El Festival Grec llama a sus puertas. Una puede perderse entre su extensa programación, sobre todo si tenemos en cuenta que bajo el título de Grec ciutat casi todo lo que pase en Barcelona durante el Grec (escénicamente hablando) forma parte del Grec (así funcionan últimamente los festivales y ya sabemos que Barcelona es una ciudad aquejada de festivalitis). Centrándonos en lo escénico, que sobre todo de eso va el festival, compartimos aquí una selección subjetiva y un tanto arbitraria de lo que nos gustaría ver en este festival si tuviésemos suficientes euros para pagar nuestra curiosidad, cosa que no pasa todos los días.
Needcompany: Billy’s violence – Billy’s Joy – Teatre Lliure Montjuïc
No somos muy fans de esta compañía pero en ella actúan Juan Navarro y Gonzalo Cunill, grandes artistas a los que les debemos muchas alegrías, y nos gusta que nuestros artistas favoritos tengan buenos trabajos bien pagados por quien se lo puede permitir (compañías europeas, mayormente).
Cris Blanco: Pequeño cúmulo de abismos – Centre de les Arts Lliures
De Cris Blanco sí que somos fans desde que la vimos por primera vez, ya hace muchos años y muchas piezas. Nos alegramos de que siga estrenando espectáculos y de que se los coproduzcan el Centro dramático nacional y el propio Grec, en vez de haberse quedado en la cuneta por la dureza de su profesión (es lo que pasa con la mayoría de las artistas interesantes que conocemos, algunas exprimidas como un limón y luego arrojadas al contenedor del rechazo total, donde tiras todo lo que no se puede reciclar de ninguna manera). Esta pieza la estrenó en Madrid, en el CDN, parece que con mucho éxito. Algunas voces críticas entre sus numerosas fans dicen que prefieren sus primeras piezas pero eso nos suena a lo que los fans (hombres) solían decir de un grupo que de pronto fichaba por una multinacional discográfica. Ni siquiera es el caso, la metieron en la sala más pequeña que tenían en el CDN y, como fan, y sin haber visto la pieza, sólo por su trayectoria Cris Blanco se merecería más. Pero a pesar de que reside en Barcelona desde hace años sólo podremos ver su última pieza cuatro días (o sea, lo habitual, aunque en el CDN, excepcionalmente y sin que sirva de precedente, estuvo un mes). ¡Qué lástima! No entendemos los criterios de programación en Barcelona (ni en casi ninguna parte del Reino, en eso Catalunya y España se parecen como dos gotas de agua).
Monte Isla: Un cos sense talent – Mercat de les Flors
Monte Isla es una compañía joven (eso ya es curioso porque compañías jóvenes ya casi no hay, es como de otra época) que parece que ha conseguido meter la cabeza en ciertas programaciones que se le resisten a la mayoría. Los mismos (hombres) que piensan que si te ficha una multinacional estás a punto de defraudar a tus fans menean la cabeza cuando oyen su nombre. Desde aquí les deseamos lo mejor porque si, por la razón que sea, siguen accediendo a los escenarios (con lo caros que están), y consiguen hacer algo interesante que podamos disfrutar, lo agradeceremos mucho (porque últimamente los escenarios institucionales suelen provocar un lamentable bostezo generalizado entre mis amigas).
AzkonaToloza: Cuerpos celestes – CCCB Sala Teatre
La última de AzkonaToloza se estrenó hace unas semanas en Condeduque. Parece que siguen con su tema de siempre: el documental bienintencionado (lo decimos sin ironía ninguna, a muchas de nuestras amigas les encanta y lo consideran supernecesario). Pero nos llegan voces de que esta vez se han desmelenado un poco más, como si hubiesen hecho lo que les diese la gana y no lo que se supone que hay que hacer. Eso suele darle alegrías a mis amigas (incluso a las que están obsesionadas con los temas politicosociales supernecesarios del momento). El tema del que hablan esta vez es supernecesario, por supuesto, pero lo que nos provoca curiosidad es ver si se han soltado la melena o qué onda.
Candela Capitán: Moloko Vellocet – MNAC
La artista de moda. Lo que nos provoca curiosidad es descubrir si es necesario ir a verla o con seguirla por Instagram ya estaría.
Ainhoa Fernández Escudero: (Don’t) look me in the eyes – Antic Teatre
Esta artista madrileña captó nuestro interés cuando comenzó con las Twins (junto a Laura Ramírez Ashbaugh). Eso fue antes de que se fuese a Europa a estudiar. ¿Le habrá afectado mucho eso? ¿Se habrá vuelto una artista conceptual que trata los temas de moda en Europa (que no difieren mucho de los de aquí, por cierto, porque se los copiamos como borregas)? ¿Conservará algo de aquella chispa que tenían las Twins? Ojalá.
Jaume Clotet: Alusinasons – Antic Teatre
No hemos visto nada escénico suyo porque parece que es lo primero que estrena. Pero disfrutamos su pequeña expo New Ywork en La Capella y organiza, junto con Alicia Garrido, las sesiones del Cabaret internet en El Pumarejo, que a muchas amigas les hace mucha gracia y a otras no tanto, pero así funciona el gusto, y más en temas de humor. Sí, su trabajo orbita alrededor del humor, como el propio Cabaret internet. Y dicen que se emborracha en escena, como Angélica Liddell. Pues va a pillar un buen cebollón porque está dos semanas seguidas.
El conde de Torrefiel: La luz de un lago – Teatre Lliure Montjuïc
Estas sí que han triunfado. No quedan entradas para ninguno de los cuatro días. Ya no son artistas barcelonesas porque ya no viven aquí, en la ciudad que prácticamente las vio nacer (y crecer), pero que me expliquen por qué es tan difícil verlas en la ciudad condal. Si está todo lleno para verlas en el Lliure a falta de mes y medio (no queda ni una entrada) mis amigas no entienden la razón de que no las programen durante un mes o dos. Aunque sea para que nos decepcionen por fin por haber fichado por esa virtual multinacional odiosa que tritura a las artistas que sí que pueden ir a alguno de los contenedores de reciclaje para convertirlas en productos homologables en esta Europa nuestra esta Europa mía a la que algunas de mis amigas miran con cierta admiración y otras con muecas de profundo asco. ¿Qué tenemos que hacer? ¿Votar en las europeas para que no salga la ultraderecha? ¿Y qué harán cuando les hayamos votado y lleguen al poder? ¿Programarán buena mierda en los escenarios? ¿Nos preguntarán qué es lo que queremos ver nosotras? ¿Alguna de mis amigas programará alguno de esos escenarios? ¿Se volverá ultraderechista mi amiga si algún día se convierte en programadora? Son muchas preguntas, amigas, pero es que me pasa que siento muchísima curiosidad (aunque casi nunca me llegan los euros para saciarla).
Susanna Casas