Bailía, un laboratorio de Elena Córdoba

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18 al 12 de julio | 18 a 21 h. | Dirigido a todos los que quieran bailar

Inscripción: info@teatropradillo.com
Más información: 671994399

Este taller es una invitación al baile.
Siempre me cuesta describir qué es lo que me interesa del acto de bailar. Es como si las razones resbalaran en la esencia escurridiza de lo que me sucede bailando o viendo a otros bailar. ¿Serán razón y baile intimas enemigas? Tanto mejor, me digo.
Cualquier enunciado que se me ocurre saca lo peor que tiene ese verbo bailar, o bien lo vuelve abstracto o apasionadísimo. Siento que al analizar sus principios y sus cualidades hago del baile un acto inofensivo y que se deja poseer. Sin embargo sé que el riesgo forma parte de cualquier baile y que cuanto más bailas, menos lo posees.
Así es que para empezar escribir este texto me acerqué al diccionario etimológico para buscar las raíces del verbo bailar y me encontré que en este verbo está entretejida la acción de mecer, la de llevar a cuestas, la de lanzar, las de saltar y menearse y también leí que una bailía era un territorio que estaba sometido a un baile.
Os propongo que establezcamos una Bailía dentro del Teatro Pradillo y que nos sometámos al baile una vez más. El como será el misterio, el como será la materia.

 

Escuela de calor

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Fotografía: María Platero

Llega el verano y apetece algo como un viaje en un vehículo lleno de amigos y desconocidos con quienes compartir un contexto de intercambio, investigación, experimentación y reapropiación de experiencias artísticas. Algo como reunirnos en una fiesta donde sabemos lo que sucederá haciendo desde el no saber. ¿Quién conduce? ¿A dónde vamos? Nos mueve el deseo de crear y poner en práctica maneras de producir y transmitir conocimiento que nos permita acercarnos libremente a los fenómenos de la creación y hacer/reflexionar sobre procesos que nos afecten. Apetece hacer un recorrido desde la condición de hablantes, el misterio y la materia del baile, la promiscuidad entre lo desconocido, lo descontextualizado, lo que no se puede nombrar o Alexander McQueen como maestro de ceremonias. Imaginamos hacerlo no uno sino muchos días, cuantos más mejor, hasta que nos hartemos.

Arde la calle al sol de poniente…

¡Hace falta valor!

¡Ven a la escuela de calor!

 

18 al 22 de julio. Actuar / Fernanda Orazi  > + info

18 al 22 de julio. Bailía / Elena Córdoba > + info

26 al 29 de julio. Más cabra y menos palabras / Tania Arias > + info

26 al 29 de julio. La paradoja con los pelos mezclados / María Jerez > + info

 

Avance # El lugar sin límites

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Entradas a la venta a partir del 22/05
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toda la información

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Boletín # 15 a 25/01, 2015

LPROYECTO EN RESIDENCIA

TEATRO | madrid

C Í A .  L U C A S  C R A N A C H  /  C A R L O S  M A R Q U E R I E

ENTRE LAS LUCES Y LAS SOMBRAS: LIBERTAD

Una obra escénica escrita y dirigida por Carlos Marquerie
Con Miguel Ángel Altet, Elena Córdoba, Oscar Dasí,
María José Pire y Getsemaní de San Marcos

Y además:
REFLEJOS

Cuatro diálogos con la obra concebidos por Javier Cruz, Colectivo maDam,
Marina Garcés y Alejandro Ruffoni

Acacia_CarlosMarquerieEntre las luces y las sombras: libertad se creó en el marco del ciclo Intermitencias del asombro, que acompañaba la exposición Escenarios del cuerpo. La metamorfosis de Loïe Fuller (La Casa Encendida, marzo de 2014). Si la Fuller perseguía el movimiento y la capacidad de la luz para transformarlo, este trabajo indaga en los momentos en que el movimiento se detiene y la sombra se apodera de las cosas. La luz del poder, las grandes luminarias, frente a las luces pequeñas, las luces de resistencia hechas de afectos y de relaciones humanas.

Entre las luces y las sombras: libertad es una obra en tres movimientos. Desde la gran luz atronadora y el descenso a los abismos, hasta otra oscura y callada, una luz que tiembla y que termina conduciendo a la danza de los reflejos, de la luz que reverbera. Desnuda y despojada, invita a escuchar a veces desde la comprensión, a veces desde la percepción, rastreando en las cavidades de la piel, en la esencia de las palabras, en los misterios que no se pueden mostrar, en el baile como un verso inenarrable.

L

En escena:
Miguel Ángel Altet, Elena Córdoba, Oscar Dasí,
María José Pire y Getsemaní de San Marcos
Música y sonido en directo:
Nilo Gallego
Equipo técnico:
Roberto Baldinelli, David Benito y Félix Garma
Diseño del traje:
Beatriz Marquerie
Realización del traje:
David Benito y Roberto Baldinelli
Texto, espacio escénico, iluminación y dirección:
Carlos Marquerie

Una obra producida por:
Compañía Lucas Cranach, Teatro Pradillo y La Casa Encendida

L

Programa

15 a 25/01, jueves a domingo, 21h
Entre las luces y las sombras: libertad
Duración aproximada: 1h 45′

V 16/01, 23 h
Reflejos: Javier Cruz
Todo espejo fue antes roca o La primera vez que levanté una piedra
o La primera vez que vi mi cara o To scan también significa explorar

S 17/01, 23 h
Reflejos: Colectivo maDam interpreta Sometimes (2004), de Michael Pisaro
 
V 23/01, 23 h
Reflejos: Conversación con Marina Garcés
 
S 24/01, 23 h
Reflejos: Alejandro Ruffoni
Luciferina (fuego que cae gota a gota)

L

Más información

Sobre Entre las luces y las sombras: libertad

Sobre los Reflejos

Carlos Marquerie_Entre las luces y las sombras_Foto Marta Blanco_4

L

Correspondencias alrededor de una obstinada célula del corazón # 7

DIÁLOGOS SOBRE EL COLOR III

La Una y La Otra siguieron sus caminos. Cada cual se dejó llevar por sus propias preguntas pensando que quizás esto les separaría. Pero, para su sorpresa, se volvieron a encontrar en el azul. Todo comenzó cuando La Una descubrió que el nuevo color tenía que ver con la falta de oxígeno, un fenómeno que se denomina «cianosis». El «cian» no es otra cosa que un tono de azul muy profundo. La Una se dio cuenta de que «cuando predomina la hemoglobina sin oxígeno, cuando nos falta oxígeno en alguna parte, percibimos un color azulado a través de la piel aunque la sangre sigue siendo rojo oscuro». Pero, ¿por qué se ve la piel azul si la sangre siempre es roja?

PIETÁ CARRACCIY en la respuesta llegó la revelación: «dicen que las propiedades ópticas de la piel distorsionan el color rojo oscuro de la sangre para que parezca azulada, en un proceso similar al de «radiación difusa» que hace que veamos el cielo azul. Azul y escarlata se vuelven pigmentos opuestos. Lo que me parece impresionante de esta movida es como color y función biológica están profundamente unidas y a su vez están profundamente ligadas a la luz y al oxígeno». Al leer esto, La Otra salió disparada a Viena y se metió como loca en el Kunsthistorisches Museum. Sabía que allí encontraría la demostración más bella de la oposición del azul de la muerte y el rojo de la vida en la pietá que Annibale Carracci pintó sobre una plancha de cobre hacia 1603. La obra está colgada en una de esas típicas salita-pasillo que utilizan en los grandes museos para amontonar los cuadros pequeños. Pared de terciopelo rojo granate. El formato alargado y el hecho de que esté pintado sobre cobre hace que la pintura tenga un brillo alucinante. Y las llagas son azules. Como si la sangre se hubiera desparramado por la pared y la escena dentro del cuadro se hubiera quedado sin posibilidad de rojo. El azul y las aristas cortantes de la losa sobre la que se vencen los cuerpos blandos. El azul del manto de María y el cuerpo azulado de Cristo muerto. Agua. Es una fuente. Y la losa implacable.

Ante aquella imagen, las Dos entendieron que el azul era el color de la horizontal. El cuerpo se hace objeto en el azul. El cuerpo muerto y azulado se posa sobre la tierra y se convierte en algo mineral, en una realidad material pesada y contundente. Aristas cortantes como las de la otra pietá que Annibale Carracci pintó unos pocos años antes y que ahora está en Capodimonte (Nápoles). Entonces, llegó el momento de volver a casa. Los tesoros del Prado esperaban ya impacientes.

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Jaime Conde-Salazar

De Soy una obstinada célula del corazón y no dejaré de contraerme hasta que me muera

Correspondencias alrededor de una obstinada célula del corazón # 6

DIÁLOGOS SOBRE EL COLOR II

Como seguramente era inevitable, en su viaje juntas, La Una y La Otra llegaron a la cuestión de la luz. El color de la muerte tenía que ver con la luz y con cómo ésta se comportaba al encontrarse con los tejidos y fluidos orgánicos. La Una aprendió algo maravilloso: la sangre pesa y está sometida a la gravedad como cualquier otra realidad física. “Hay un principio mecánico que sucede en la sangre y que es el causante del casi inmediato cambio de color entre lo vivo (lo latiente) y lo muerto y que tiene que ver con ese impulso mecánico que proporciona el corazón al latir y que se llama «livor mortis»: la hemoglobina, una proteína roja de la sangre, se precipita bajo la fuerza de la gravedad una vez que el corazón no la impulsa y, como todo en el cuerpo muerto, tiende a yacer, la razón es mecánica es el componente más pesado de la sangre”. Abandonada a su propio peso, sin nada que la ponga en movimiento, la sangre yace con el resto del cuerpo muerto, dentro de las venas. Y eso es lo que hace que la luz cambie y se comporte de otra manera dando paso a otros colores. “Quizá ese color de muerte -comenzó a sospechar La Una- es un color al que le faltan todos los rojos y el rojo de la hemoglobina el color de la vida”.

La Otra necesitó un tiempo para responder porque nunca se había parado a pensar en el cadáver como un objeto físico. Hasta entonces para ella, el cuerpo sin vida había sido algo así como el lugar de la tragedia y la tragedia lo absorbía todo. Pero, a partir de los pensamientos de La Una, La Otra se quedó pegada a lo que pasaba en sus ojos y empezó a formular preguntas encadenadas. “Quizás ese proceso hacia el gris-azul que realiza el cuerpo tras la expiración, es un proceso de pérdida de luz. Si esto fuera así, entonces podríamos pensar que la vida-alma tiene algo que ver con lo lumínico… si es que no es lo mismo!! ¿Será que en lo luminoso se debate lo anímico? ¿o que lo anímico se debate en lo luminoso? ¿Qué es eso de que el cuerpo tenga un color? ¿Cómo un cuerpo de carne puede tener luz? Es un fenómeno de la piel que actúa como superficie reflectante… ¿o es algo más? ”.

Las dos comenzaron a imaginar la hemoglobina precipitándose dentro de las venas. En ese mínimo trayecto hacia la postura yaciente de las células, se producía el fenómeno de gradación lumínica que va del rojo al azul y en el que la carne pasa de la vida a la muerte. Habían encontrado el camino a seguir, el hilito del que tirar.

Manet

Cristo muerto con dos ángeles, de Édouard Manet (1864)
Las manos de Cristo con sus llagas secas, sangre que no corre, hemoglobina precipitada.

Jaime Conde-Salazar

 De Soy una obstinada célula del corazón y no dejaré de contraerme hasta que me muera

Boletín # 9 a 19/10, 2014

LM

ARTISTA residente | danza | madrid

ELENA CÓRDOBA

SOY UNA OBSTINADA CÉLULA DEL CORAZÓN

Y NO DEJARÉ DE CONTRAERME HASTA QUE ME MUERA

9 a 19 de octubre de 2014 | J a D, 21h

¿Sabes que un corazón fuera del cuerpo sigue latiendo si cuidas su equilibro salino? ¿Hay algo más obstinado y más absurdo que olvidar que te has muerto? Por eso quiero ser una obstinada célula del corazón y no dejar de latir y de bailar ni muerta.

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Teatro Pradillo acoge el estreno de la última creación de la coreógrafa y bailarina Elena Córdoba, una de las artistas residentes de nuestro espacio. Soy una obstinada célula… es una aproximación al latido y a su ausencia, a lo vivo y a lo muerto, que forma parte del ciclo Anatomía Poética, iniciado en el año 2008: un proyecto de creación y estudio sobre el interior del cuerpo, la historia de la anatomía y sus posibles desarrollos poéticos y coreográficos.

«Después de Atlas, el gigante y la vértebra, y siguiendo con su prolongada investigación artística Anatomía Poética, Elena Córdoba se ha lanzado de nuevo a una tarea titánica. Se ha colocado delante del cadáver, uno de los tabúes más incómodo y silenciado en nuestra cultura occidental, para observarlo y aprender de él, para conocer al detalle todo lo que le acontece al cuerpo después del último latido, cuando la sangre se detiene y empieza a ser el recipiente de otra vida, de otro movimiento incesante e implacable.

Pero también, y quizás más relevante, por imposible, por misterioso e inviable, se ha propuesto dialogar con el cuerpo inerte, ha empezado a hablarle, a lanzarle preguntas, a atender y esperar las posibles respuestas, los signos que puedan llegar de ese otro lado infranqueable. Sin misticismos. Como una científica del espacio sensible que pueda permitir relacionarnos con la detención de la vida, se ha empeñado en entablar un diálogo con esa nada llena de tantas cosas que intentamos evitar siempre y en la que se basa el negocio aséptico de la muerte en nuestra sociedad avanzada.

Un empeño que, lejos de implicar un gusto por lo morboso del tema y sus inevitables connotaciones fúnebres, le impulsa a la acción, a seguir buscando la belleza y desvelar una posible poética, como ha hecho siempre en este ciclo anatómico, sin necesidad de parapetarse en metafísica alguna, mirando al cuerpo como materia, sangre, músculos y huesos, basculando sin problemas entre lo forense y lo sublime, entre la aprensión y la maravilla.

Esta búsqueda le lleva a oponer su capacidad de seguir generando movimiento, con su cuerpo de bailarina, maduro, palpitante, para intentar atravesar, con la carne viva, la barrera de silencio, el misterio de nuestra inevitable desaparición.»

Oscar Dasí

LM

DetalleConoce y sigue el proyecto

El tejido de Soy una obstinada célula… se ha ido construyendo a través del diálogo de Elena Córdoba con Cristóbal Pera, Oscar Dasí, Jaime Conde-Salazar y Carlos Marquerie. Desde hace unos días estamos desvelando, una a una, algunas de esas correspondencias. Puedes encontrarlas en este blog, en la sección «Acompañar > Elena Córdoba».

Últimos post

Paseo por mis bosques [tercera postal de Oscar Dasí]
Diálogos sobre el color [Jaime Conde-Salazar]

Más información en la web de Pradillo

Soy una obstinada célula…
Precios, venta de entradas

LMY ademásElenaCórdoba

De aquellos Polvos, estos Barros: un baile en el bosque

Proponemos un pequeño viaje fuera de la ciudad, más allá del teatro, hacia las raíces de esta célula obstinada del corazón. Saldremos en autobús de Pradillo y llegaremos a un bosque en alguna parte, allí comeremos y bailaremos a oscuras, llenos de tierra, celebrando cada uno de nuestros latidos. Un paseo conducido por Oscar Dasí, Elena Córdoba, Nilo Gallego y Carlos Marquerie.

Miércoles 15/10 | Hora de salida 20h | Hora aproximada de regreso 24h | Aforo reducido (máximo 30 personas) | Precio único sin descuentos 10 € | Reservas antes del 8/10 en el T 91 416 90 11 o en info@teatropradillo.com | más información

LMMás noticias, más allá de Pradillo

Claudia Faci, Fernanda Orazi y Pablo Messiez en el Festival Temporada Alta
Este fin de semana comienza el Festival Temporada Alta de Girona. Y allí tendrá lugar el estreno absoluto de A-creedores, basada en la obra de Strinberg, con versión y dirección de Claudia Faci, y con Pablo Messiez, Fernanda Orazi y la misma Claudia en escena. Un proyecto que cuenta además con un gran equipo y al que deseamos larga vida.
temporada-alta.net

Curso anual de danza con Mónica Valenciano en Estudio 3
La voz del cuerpo, escrituras y gramática del movimiento, la piel de un espacio posible, la acústica del tejido espacial… Mónica Valenciano imparte un curso anual en Estudio 3, todos los jueves de 12 a 15h.
estudio3.org

Aurora Fernández Polanco: Pensar la imagen / Pensar con las imágenes
Acaba de publicarse, en Editorial Delirio, este libro editado por Aurora Fernández Polanco y que reúne textos de diversos autores en torno a tres objetivos: pensar la imagen en las nuevas sociedades de control; pensar con las imágenes en su acepción de singularidad o dato visual; y repensar las narrativas oficiales para reescribirlas desde lo parcial.
delirio.es

LM

Correspondencias alrededor de una célula obstinada del corazón # 4

La correspondencia que he mantenido con Jaime Conde-Salazar durante el proceso de creación de Soy una obstinada célula del corazón y no dejaré de contraerme hasta que me muera, ha girado alrededor de la imagen, de los colores de la vida y de la muerte, de la sangre, de la luz, de la pintura. Pasado un tiempo él me la está devolviendo convertida en una narración que podríamos titular “Las cartas de La Una y La Otra”.

Aquí va la primera entrega

* * *

DIÁLOGOS SOBRE EL COLOR I

Todo comenzó con una coincidencia: estando en dos lugares distintos, las dos llegamos al mismo tiempo a la misma imagen del misterioso pintor veneciano Giovanni Bellini (1433-1516). La Una perseguía los orígenes de la pintura moderna: Giotto, Masaccio, Fra Angelico… Y La Otra estaba en Milán donde había tenido la fortuna de encontrarse en la Pinacoteca Brera con la exposición dedicada a Bellini y al nacimiento de la imagen de devoción humanista. La imagen en la que tuvo lugar el encuentro muestra el cuerpo muerto de Cristo erguido sostenido por la Virgen y San Juan. La Una dio con un dibujo preparatorio, La Otra con el cuadro.

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El cuerpo de Cristo muerto se convierte en el paradigma del cadáver. En vez de mostrarse un cuerpo muerto tumbado, abandonado al peso, entregado a la horizontal, aparece erguido. Cuerpo muerto en postura de cuerpo vivo. De esta forma se convierte en objeto de contemplación como si la posibilidad misma de que ese cuerpo fuera una imagen pusiera en cuestión la propia idea de lo vivo y lo muerto.

La pintura hace evidente la cuestión: la clave está en el color, en la diferencia entre el color del cuerpo vivo y del muerto. A veces veo que lo que los separa es un matiz de temperatura, pero en otros cuadros los colores son tan diferentes que parecen cuerpos de naturaleza distinta, esas veces me parece que esas imagines se vuelven un vánitas, una forma de decirte: hoy sonrosado, mañana gris.

DetalleEl del muerto es un color con muchos matices. Aquella noche/mañana que La Una pasó junto al cuerpo de su padre, se dio cuenta de que el color fuera lo más cambiante de la muerte, lo que la delataba y lo que delataba cada uno de sus estados. Eso estaba en todas las representaciones de la muerte que vio en aquellos días de viaje por Italia.

Al volver a casa, las dos se dieron cuenta que la imagen de Bellini les había hecho pensar en el maravilloso cuadro de Antonello da Messina (1430-1479) que se conserva en el Museo del Prado. Aquello era una señal: el siguiente encuentro tendría lugar frente a aquella imagen.

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