Romería telepática / Alfredo escapa y Marta Alaiz en mini-residencia 3’33 LEAL.LAV

Telepathie

He puesto esta primera foto porque hace muy presente el hueco de las cartas no compartidas pero preparadas para el público eventual que pudiera asistido a lo que Ernesto Escapa y Marta Alaiz (artísticamente ‘somospeces’) han querido llamar ‘Télépathie’. Tras una residencia corta iniciada con un verano tímido y acabada en medio de un bochorno irrespirable, a la andaluza, esta pareja llegada desde León a Tenerife abrió la puerta para compartir un trabajo hecho casi solo de amor. Sí, vale, suena muy ridículo y bastante cursi, pero… ¿y cómo lo digo, si básicamente es eso?

Por otro lado las explicaciones comparten con las excusas que las hay de todos los colores: Que si el calor. Que si la gente en la playa. Que si apetece una caña y no el teatro. Que si la gente no se ha enterado. Que si las fiestas.

Claro. Claro que sí. Siempre hay una, diez, cien explicaciones para justificar que la cosa público no esté, es decir, que las personas no asistan y no formen público. Cansa e interesa poco hablar del tema cuando las ausencias ocurren. Al hacerlo valoramos más la ausencia que las presencias. Y eso sí que no. Eso no puede ser. De hecho, los trabajos que apoya el LEAL.LAV están precísamente en lo contrario: son… no como el Facebook, sino como ver a un amigo de verdad. Como ocurre en ‘Télépathie’. Se revaloriza la presencia. De lo poco que tenemos.

Quizás por eso me sorprendí a mí mismo diciendo una frase sentenciosa al escuchar a otros lamentándose yjustificando al público. Dije algo así como: ‘No, si excusas para no venir al teatro siempre sobran. Lo que faltan son excusas para venir’. Dentro de mí vive un viejo cascarrabias. Es difícil, pero me suele caer bien.

Performers y acciones
‘Télépathie’ cuenta con unos performes de lujo que realizan una serie de acciones pautadas que previamente desconocen, de las que se les va dando instrucciones para su realización: son los asistentes. Atención, porque no he dicho el público, sino los asistentes. Las personas que acuden a la llamada de ‘Télépathie’. Ahí está el primer prejuicio que cae: que uno vaya a esta pieza no significa necesariamente que sea a verla, sino a hacerla. Y así empezamos, aprovechando la cercanía de las fiestas laguneras, dando un paseo telepático como rito de paso para despojarnos de ese algo tonto desde el que actuamos nornalmente, entrando en lo que me ha gustado llamar ‘Romería telepática’.

 

créditos y dos notas:

*IMÁGENES : Una vez más, todas las fotos son de Javier Pino y su mirada. Más en la página de Facebook del LEAL.LAV.

*NOTA 1) Hermosos contrastes: Observar la baja afluecia de público y comprobar que entre los asistentes se encuentra una pareja que es la primera vez que acude al LEAL.LAV, que al ver en el periódico ‘entrada gratuita, aforo limitado’ llega con mucha antelación. Verles flipar con el espacio. Verles implicarse en el juego y la propuesta a tope. Despedirles y ver que se llevan un par de sonrisas en las caras. Saber que estarán pendientes de la agenda, que se lo dirán a sus amigos, que volverán.

*NOTA 2) Nota especial para Marta y Alfredo, pero también para Tomás y Sofía: Como todo está conectado o como conectamos todo, me ha pasado algo hace un par de días: He descubierto la película WALKING LIFE del director Richard Linklater, me la he tragado entera y me ha dejado un resacón que aún estoy intentando digerir. No es fácil, advierto, pero es… realmente hermosa, al menos en mi escala de valores. Al margen de gustos y opiniones, si coincide que en algún momento de relax pueden verla, comprenderán por qué me hace conectar con cada trabajo (con ‘Télépathie’ y con ‘El Desenterrador’) y con cada persona que lo realiza. Gracias por eso.