Todos somos Esperanza Aguirre

Me desperté de un sueño pesadillesco:
Salía a la calle y todo el mundo a mi alrededor, mi portero Fabián, la vieja dueña del edificio (y de nuestras vidas), el kioskero con coleta, Marc del Bichobola que barría la calle, el pobre de la esquina con su madre enferma desde hace tres años, Mercedes la del Sylkar, la gente en la parada del autobús, las personas que caminaban cabizbajas por la calle, un perro, el chico que vende la farola en la puerta del super, …
Todo el mundo en Chamberí tenía la cara de Esperanza Aguirre.

¡Ah!

Era como el cartel de la peli de Spike Jones Cómo ser John Malkovich, pero en vez de calvos, llevaban el pelo con volumen y enlacado.

¡Ah!

Giré la cabeza y vi mi reflejo en un escaparate…

¡Ah! Yo también tenía la cara de la Espe

Me incorporé de la cama, y pensé que esta pesadilla horrible se debía a que había tenido malos pensamientos el día antes. Estuve discutiendo sobre si los 400.000 € que ha costado traer a la companía de Sam Mendes al Teatro Español 8 días, o si tener sólo 4 días de función a la zarzuela Katiuska, coproducida por el mismo teatro del ayuntamiento era un derroche o no. Vamos que sólamente con lo que ha costado hacer un huequito en el calendario para Sam Mendes, se arreglan las Salas Alternativas de Madrid todo el año y parte del que viene. Qué nos da para programar que ni el Párraga.

¡Pero no!, no puedo pensar así… Derroche, despilfarro, … ¡Espe!…
Gallardón se vengaba de mi. He sido malo, criticarle te convertía inmediatamente en su rival…
D.

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