Llámame

Peter al teléfono. Le escucho fatal, se corta cada dos por tres, su voz parece la de otra persona, imposible comunicarse. Subo al terrado y aparece Peter. Algo raro pasa. No era Peter quien estaba al teléfono.

Esta entrada fue publicada en Astronauta ficción, La Celda. Guarda el enlace permanente.