La auténtica ficción / Parallax, Silvia Zayas / LEAL.LAV

Me encanta el momento  de antes de entrar en el teatro, la polisemia de una expresión tan sencilla como entrar en el teatro. En esa sucesión de acciones previas entre encuentros y saludos se hacen y deshacen expectativas, nos preparamos (pero, ¿es preciso prepararse, pre-pararse?) para lo que le espera dentro. Como buena experiencia teatral, Parallax comulga de este principio. El pasado 7 de abril las personas acudieron curiosas por lo que Silvia Zayas traería al LEAL.LAV, y solamente el acceso a la sala hizo parte del tipo de juego que nos iba a proponer. Había gente acostumbrada a nuestra sala de cámara en lo alto del teatro. También quien acudía por primera vez al LAV. Unas y otras personas se sorprendieron al ver que el montaje se desarrollaría en la sala principal del teatro, que la propia Silvia esperaba por ellas sobre el escenario.

Arriba, de espaldas al patio de butacas, las gradas colocadas casi en V, dando forma a un trapecio escénico, con dos líneas divergentes contrarias a las convenciones de perspectiva. Entre ambas, Silvia, saludándonos, como la capitana de una embarcación recreativa a su tripulación justo antes de zarpar en una travesía sideral, a los mandos de una compleja mesa de control llena de lucecillas, mandos, pantallas, ruedas, palancas y muchos botoncitos que daban ganas de apretar, a ver qué pasa: la cabina del subnarino o nave espacial que atrae más la vista de los viajeros que el resto de la escena, completamente vacía. Como no sabemos dónde vamos (no vemos ni pensamos ningún horizonte) simplemente miramos el volante y el acelerador.

Me recreo en esto. En todo lo que no es aún la pieza. Porque ya es la pieza. Siempre hay una tensión o una excitación en el antes de. O una relajación y un dejarse ir. Algo. Pero en ciertos trabajos que están finamente tramados, finamente trenzados poéticamente, donde los muy diversos elementos que los componen (incluso invisibles o casi imperceptibles) responden o vibran en armonía con un principio básico fundamental que hace de tónica a partir de la que lo demás danza y se coloca para formar un acorde, ahí, suele pasar que todo lo que no es aún la pieza tenga cierta densidad, cierta calidad que no esta hecha solo de nervios o expectativas, sino que, como veíamos, hace juego con el juego propuesto. Y subir a escena y buscar un sitio y mirar los mandos de la almirante Zayas, antes de, resulta preñado de un sentido que se traduce en silencio.

La artista enciende una luz. Apaga. Enciende otra. Apaga. Enciende las dos. Apaga. Luego una parpadea a la derecha. Sale humo mientras. Enciende varias luces cruzadas en el aire. El humo y los colores se llenan. Este paupérrimo análisis serviría para figurarnos una parte mínima de Parallax. Pero no dice mucho, ¿verdad? Pues volvamos atrás. Repitamos. Imaginemos que el primer foco muestra a María Turra, locutora de radio activista por la independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde. El segundo, a João Carvalheiro, tío de Silvia, joven soldado portugués en la guerra que la locutora combatía desde su emisora. Los dos focos que se encienden a la vez son el puente de Farim. La luz que parpadea, la voz de María, a partir de una grabación original doblada en directo por Silvia al micrófono. Y el humo cruzado por luces, lo que sea que deja atrás el audio de un helicóptero que escuchamos elevarse. Solo que bajo esos focos «no hay nada». Por eso, aunque todo esto estuvo (al igual que un filtro casero hecho con un caleidoscopio acoplado a una linterna, un concierto de piano barroco interpretado por Silvia a la mesa de luz o incluso la banda sonora de Misión Imposible con láseres rojos atravesando el humo), nada de esto es Parallax.

Parallax es todo eso ocurriendo en paralelo a un documental sobre esta historia bélica colonial a la que le da soporte. Y más, porque en su trabajo Silvia Zayas recurre a veces a tópicos del cine documental. Pero al «negar» la imagen (figurativa) parece que vemos un documental con la pantalla apagada, lo que nos hace ver también nuestra predisposición para juzgar la imagen como real cuando se nos dice qué mirar o cómo hacerlo.

Parallax es también popurrí discreto de géneros. Y juego de distanciamientos. Establece un código inicial, como este texto, para romperlo y dar paso a otro que también rompe. Y seguimos con la mirada, el oído y la atención la danza que luz y audio dibujan en torno a… ¿A qué?
A veces a un ambiente de guerra por el que nos lleva de la mano a una sensación. Pero ahí se disuelve despacio hasta que algo ha desaparecido. Nos deja en el vacío. Y en el vacío del universo Parallax, tres luces que se encienden y una que cruza pueden ser soldados que escuchan la emisora de Turra, un haz verde en diagonal, una selva espesa, un cenital rojo, una explosión, incluso tres focos naranja pueden ser… ¡focos naranja! Luz que baila con nuestra disposición y juega con los restos de nuestra infancia colonizada, entre el cuentacuentos y la instalación, entre Kandinsky y el rigor documental. Parallax es teatro vaciado incapaz de desaparecer, espacio para una representación liberadora que Silvia eleva sobre la fantasía del cimiento de nuestras retinas para que se derrumbe sobre la realidad de nuestras conciencias. No como los puentes de Calatrava, que son de mentira, sino como el de Farim, el más real de los puentes.

He dicho mucho ya de la experiencia de Parallax, algo que por estos lares no olvidaremos. Sin embargo me quedo con la sensación de necesitar decir mucho más. Y es que hay un después de y un durante que tampoco son la pieza pero que son también parte de su trabajo y tiene que ver con toda la luz que maneja Silvia a su paso, no solo en escena. En primer lugar, tras la foto del puente sobre el río Kwai, me apetece mencionar la lección de cine (y de estética) que uno se lleva si se acerca al entramado del trabajo de Silvia, entendiendo ese entramado como la pieza en sí, sus motivaciones y entresijos, la propia Silvia, su sensibilidad, intereses y motivaciones, sus referentes y su modo de funcionar igual con respecto a Parallax que para hablar de música, de pelis pero también de política o de educación. Y sobre todo, hacerlo con la risa de por medio en todo momento. Una lección que Silvia no la da. Uno la toma. Ella ni se entera. En torno suyo todo es muy fácil, y las conversaciones salen, se alargan y retuercen hasta el punto que su visita hubirera sido corta aún de haber durado unas semanas. Y como por un lado estoy hablando de ese feeling indisociable del trabajo que todo el que se acercó a ella sintió (qué gusto, trabajar así, necesito afrontar mi trabajo desde ese punto de nuevo, me digo), pues añado imágenes.

 

Solo decir que son unas pocas de las cientos que vinieron en conversaciones con alguna cervecilla compartida hablando entre otras cosas de teatro de los objetos, de cierta arcaicidad buena en la escena, la insistencia de
cierto mainstream artístico de buscar una estética de lo actual que nadie sabe cual es pero de la que es preciso participar… eso frente a la necesidad que la escena pueda tener de que alguien trabaje con lo clásico para recuperarlo hoy. Y pensar en los albores del cine, o en la narración oral como sistemas de comunicación tan complejos a través de la imagen (generada por luces o verbos) y a la vez obligatoriamente abstractos, por simplicidad de recursos o por falta de necesidad de ornato. Yo que se. Que queremos a Silvia cerca, porque todo esto se puede reflexionar por gusto sin ella, pero de eso también nos ha hecho conscientes. Ha sido un motor y una inyección de actividad.

Además, como estamos viendo, Silvia trabajó durante tres días con el CEIP Las Mercedes, compartiendo el taller Travelling, en el que una clase del cole, bastante chiflada, dispuesta y creativa, tomó la herramienta de cine en directo y las reglas del juego que Silvia les llevó para enseñarnos cómo hacer cine entre todxs combinando una narrativa a otra formada solo por imágenes fijas.
Y es que estos discursos son necesarios. Porque si cuando éramos pequeños soñábamos con máquinas con las que pudiéramos hacer de todo lo que soñáramos, pensando que llegarían en el futuro, las personitas que vienen tras nosotras y que son nativas tecnológicas tienen los recursos, pero colectivamente sus sueños parecen mermados, entre limitados y reprimidos por esa cosa que viene desde arriba. Y experiencias como estas son granos de arena en el desierto, pero son. Y quien la sepa usar o atesorar podrá abrir muchas puertas que normalmente se pide que no se atraviesen.

Por eso mucha gente puede quedar descolocada ante Parallax, que en el fondo es un juego tan sencillo, tan frágil y tan sutil, nada invasivo ni espectacular, algo que no ocurre, sino que está esperando que nuestra mirada lo suceda. Por eso quedarse descolocado es buena señal. Porque a falta de consumirla y practicarla se nos olvidan los efectos que tiene en el organismo la poesía. Y la poesía no se puede explicar. «Si me nombras, desaparezco». Y ahí perdura.

* * *

 Las fotos de Parallax salen de la mirada curiosa de nuestro querido Javi Pino. El resto, apropiaciones. Las del taller Travelling, cortesía del cole. El resto, apropiaciones de internet.

Contra el actual teatro español / ‘Modernos’ en Cineteca Madrid

Ahora, en este tiempo de algunas radicalidades ciegas dentro de un letargo generalizado y soso, con la polémica teatrera desatada, casi utilizando Matadero como si fuera una guagua transfóbica, justo ahora ‘Modernos’ da el salto desde Tenerife para aterrizar en la Sala Borau, de Cineteca Madrid el próximo 12 de abril a las 20 horas.

Modernos. Teatro de vanguardia en Canarias, es un largometraje documental dirigido por el cineasta Jairo López y producido por Digital 104. Partiendo de la investigación de Roberto García de Mesa que dio origen a su tesis doctoral y al libro El teatro de vanguardia en Canarias (1924-1936), la película ha sido en sí misma otro proceso de investigación, aportando más descubrimientos durante su realización.

‘Modernos’ se contextualiza en torno a Gaceta de Arte, revista de vanguardia publicada en Tenerife en torno a la cual se generó un movimiento equiparable a aquella generación del 27, salvo que con un posicionamiento político y estético claramente orientado a reinventar las reglas del juego. Atendiendo al surrealismo, a la Bauhaus, al cine y la música experimentales pero también al urbanismo o la ecología, Gaceta de Arte, quizás tan desconocida hoy como inusitada entonces en España y trascendente en el ámbito internacional, es el testimonio de una edad de oro truncada. Para traernos un eco de ello, la investigación de García de Mesa se complementa con la aportación de expertos en la materia.

Formalmente la película se vertebra a través de tres figuras fundamentales del teatro de vanguardia en Canarias, poniendo en escena fragmentos de sus tres obras capitales: Tic-tac de Claudio de la Torre, Proyecciones de Pedro García Cabrera y La casa de Tócame Roque de Agustín Espinosa, esta última nunca antes representada.

La proyección de la película contará con la presencia del director, de Roberto García de Mesa, autor de la investigación en la que se basa la película, coautor del guion y director escénico de los fragmentos teatrales que aparecen en el filme, así como de la actriz Cristina Hernández Cruz y este que les escribe, para abrir un coloquio con el público asistente. La entrada es libre hasta completar aforo.

Aquí, en exclusiva, la aportación del actor Francisco Vera, con el Manifiesto de Gaceta de Arte ‘Contra el actual teatro español’. Lo dijeron en 1933 en Tenerife. ¿Qué tendrían que decir ahora?

Jairo López (La Palma, 1980), cineasta, licenciado en Historia del Arte y socio fundador de la productora y distribuidora cinematográfica Digital 104 con la que ha dirigido los largometrajes documentales Modernos. Teatro de vanguardia en Canarias y Jardín barroco y los cortometrajes de ficción Amanece, Rhythmus y Como siempre – seleccionado por el catálogo Canarias en Corto 2009-2010 -. Ha formado parte de los trabajos colectivos El plano, Roto, 03.27 am e Insecto, como director, guionista y productor. Es creador de piezas audiovisuales de corte más experimental como Sueños de una gaviota, Mudanzas, Abismo o Rojo.

Más información:
www.cinetecamadrid.com
www.digital104.com/modernos
www.facebook.com/modernosdocumental

Viernes, sábado… y domingo! / LEAL.LAV

VIERNES 10

Con el tiempo justo llego a esta entrada porque es imposible no informar de lo que se nos viene encima y de nuevo vuelve a alegrarnos el día a día. Muchos planes, algunos inesperados, alrededor del Laboratorio de Artes en Vivo del Teatro Leal de La Laguna. Tinerfeñxs, tomen nota, que aún están a tiempo y abróchense el cinturón:

Hoy, viernes 10 a las 21h, una gran cita, «Rublev, una paniconografía», la última y esperada pieza de Societat Dr. Alonso que vuelve a visitarnos a la isla, esta vez junto a Nazario Díaz, con el que la compañía se tropezara ya hace algún tiempo aquí mismo cuando desarrollaba la residencia de «El desenterrador».

nazario

Este útimo trabajo estrenado por Tomás Aragay y Sofía Asencio quiere generar un repertorio de iconografías del cuerpo humano, y al mismo tiempo trabajar con el sonido y la escenografía como símbolos del paisaje. Un encuentro entre tres creadores fruto de un primer encuentro en LEAL.LAV que se materializa en esta pieza hecha para ser contemplada.

Andrei Rublev toma como punto de partida y título la película de Andrei Tarkovsky rodada en 1966, donde el pintor Andrei Rublev (1360 – 1427) realiza un largo viaje en la Rusia medieval para pintar los frescos de la catedral de la Asunción del Kremlin.

La obra del singular pintor, con su estilo iconográfico único, provoca en el espectador un impacto y recogimiento interior debido al uso de la perspectiva invertida, que nos habla del arte no como un retrato de la realidad sino como una realidad entre las realidades.

Dirección: Tomàs Aragay
Dramaturgia: Tomàs Aragay
Coreografía: Sofia Asencio
Creación e interpretación: Sofia Asencio y Nazario Díaz
Espacio escénico e iluminación: CUBE. SZ
Producción: Imma Bobé

Espectáculo co-producido por Temporada Alta y el Festival Alto de Vigo.
La Sociedad Doctor Alonso recibe la ayuda del ICEC y el INAEM.

Entrada 8€ / Si tienes 18 años entras gratis.

SÁBADO 11 – por la mañana

Por si fuera poco, Sofía y Nazario ofrecerán mañana sábado 11 a partir de las 10 de la mañana un taller de dramaturgias de la imagen (ojo performers, actores, actrices… y escenógrafxs, videoartistas, fotógrafxs…) La inscripción es gratuita y sigue abierta a través de LEAL.LAV

SÁBADO 11 – por la tarde/noche

PARA

He aquí una gran sorpresa. El paso de Societat Dr. Alonso siempre se deja notar. Sin embargo, si algo nos ha marcado a muchas personas es el trabajo con El Desenterrador. Por eso hemos acordado un encuentro para volver a desenterrar palabras en común, algo en lo que es tan bonito participar como asistir para presenciarlo. Nuestro encuentro para realizar «El Desenterrador de Palabras» será en el emblemático Equipo Para de Santa Cruz de Tenerife, a las 22h. Desenterradorxs! Dense por avisadxs y convocadxs! Allí estaremos, pico y pala, pala y pico, con quien se nos quiera sumar!

DOMINGO 12 – por la mañana 11h

sun

Y por si fuera poco, acogemos este domingo 12 la segunda sesión de SUN DANCE FAMILY SESSIONS, un proyecto de LEAL.LAV + Micromusic con el que la Sala de Cámara del Teatro se convierte por unas horas en pista de baile, aunando la mejor y más bailable música electrónica en un ambiente saludable para una matiné de danza en familia, entendiendo familia en su versión más extendida y divertida. Esta sesión combinará un calentamiento inicial para ponernos a tono con Teresa Lorenzo, y estará sonorizada por la mezcla rica de DJ WATTSRIOT. Un éxito asegurado para que bailemos jóvenes de 0 a 99 años con entrada a 3€ y gratuita para los menores de 18 añitos. A bailar todo el mundo, que al final la familia se disuelve y no se sabe lo que es, y es tal vez, un grupo de personas que hace una misma cosa junta, aunque sea por un momento. Y si dan dudas esta definición, echar un vistazo al vídeo de algunas cosas que pasaron en la edición anterior y la gran familia que encontró forma en ella.

Una entrada rauda y veloz a la que casi no he llegado y de la que salgo igualmente veloz porque tengo que prepararme para vivir todo esto! Besos a quien pueda leerme y si además de leerme estás en Tenerife… recomiendo no perdérselo por nada en el mundo!

Beautifull boys de Javier Alemán / VIDEOMATÓN_1

5.2

Me gustas. Me gustas. Me gustas, me gustas, me gustas. Lo diré mil veces sin saber si lo habrás comprendido. Rodeados de opiniones, le gustas a tanta gente que mi declaración parece diluirse en un mar de likes. Lágrimas en la lluvia, esas cosas. Se que mi frustración es rotunda no solo porque te vas, sino porque entiendes que me gustas cuantitativamente, un like más, y no el milagro, lo que tiene de único haber encontrado eso. El amor tiene partes difíciles.

Beautifull boys

Javier Alemán es un gran conversador. Se nota en el VIDEOMATÓN de siempre, esta vez con un café tras el reciente estreno en el LEAL.LAV de ‘Beautiful boys’. Ahí Javi comparte mucho alrededor de un solo gestado tras un largo periodo dedicado a ‘otras cosas’ que tal vez sean la misma. Tanto por decir y la forma de hacerlo indican lo mucho que le dedica a escuchar. El vídeo le resta a la escritura la utilidad de hacer crónica para quienes no estivueron, de aludir a sensaciones e ideas para quienes disfrutaron la pieza. Una liberación oportuna que permite que nos adentremos por derroteros inesperados. Puertas invisibles en ‘Beautifull boys’ abiertas tiempo después. Así funcionan algunos placeres desconocidos en una obra, sí, que golpeó el viernes, pero que vino a hacerme daño luego.

 ‘Beautifull boys’.

Llego temprano a la sala. Parece mayor, distribuida con elegancia y sobriedad. Javi se mueve sobre el linóleo. Le sonrío sin ganas de hablarle. No hay solemnidad. Sí un ambiente intenso de trabajo. Elijo no interferir. El intérprete excitado, mueve el cuerpo para mantenerse conectado a lo esencial. El creador y director, exigente, operativo y claro, procura fluir y evitar cualquier presión. Lo último que sugiere su cuerpo al retirarse es que tiene un pie en cada uno de esos dos sitios. Y lo primero, al exponerse cuando el público ya llena la sala. Ahora sería bonito hacer sonar esta música:

El cuerpo tendido. Sobre un silencio denso un pie se mueve lento, como si despertara desde ahí, y encontrara espacios que recorrer, arrastrando al resto del cuerpo con él, que a su vez va encontrando huecos que llenar. Vale, de esto va la cosa. Paciencia pues. El procedimiento se alarga. Tiempo dilatado para apreciar que una polilla escénica se cuela en el espacio, arriba, muy arriba, vuela de un lado a otro deslumbrada por los focos. Pocas personas la ven. Javi lo hace. Alarga un brazo hacia ella. Los dos. Hasta que se va. Una mariposilla que entra en la coreografía. Hasta que continúa el movimiento por otro lado. Y sucecede: suena música en mi cabeza. La línea de bajo de esta canción de Radiohead. (‘Desnudo’, se titularía en castellano, espero que por casualidad). Pero no puedo recrearme en eso. Javi ha elegido una música más adecuada, menos narrativa. Mi sorpresa es la similitud de una misma sensualidad en el sonido de ambas pistas, incluso la similitud en el tono del arpegio. ¿Qué hace que el movimiento del cuerpo del intérprete lleve a un espectador a imaginar sonidos tan cercanos a los que elige el creador? Ni idea. Pero sí se que sería bonito hacerla sonar cuando la canción anterior acabe:

El movimiento de Javi ya nos ha arrastrado con él, igual que antes todo el cuerpo siguiera lo que comenzó en un pie. Este punteo de guitarra con truco nos atraviesa: estamos completamente atrapados y Javi ‘simplemente’ está bailándonos su música, apoyándose en ella como si fuera sólida. Tanto que parece que nos muestra un dúo. Ok. Dejemos aquel inicio, yo también creí que la pieza iba a ser más… O sea, menos…

Beautifull boys

 Olvidemos el principio. Olvidémoslo todo, incluidos nuestros principios. Esto es fácil de comentar, queda clarito en la conversación: si el actor interpreta lo que sea, su cuerpo se implicará al 100% hasta llevarle a momentos de silencio verbal. Pero la palabra sigue todo el tiempo en el cuerpo, aunque a veces no suene. Es movimiento y se traduce con placer. Javier cierra los ojos para que le veamos, y me digo que ahí hay mucho de intimidad. La misma (¿por qué no?) con la que bailamos a solas al ponernos música en casa y nadie, juzga, ni nosotros mismos. Es en ese moverse con la música donde Javier de nuevo interpreta. Se mueve blando, casi lánguido y ahora su cara refleja esa relajación para que cuando el rostro y la dinámica corporal entren en contradicción se abra un espacio donde imaginar o sentir que un buen o mal recuerdo acaban de aparecer.

Beautifull boys

 Antes dije que el punteo de guitarra que era tramposo. Si lo escuchas, lo notarás. Como me decía el propio Javier, ‘se va y viene’. Yo me fui mucho con la música. Y algo de su caracter vertebra ‘Beautifull boys’, un trabajo que es lo que es… y todo lo demás. La guitarra inevitable en primer plano desaparece y reaparece inesperada, pasa de un lado a otro. Esa música, esa forma musical se mantiene en toda la pieza. Con ella Javi atraviesa una escena que mezcla un karaoke con una pista de baile, otra casi de teatrillo en la que interpreta a una pareja sobre la que podemos proyectar las alegrías y miserias de las relaciones, como sucede con la violencia en los tradicionales títeres de cachiporra.
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Un carrusel de géneros que los presenta sin mezclarlos. Porque algo de género tiene también este trabajo escurridizo, de contenidos ocultos en su apariencia de sencillez inofensiva. Si se quiere leer, aparece algo queer, presente como una capa más, no como cimiento, pues si efectivamente eso está ahí es porque el cimiento versa sobre la identidad, del mismo modo que casi sin aludirla explícitamente hay cierta mirada a la adolescencia, vista como esa reserva para algunas verdades, aquel lugar en el tiempo donde el ansia de amor nos llevó a ser tan apasionados.

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Mi herida tras ‘Beautifull boys’ se llama ‘Love’, una película de Gaspar Noé.

Javier me preguntó por el trabajo con una cerveza tras el estreno. Mi imprecisión fue incómoda para los dos. ¡Con lo fácil que hubiera sido felicitarle y ya! Pero estaba algo afectado. Salvé la situación hablando de lo concreto y entonces me di cuenta. Me había gustado. Pero me llevé algo más a casa agarrado por dentro. Y pensé: ‘Esto mañana me va a doler. Y a ti también, amigo’. Efectivamente. El fin de semana podría haber puesto cualquier otra peli pendiente. ¿Por qué elegí ésta?

‘Love’, último rodaje del más que interesante Gaspar Noé, no es un peliculón y aún así recomiendo verla. Tampoco es fácil. Es larga y encima el ritmo cojea a la mitad, rozando el tedio. Sin embargo, paciencia. No arranca para nada así y llega a enganchar (hasta que coquetea con ciertas puerilidades, efectismos o pasajes un tanto incongruentes). Pero por otro lado, está muy bien cuidada a la hora de moverse por el tiempo narrativo, de presentar a unos personajes poliédricos y contradictorios, incómodamente realistas, con los que es inevitable tanto identificarse como arrepentirse de haberlo hecho. Todo con una luz y una fotografía bastante suculenta. Aunque solo con luz y encuadres no se llega a ningún lugar.

3

 Gaspar Noé se ha atrevido y dedicado a contar una historia de relaciones y las relaciones de una historia adentrándose en lo que normalmente el espectador debe sobreentender detrás el fundido en negro de un beso. Ha habido quien polemiza con este tema. ¿Es necesario mostrar esto? Bueno, me pregunto qué es necesario. Y no me interesa el tema. Porque aquí está ‘Love’, incomprensible sin toda la pasión de su delicadeza. Y también con la ceguera destructiva a la que esa pasión hace derivar. Aquí está para hacernos ver todo lo que comprendemos a través del cuerpo, y como sin la esponja para el conocimiento que el propio cuerpo es quedarían tantas cosas incomprendidas. Por eso es un misterio íntimo lo que conocemos con nuestro cuerpo en relación con otro.

Beautifull boys

 Javi, como los niños a los que nos refiere, tiene un cuerpo bonito. Nada más (y nada menos) que con él se presenta y representa también cosas que están más allá de su cuerpo, en nuestro cruce de miradas cuando nos sirve de pantalla. Sobre la del cine, Gaspar Noé en su epopeya de relaciones ha cometido un error, o bien algo se le va de las manos. Justo lo que Javier Alemán maneja muy bien en todo momento. Lo voy a llamar contención. No se me ocurre otra palabra. Eso que en ‘Beautiful boys’ hace que lo pequeño reluzca, lo que deja abierta la posibilidad de que el trabajo pueda crecer y crecer en adelante, haciendo que una pieza que apela a lo pequeño sea de alguna manera enorme.
4
Sí, vale. Todo esto de incluir la película es un tanto forzado. Pero, ¿qué voy a hacer? Son las cosas que me pasan. No puedo evitarlas. Ocurren. O voy tras ellas, o me persiguen. Porque, ¿cómo podría obviar que en una de las escenas centrales de ‘Love’ suene precísamente el largo solo de guitarra que Javi eligiera como pareja de baile en ‘Beautifull boys’? Y es que la sensualidad, a pesar de todo, está en algún lugar, esperando a que le añadamos la nuestra para realizarse. Así que no nos quedemos en casa. Solos. No nos quedemos en casa solos. Olvidemos de una vez el miedo. Dejemos de ser tanto lo que creemos. Abramos de verdad la puerta a placeres desconocidos

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* Las imágenes del estreno de ‘Beautifull boys’ se las debemos como de costumbre al buen hacer de Javier Pino. Gracias.
* Los fotogramas de ‘Love’, son pantallazos de la peli. Gaspar, no te enfades. En el fondo ha sido para hablar bien de lo que has hecho.

 

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