Off Limits lo peta en Madrid un lunes por la noche, con un coreógrafo israelí, un músico de acá y una sesión de improvisación de danza contemporánea. Planazo, ¿no ponen Gran Hermano?
Pues no, fíjate tú, mereció la pena.
La propuesta se entiende desde el principio: estos dos pájaros, se han apoderado del espacio. Suelo, pared, escaleras, tela roja (tapado y envuelto con ella referencia a la galería de arte y a Josep Beuys). Primero el cuerpo. El movimiento, la piel, el roce, hasta el chirrido. Luego la música, atmósfera perfecta, acompaña, acompasa, colabora en la danza y en llenar el espacio.
Como siempre en estos duelos, gana uno, y hoy es la música. Shaha el coreógrafo se rinde, su figura horonda y simpática detiene su retozar y se une a participar del ruido que ha impuesto el percusioniosta Arimany en la suave lid.
Gana pero, quizá sólo por esta vez.
D.