A veces no puedo resistirme

No puedo resistirme, le doy un beso a Shangay Mirinda. Se ríe, se da la vuelta y se pone a caminar por el pasillo. La sigo. Entramos en una habitación, se pone de rodillas en una cama pequeña con sábanas blancas. Me subo a la cama. La vuelvo a besar. La cojo por la cintura. Deshacemos un poco la cama. Se levanta. No, aquí no, ven. Sale de la habitación, la sigo. Recorremos el pasillo. Entra en otra habitación con una ventana muy grande. Nos tiramos en la cama. Creo que quiere que la bese. La beso en los labios. Es un fruto prohibido. ¿Qué estará pensando ella? Me pongo de rodillas. Por la ventana veo pasar a Lolita y Ludvik. Me tengo que ir ya a la estación para no perder el tren. Ramón nos espera en el teatro.

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