Los días 30 y 31 de mayo se celebró el cierre de temporada en Réplika, a día de hoy, espacio de referencia y resiliencia para arriesgar programando escénicas y mucho más en Madrid. El cierre fue por todo lo alto con el dúo artístico Lolo & Sosaku, y la presentación de su pieza Êlectrôn 45Cc L=20nm, W20nm. Lolo & Sosaku llevan 20 años de trayectoria, Lolo es de Argentina y Sosaku de Japón y se encontraron en una Barcelona efervescente de principios de los dosmiles donde pasaban muchas cosas especialmente en la escena electrónica, los espacios de autogestión y la creatividad en general en las artes visuales. Desde entonces han sabido moverse con la libertad que te da sentirte underground creando comunidad de fans y colaboradores hasta este 2025 donde lo están petando literal, y en una aburrida y calurosa noche pre-veraniega en el marco de un espacio interesante sí y también periférico como es Réplika se da un sold out de gentes de la cultura, jóvenes Z modernos, artistas en su prime y hasta influencers que vienen a curiosear y postear. Salseos aparte, resulta curioso y hasta muy bonito que el noise, la música industrial y una puesta en escena extrema lleguen de manera tan amplia y transversal. Allí todo el mundo disfrutó de la propuesta y se dio al baile sincopado y al ruido.
Un ruido que pide un mínimo de contexto. El futurismo como estética musical vinculado al resto de las prácticas artísticas nace con el Siglo XX y los planteamientos de la Revolución Industrial que asimilaban el progreso humano a la aparición y evolución de las máquinas atravesando toda forma de vida conocida hasta entonces. El uso del ruido en la música fue una práctica de vanguardia impulsada también desde las estéticas y el Manifiesto Futurista. Luigi Russolo a su vez en el Manifiesto de los Ruidos (1913) afirma que la música se verá muy influenciada por el resto de las artes y hablaba de la urgencia de incorporar composiciones atonales, explosiones, silbidos, murmullos, voces, pero también sonidos obtenidos por la grabación de percusión sobre metales, maderas, pieles y piedras. No entraré en la influencia que tuvo la dictadura fascista de Mussolini en la cultura italiana para que no de bajona de lectura.
De todo esto saben Lolo & Sosaku que han sumado conocimientos de mecánica, en ocasiones su outfit es un mono de mecánico de coches, robótica y cacharreo móvil, humo, andamios y un mundo extraño incluso a ratos fantasmagórico que nos lleva también a esas experiencias vividas en las antiguas fábricas berlinesas de después de la caída del muro, cuando también la música industrial de bandas como Throbbing Gristle- después Phychic TV, ambas lideradas por el queride Genesis P. Orridge, Einstürzende Neubauten, Cabaret Voltaire o Esplendor Geométrico desde España estaban en lo más alto. Lolo & Sosaku van un paso más allá al incorporar la performance cinética y las esculturas como el rombo perfecto y reflectante que gira día y noche como si bailara, y que ya pudimos ver en la exposición colectiva del espacio Gaviota dentro del festival MMMAD, o antes aún en el año 2022 en su emplazamiento original con agua en La Veloç de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), ciudad en la que ambos tienen su estudio de trabajo. Algo vibrante en un directo de Lolo & Sosaku es la manera orgánica en la que se va sucediendo su música junto a los distintos elementos y las conexiones que establecen con el público al dejarnos transitar por todo el espacio, romper la distancia de estar sentados o en otro lugar. La experiencia se vuelve aún si cabe más sensorial, más física que en un escenario convencional con gradas y tarima, y dejarnos formar parte de ese presente en el que van sucediendo todos los sonidos es alucinante. Para este estreno, que bebe en un continuo work in progress de vida y obra, contaron con colaboradoras de excepción como Anja decodificando a las tradicionales gogós de discoteca, y voces de Mookie (miembro activo del colectivo Jokkoo que están transformando la escena musical de Barcelona) y Renata Gelosi.
Es imposible hoy no sacar el móvil para recoger los momentos, pero también es verdad que, al contrario de otras actuaciones de electrónica y fuera del espacio de clubing donde sí se produce un foco de atención en el baile sin más, como público te dejas llevar y arrastrar por toda esa magia que generan entre el caos, la fantasmagoría y la honestidad brutal de la propuesta. Hay una poesía intrínseca en el noise y una capacidad de llevarnos a un estado de trance e hipnosis como con ninguna otra música. El hecho aquí de generar el 100% de los sonidos y no llevar nada pre-grabado ni utilizar ordenadores ni softwares es a través de dos mesas de mezclas donde se filtra todo, y hacen sin duda que la experiencia Lolo & Sosaku sea única y diferente cada vez con todos los sentidos puestos ahí en ese preciso instante en el que saltan chispas (en varios momentos es Lolo quien saca fuego). Sin duda son los mejores y en este año, más allá de sus directos e instalaciones, ese momento dulce y merecido también lo están viviendo con la película The Western Archive disponible en Filmin. Una película de no-ficción dirigida por el cineasta Sergi Caballero, que además es uno de los creadores originales del Festival Sónar, y que nos traslada a un clásico paisaje de peli del oeste protagonizada por esta atípica pareja donde van apareciendo “algunos de sus cacharros robóticos”, ese perro impulsado por Arduino que se mueve locamente, dando lugar a una trama surrealista donde finalmente se va explicando su inigualable proceso creativo.
Natalia Piñuel Martín
Imágenes de Maite Camacho y Natalia Piñuel Martín