Manía persecutoria

Ya empezamos. Me vuelven a perseguir. Otra vez apuntándome con una pistola. Por lo visto, esta vez me quieren robar. Pero me da miedo que eso sólo sea la excusa. En cualquier momento podrían apretar el gatillo. En el vestuario compruebo el contenido de mi bolsa. No debería haber metido tantas cosas. Algunas ni siquiera son mías, como la pelota de minibásket. Hoy toca gimnasia y mis compañeros se reparten por las canchas de básket, fútbol y voley. Pero unos cabrones se dedican a atracar con la pistola en la mano. No hay nada que hacer.

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