Animal herido

Se me va la olla. No me presento donde había quedado. Me levanto a la hora que me da la gana. Me visto. Compruebo que mis bambas rotas han sido sustituídas por otras nuevas. Me alegro pero pienso en quien debe haber sido: La Creadora, seguramente. Voy a mi rollo. Me importa un bledo lo que piensen los demás. Por culpa de eso me convierto en alguien muy peligroso. Estoy herido y el mundo lo va a pagar. Una chica gordita se me acerca. Creo que me falla la memoria porque no me acuerdo de quién es. La ignoro. Se sorprende y se entristece. Sensei aparece recién duchado y afeitado y no da crédito, mi corportamiento le escandaliza y me llama la atención pero yo ni caso. Paso a buscar al I-Ching, que ha tenido un accidente y va con muletas pero se parte de risa. Así me gusta. Estamos heridos pero nos reímos de todo. Tomo asiento al final de la clase, de qué clase no importa.

Esta entrada fue publicada en Astronauta ficción, I-Ching, La Creadora, Sensei. Guarda el enlace permanente.