Calentamiento

Se acercan unos días de turbulencias y mucho viaje. Este resfriado me hace pensar que a lo mejor no estaré en mis mejores capacidades para poder llegar al 1000% que requiere mi semana.

¿Aún así, porque el 1000%? ¿Porque no aceptar el hecho de que estoy hecho mierda y que lo que voy ha hacer será conmigo «hechomierda»? En este momento de mocos y rollos de papel de váter, me limpio los mocos, voy sin calzoncillos, voy con pijama y batín de mi padre con formas no precisas, mi nariz esta roja y me duelen dos granos que tengo en el culo.

¿Podría aceptar el hecho de que no debo satisfacer unos gustos estéticos estrictamente relacionados con aquello estético/bello? Es más, ¿Cómo podría alejarme de las influencias estéticas que me han inculcado/contaminado/agredido/emocionado y dejar de crear relaciones poéticas con el material del que dispongo? ¿Cómo crear una composición alejado de conceptos como lo bello, lo poético, lo físicamente virtuoso, la dramaturgia del «último número es el mejor», la emoción reproductiva/radioactiva/performativa/contemplativa/manipulativa y otros conceptos que entorpecen el hecho de que otras formas puedan existir? ¿Cómo alejarme de ese protocolo invisible que inunda mis lógicas a la hora de crear?

En círculos llamados como se quieran llamar, les cuesta aceptar la presencia de lo «feo» a excepción de presentarlo en formato «freak show», crear un héroe accidentado a su alrededor o llamarlo «RADICAL» ( en mi opinión, a veces confundido por un freak show).  En este caso, no es únicamente como esas personas han sido utilizadas, consciente o inconscientemente-conscientes por sus directores/dramaturgos, si no también cómo el público ha decidido hacer un instrumento de ello.  Al final, el público es el que habla, el que etiqueta, el que pone valor, el que señala, el que afecta, el que intoxica, el que se posiciona y, resumidamente, el que le da futuro a lo que haces.  (A excepción de ese individuo listo en medio de la audiencia que te mira , que te objetiviza y que te pide de hacer un trío con su novia cuando has acabado el espectáculo).                                                Y esta masa anónima llamada público, se esconde y es cambiante, es camaleónica, no tiene personalidad en sí a excepción de la esquizofrenia de mundos individuales, es un agente que juzga y que te puede mandar al infierno ( quedaría mejor freír espárragos) cuando quiera.

 

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