente por internet que se dedique también a inventar ejercicios para insomnes. Descubres alucinado que hay un montón. Decidís hacer un encuentro para conoceros. El grupo se calienta y concluye resolviendo que aquello es un tipo de resistencia biopolítica, de crítica contra el capitalismo y, por supuesto, una forma nueva de hacer arte. Se funda la Asociación Internacional de Artistas Insomnes AIAI (que no puedo dormir) y en su primer congreso proponen unas prácticas iniciáticas en plan secta, como el ohhmmm del yoga, con las que saludarse al comienzo de cada sesión. ¿Cuáles serían estas prácticas?

(Recuerda que el arte de insomnes se hace fundamentalmente tumbado en la cama, con paseos excepcionales a la cocina, al baño o al sofá, y que los participantes de los encuentros de la AIAI están por tanto tumbados en el suelo. Incluso hay algunos centros que instalaron espejos en el techo para que pudieran verse mientras hacían sus prácticas y discutían de sus cosas, pero las escuelas más puristas siempre consideraron estos añadidos como desviaciones del verdadero arte para insomnes.)

Estos ejercicios son una excusa para otra cosa, pasar una noche de insomnio, entretenerte mientras vas en el metro o esperar en la cola del paro. Están pensados para realizarse en grupo como parte de talleres, laboratorios de creación, cursos de investigación práctica, sesiones de autoayuda, coaching para empresarios, acompañamiento de procesos creativos o acampadas de fin de semana. En cada uno se plantea una situación que termina con una pregunta que los participantes responden reinventando la situación inicial y sosteniéndola de una forma práctica durante un tiempo limitado. Es importante que no requiera grandes requisitos, de modo que pueda ser realizada por cualquiera en cualquier sitio.  

Si alguna noche que no puedes pegar ojo se te vienen a la cabeza estos ejercicios y se te ocurre alguno, mándalo, la secta de los insomnes está abierta. Te recomiendo mandarlo durante ya de madrugada, en todo caso no dejar pasar el día para que la historia tenga todavía el delirio de lo oscuro. Los sueños cuando maduran pierden. Los ejercicios se publican de forma anónima y se ofrecen a su libre utilización sin necesidad de citar fuentes, nombres o autoridades, copiando el modelo de apropiación de los chistes, las recetas de la abuela o los trucos para quitar manchas de vino.
oscarcornago@yahoo.com

Madrugada de 12 marzo de 2019

Te despiertas con la sensación de que no estás solo en la habitación. Efectivamente, además de tu pareja habitual hay un grupo de personas medio recostadas en la cama. Flipas en colores, claro. No sabes si salir corriendo, ponerte a gritar o amenazar con llamar a la policía. Al mismo tiempo, intuyes que todo eso no serviría de mucho. Mientras que despiertas a tu pareja el grupo trata de tranquilizarte. Te dicen que ellos son un regalo que una muy buena amiga tuya te ha hecho. Mientras haces memoria de qué amigas tienen llave de tu piso, empiezas a sospechar que quizá no te has despertado del todo, mejor dicho, que finalmente te quedaste dormida y en realidad lo estás soñando todo. Además, sientes una especie de atracción por ese grupo de desconocidos, como si en el fondo no te resultaran del todo desagradable. Miras a tu novia tratando de buscar apoyo, pero ella, después de volver del servicio, se puso a hablar con uno del grupo aquel como si lo conociera de toda la vida. Eso te tranquiliza por un lado, porque ves que no tienes muchas opciones. Así que tratas de relajarte, les dices que te parece muy fuerte lo que está pasando (a tu novia prefieres no mirarla, porque empiezas a sospechar que está metida en el ajo), que no sabes cómo han conseguido entrar, pero que ya que están ahí te cuenten en qué consiste el regalo. El regalo, te explican, consiste en un juego. El juego de tus sueños. Un juego delicado que fácilmente se podría convertir en pesadilla. ¿Cómo le propondríais al resto del grupo el juego de sus sueños?

Madrugada del 10 de abril de 2019 a. C.

En un momento de debilidad, justo antes de dejar el paraíso, Adán y Eva le confiesan a los demás que en verdad no hay ni dios, ni serpiente, ni han comido de ningún árbol prohibido, ni siquiera tienen por qué ir vestidos, que se lo habían inventado todo porque estaban un poco aburridos del paraíso y tenían ganas de salir a recorrer el mundo. Los demás, que en el fondo andaban también un poco cansados de ir en pelotas y empezaban a entusiasmarse con la posibilidad de vestir cada día de una manera distinta, dijeron que de acuerdo, que se iban también con ellos, pero pusieron una condición, que en lugar de una expulsión para toda la vida fuera solamente una excursión para algún tiempo, y que cuando se cansaran de aquel asunto del Dios, el pecado, el conocimiento y las tentaciones, volverían de nuevo al paraíso a descansar, a inventar otra religión, para volver a salir de nuevo al mundo en otra expulsión-excursión. Teniendo en cuenta que cualquier religión es una forma de administrar culpas, perdones y formas comunitarias de reconciliación, propón al resto del grupo ejercitarse en los nuevos rituales de confesión, perdón y comunión de los sucesivos credos que servirán para organizar las siguientes “expulsiones” del paraíso.

Madrugada del 22 de marzo de 2019

Un grupo de chicas que no hablan el mismo idioma naufragan en una isla desierta. A pesar de tener todas las comodidades, un día empiezan a aburrirse de la playa caribeña, el agua de coco, el papagayo políglota y el sireno trans, y deciden ponerse a hablar entre ellas. Reconstruye una de las conversaciones de este grupo de náufragas.

Madrugada del 15 de marzo de 2019

En un planeta de extraterrestres descubren que en la Tierra se ha inventado una nueva forma de producción de conocimiento basada en las prácticas artísticas. Quedan perplejos porque a pesar de lo desarrollado de su civilización, que está a años luz del estadio evolutivo de los terrícolas (según su escala histórica estaríamos más o menos, para entendernos, en una fase previa a la glaciación). Deciden mandar una expedición para descubrir en qué consiste exactamente la investigación basada en artes. Después de casi dos décadas en las que este grupo de extraterrestres se hizo pasar por estudiantes de másteres, artistas teórico-prácticos, artivistas, educadoras creativas o ecologistas conceptuales, en su planeta se les acaba la paciencia, dan por terminada la misión y les pide que regresen urgentemente para comunicar los resultados. A pesar de que no han conseguido enterarse de nada, les expedicionaries se ven obligados a volver, aunque se lo estaban francamente bien. Temiendo las represalias por el fracaso y el tremendo gasto de recursos públicos que ha supuesto la misión, deciden inventarse los resultados, en un ejercicio de imaginación colectiva inédito hasta el momento en la historia de su civilización. Reconstruye a través de un lenguaje y unos códigos culturales marcianos la reunión en la que este grupo expone ante los demás la importancia de lo que han descubierto, justificando por qué han necesitado tanto tiempo y tratando de convencerles de que les envíen de nuevo a la Tierra dada la importancia de los hallazgos a los que estaban llegando.

Madrugada del 10 de febrero de 2019

Un momento antes de presentar tu comunicación en el IV Congreso Internacional de Nuevos retos para la investigación en artes, humanidades y ciencias sociales, descubres que te has dejado el texto impreso en el servicio del hotel donde lo estabas repasando después del desayuno aprovechando el apretón (la noche anterior acabaste tarde y te encuentras medio resacoso). Encima te dicen que el power point no funciona. En lugar de venirte abajo, decides aprovechar tus veinte minutos de gloria para contar la verdad de lo que te ha pasado a un auditorio lleno a rebosar. Por suerte, el trabajo lo habías hecho en colaboración con dos compañeros que conociste el año pasado en el cuarto oscuro que se organizó al final de la fiesta de clausura del III Congreso Internacional de Nuevos retos para la investigación en artes, humanidades y ciencias sociales, que se hizo en San Francisco. Así que invitas a tus compañeros a sentarse contigo en la mesa y entre todos reconstruis la historia de cómo os conocisteis, de por qué decidisteis trabajar juntos en este tema (básicamente para volver a encontraros en Madrid, donde se hacía el congreso este año) y del olvido del texto en el cuarto de baño por la tremenda resaca de la noche anterior. El auditorio empieza a reírse, los ponentes se vienen arriba y para cerrar su intervención proponen un pequeño ejercicio para hacer entre todos.

(La intervención tuvo tanto éxito que al año siguiente, pero en un congreso distinto, decidieron pasar directamente de escribir el trabajo y se inventaron la misma excusa del olvido del texto, aunque cambiando los detalles de la historia. La comunidad científica empezó a darse cuenta del truco, que fue aceptado tácitamente como una nueva forma de metodología de investigación de la que nadie hablaba pero todo el mundo practicaba. El éxito fue tal que unos años más tarde los participantes de los congresos universitarios en lugar de preparar la exposición de los resultados de sus investigaciones, preparaban sus historias cada vez más delirante de por qué se les había olvidado el texto y como habían llegado hasta ahí. Estos congresos pasaron a la historia por inaugurar una nueva era en los modos de producción y gestión del conocimiento científico.)

Madrugada del 17 de marzo de 2019

Después de numerosos pronósticos fallidos la historia se termina definitivamente. Con la abolición del trabajo como actividad para cubrir las necesidades materiales y la posibilidad de elegir libremente el nivel de vida, pudiendo incluso variar si llegado el caso te aburres de ser demasiado rico o demasiado pobre, se llega a un acuerdo mundial de que aquello, teniendo en cuenta las circunstancias y a pesar de algunos problemas que quedan sin resolver, es lo más parecido al paraíso que se va a poder alcanzar en la Tierra. Las religiones, por extraño que pueda parecer, aceptan el nuevo orden y escenifican cada cual a su manera sus respectivos juicios finales dando por cerrado los negocios por falta de clientela. La época histórica pasa paradójicamente a la no-historia como el período más negro que atravesó y atravesará nunca el mundo, peor incluso que la prehistoria. De algún modo hasta los presidentes de las grandes naciones declaran que aquella paranoía del progreso y la acumulación de bienes no daba más de sí y que mejor cambiar de historia.

Sin embargo, a pesar de la bonanza y pasado un momento inicial de euforía planetaria, empiezan a surgir ciertas comunidades, consideradas por muchos como sectas, que por pura melancolía se reúnen por las noches para rememorar la vida cuando había historia. Estos encuentros amenazan con desestabilizar el buen rollo mundial, y sin llegar a prohibirse directamente, para no caer en los métodos de la época pasada, la melancolía, asociada en muchos casos con la falta de sueño, empieza a ser considerada como un estado de ánimo peligroso que debe ser evitado por el bien de la humanidad.

A pesar de las
advertencias estos grupos no solo continúan con sus reuniones, sino que se
multiplican. Parece que ya que no pueden dormir se lo pasan bien. Las
celebraciones se producen con la máxima discreción para no aguar el buen
ambiente general, pero debido al secretismo no se conoce con exactitud qué se hacía.
Por lo que dicen, hay un grupo que se hace pasar por gente que regresa de la
historia y se escenifica un encuentro con otro grupo de la etapa paraíso. Entre
ambos tiene lugar una conversación un tanto delirante (parece que se utilizan
drogas), donde unos y otros se interesan por cómo es la vida de los otros, intercambian
opiniones sobre los pros y contras (sin llegar a las manos), en la que en todo
caso suelen ganar por goleada los del paraíso. Luego se hace un pequeño ritual
en el que el grupo de los históricos propone un juego para experimentar los
modos de vida durante la historia, y luego el grupo de los poshistóricos hace
lo propio para compartir las virtudes del nuevo estado. Las reuniones acaban
con una fiesta al modo de los históricos en la que terminan siempre
sobresaliendo estos últimos. Al parecer, no obstante lo negro del período, la
historia pasa también a la no-historia por su fama haciedo fiestones.

¿Cómo organizaríais uno de estos encuentros, qué juego propondría el grupo de la historia para compartir sus modos de vida, y el grupo del paraíso?

Monje junto al mar. Caspar David Fridirech, 1808-1810.